Oasis nació en barrio Belgrano en 1973 y se convirtió en una pieza fundamental en la génesis del rock en Rosario. Muchos años antes de que los Gallagher eligieron ese mismo nombre para su banda, los hermanos Juan y Norberto Ramos, hicieron junto a unos amigos lo que muchos adolescentes: armar un grupo y juntarse a tocar música. Desde esos inicios en la esquina de Colombia y Chubut, pasaron más de cinco décadas de camino compartido. Esa historia quedó plasmada en el libro “Medio siglo rockeando”, publicado en 2025.
En línea con el espíritu de la banda, el material fue realizado y lanzado de manera autogestiva e independiente, al igual que todos sus discos. El volumen está compuesto sobre todo de un imponente archivo, recopilado a lo largo del tiempo por Omar Núñez, guitarrista de Oasis desde su segundo show en vivo.
Sus cincuenta años de presencia casi ininterrumpida en la escena local, hacen que repasar la historia de la banda sea mirar también la historia del rock de Rosario. “No desde sus inicios, porque antes estuvieron Los Gatos, pero sí la década del setenta donde acá hubo una movida muy marcada y donde emergieron muchos músicos. Y por supuesto, siguen emergiendo”, dijo Omar en diálogo con La Capital.
A través de las páginas del libro, se suceden afiches y flyers de fechas, recortes en distintos medios, y una suerte de tablas donde están listadas todas las presentaciones de la banda. A partir de esos registros minuciosos, se va reconstruyendo el mapa de una ciudad que parece perdida, con decenas de clubes, escuelas y bares que alojaban una movida cultural intensa en los barrios.
“Lo que después se llamó el rock barrial, nosotros lo empezamos en esa época. Había mucha actividad, se tocaba muchísimo. Había muchos bailes en los cuales tocaban muchos grupos en vivo, no existían los DJs. Hoy es impensado algo así. En Barrio Belgrano y la zona estaban Nueva Era, Belgranense, Provincias Unidas y hasta Libertad que estaba un poco más lejos. En esos cuatro clubes siempre había bailes y se aglutinaban un montón de jóvenes”, recordó Núñez.
Para Oasis, ser de barrio Belgrano es una parte fundamental de su identidad, y eso está plasmado no sólo en su idiosincrasia sino también en su música. “De Avellaneda hacia el Oeste se contaban otras historias, con otra poesía. A nosotros nos tocó la dictadura del 76 y muchísimas letras reflejan esos años. Con el tiempo, uno sigue protestando de alguna manera. Una de las características de Oasis es seguir reclamando cosas. Porque se puede escribir de amor y está muy bien, pero también se puede escribir sobre muchas cosas sociales que son importantes para la gente. Eso te marca”, apuntó el guitarrista.
En esa línea de compromiso continuo, la banda es una fija de las vigilias de Malvinas, desde mucho antes de que se convirtieran en eventos grandes, con infraestructura. “Es una tradición para nosotros. La primera vez tocamos en el piso, sin escenario”, afirmó Omar, quien señaló la necesidad de no abandonar la lucha por la soberanía de las Islas y por quienes pusieron el cuerpo para defenderlas.
Encuentros históricos
La permanencia de Oasis a través de las décadas también hizo que compartieran escenario con nombres históricos del rock nacional y con distintas generaciones del rock local: Pappo’s Blues, Serú Girán, Raúl Porchetto, Pastoral, Vox Dei, Viticus, JAF, Almafuerte, Memphis, Los Ratones Paranoicos, La Renga, Bersuit, Baglietto, Abonizio, Los Vándalos, Bulldog, y Cielo Razzo, entre muchos otros.
Al lado de cada uno de esos nombres, no sólo hay archivo sino también anécdotas de encuentros imborrables. “Con Vox Dei no sólo compartimos escenario varias veces, sino también asados en mi casa, donde pasábamos un rato”, narró Núñez. El propio Pappo estuvo en la casa de Juan, bajista y miembro fundador, y hasta fueron parte de un proyecto trunco de armar una formación de Pappo’s Blues en Rosario. También compartieron una fecha en el club Sportivo América en el 78.
“En el 79 tocamos el cielo con las manos. Tuvimos la suerte de tocar con Serú Girán”, recordó Omar, sobre la vez que compartieron fecha en los festejos del día de la primavera en el Parque Sarmiento de Carcarañá. “Era tremendo cómo sonaban, era como si hubieran puesto el disco ‘La grasa de las capitales’. Había diez mil personas, y la anécdota es que ellos estaban tirados por ahí como si nada. Era otra época, era una comunidad y la idea era disfrutar la música de cada uno”, completó el guitarrista.
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Mucho más acá en el tiempo, tuvieron otro hito: fueron parte de la grilla que precedió al último show de La Renga en la ciudad, que tuvo lugar en 2022 en la cancha de Newell’s. “Para nosotros fue maravilloso. Tienen una estructura increíble, muy organizada. Y son muy respetuosos de los músicos. Nos dejó una experiencia extraordinaria”, apuntó Omar.
Todos esas presentaciones, las célebres y también las no tan célebres, tienen su correspondiente archivo en “las carpetas” de Omar y también de Dubi Ramos. Hace casi veinte años, Núñez empezó a digitalizar, página por página, toda la parte analógica de ese material. Ese trabajo es el pilar fundamental del libro. “Es una cuestión de disciplina”, dijo el guitarrista, entre risas.
En el archivo de Oasis, no sólo hay registros históricos y muy valiosos sobre la escena cultural rosarina, sino también algunas reflexiones sobre sus particularidades. Por ejemplo, en una publicación que la banda hizo en un diario local a finales del 80, recopilan todas las bandas internacionales y nacionales que visitaron la ciudad ese año, pero también cuestionan que el público rosarino no responda de manera masiva a las propuestas locales.
“El problema somos nosotros, los rosarinos. Han salido cantidades enormes de músicos de acá y van a seguir saliendo. Pero es difícil que la gente vaya masivamente a verlos si no se van a instalar a otra parte”, opinó Omar. A su vez, el guitarrista celebra que continúen surgiendo bandas de rock en la ciudad, con la enorme movida Sub 21 que hoy tiene a bandas de los setenta como referentes sonoros y estéticos.
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Los últimos años fueron de movimientos y emociones fuertes para Oasis. A mediados de 2024, Elvio Valdés se sumó a la guitarra tras la salida de Leandro Núñez (el hijo de Omar). “Yo los conocía porque soy de barrio Belgrano y me caían muy bien por su humildad. Me generaban una cosa de cercanía que no me pasa con otros artistas de Rosario que son más estrellas. Algo muy significativo, por ejemplo, es que todos los ex integrantes siguen estando vinculados a la banda. Cuando presentamos el libro, fueron casi todos. Eso es algo muy particular de la banda”, compartió Elvio.
Pocos meses después de su llegada, llegó un batacazo inesperado: Reynaldo “el Chino” Zambrano, cantante histórico de la banda, falleció tras sufrir una complicación en una cirugía de rutina. “Fue un golpe muy duro”, dijo Elvio. Pero los Oasis decidieron seguir adelante, en homenaje y en honor al Chino y a la historia compartida. Tanto así que están grabando un disco nuevo, el primero desde 2016.
“Va a ser muy especial porque es el primer disco con la formación nueva, en el que van a estar Cristian, Elvio y Gabriel”, apuntó Omar, en referencia al baterista Cristian Astbury (que ingresó en 2020 tras la salida de Dubi Ramos), el propio Valdés, y Gabriel Longo, que asumió la voz principal de la banda.