Bonnie y Clyde fueron dos delincuentes devenidos en mitos, dos famosos fugitivos norteamericanos que captaron la atención de la prensa, considerados como enemigos públicos entre 1931 y 1934. Ahora juegan en la liga de Al Capone, Charles Manson o Jack el Destripador, pero su romance les proporcionó, además, buena fama. Dentro del imaginario popular, representaban a todos los trabajadores desempleados y a la sociedad desencantada durante la Gran Depresión, que vio a los asaltantes como una especie de Robin Hood modernos. La industria cultural ha representado el ascenso y caída de esta pareja en más de una decena de películas, pero, hasta ahora, el otro lado de la historia no había sido contado. "Emboscada final", la nueva película de Netflix que se estrena este viernes, pretende darle un vuelco a esta historia, mostrando el trabajo de dos viejos rangers (agentes) de Texas, Frank Hamer y Maney Gualt _encarnados por Kevin Costner y Woody Harrelson, respectivamente_, mientras toman las rutas de EEUU a la caza del dúo criminal.
"Muchas personas conocen el mito de Bonnie y Clyde, pero ahora por fin vamos a descubrir la otra cara de la moneda", explicó Kevin Costner, quien se mete en la piel del jefe Hamer. "La película narra la misma historia, pero ofrece la perspectiva de los hombres de ley que siguieron los pasos de estos criminales entre febrero y mayo de 1934", añadió por su lado Woody Harrelson.
La emboscada al Ford B V8 en el que huía la banda de Bonnie y Clyde la mañana del 23 de mayo siempre ha sido objeto de debate entre historiadores y estudiosos. Escondidos tras unos arbustos, el grupo de policías liderado por Hamer abrió fuego contra el vehículo en cuanto tuvo la ocasión. Nadie dio señal de alto o de rendición, procedimiento que debería haberse seguido (al no estar el grupo ante una amenaza o peligro evidente). Según la autopsia de los cadáveres, el coche contaba con un total de 167 agujeros de bala. ¿Cómo se prepara un actor para darle forma a un perfil tan discutido?
"He querido despojar a Hamer de todo glamour porque su vida no tenía nada de sofisticado", explicó Costner. "Era un tipo bravucón con decenas de tiroteos y muertos a sus espaldas. Fue un hombre de su tiempo muy lejos de ser perfecto. Y él sabía bien todo esto. He intentado tomar todos esos rasgos de su personalidad y hacerlos propios", añadió. Por su parte, Harrelson optó por quitarle hierro al asunto. "Maney Gault bebía y yo bebo. Eso ya es un punto en común con el que empezar a trabajar", dijo entre risas.
Costner y Harrelson forman punta de ataque en una película que también cuenta con otros actores de categoría como Kathy Bates y John Carroll Lynch. Al ser la de Bonnie y Clyde una historia conocida —y reconocida—, el director John Lee Hancock (el hombre tras "El sueño de Walt" o "El fundador") ha tenido que reforzar tanto el enfoque como el caché del reparto. "Cuando tenés un buen guión resulta mucho más sencillo ganarte la confianza de los actores. Es tan fácil y a la vez tan complicado como añadirle valor a una historia maravillosa como ésta", aseguró Costner. "Con John (Lee Hancock) todo es muy fácil. No pierde el tiempo dando un montón de indicaciones. Confía en las personas con las que trabaja y las deja actuar con libertad", agregó Harrelson.
Hancock, por su lado, se encontraba ante un reto interesante. "No quise hacer algo obvio, porque todos sabemos cómo termina esta historia", dijo el realizador. "Quería que el viaje con Frank y Maney sea lo que dirige la película, además del hecho de que tienen este don terrible, esta habilidad que es la cacería humana y que ellos desarrollan como nadie. Y claro que ellos saben cómo va a terminar. Saben que va ser violento, grotesco, sangriento y triste, y que será algo con lo que tengan que vivir por el resto de su vida", subrayó.
Ningunos Robin Hood
Durante la época de la Gran Depresión, según Hancock, los bancos se convirtieron en los villanos debido a su accionar, tomando negocios, casas y granjas. Bonnie y Clyde empezaron asaltando bancos. La gente de algún modo, explicó, les dio la bendición para que tomen venganza contra las instituciones que los habían desposeído. "La gente omitió, convenientemente, que este dúo mató a 13 personas. Y los denominó, también convenientemente, como una especie de Robin Hood, que robaban a los ricos para darle a los pobres. Sin embargo, Bonnie y Clyde sólo robaban y no daban nada", afirmó el director, sugiriendo que la dupla en realidad no era ejemplo de nada.