Después de pasar triunfal por el Festival de Cine de Venecia de 2018, el viernes se estrena en Netflix "El Pepe, una vida suprema", el documental sobre José Mujica que realizó el famoso cineasta serbio Emir Kusturica. El premiado director de películas como "Underground", "Tiempo de gitanos" y "Gato blanco, gato negro" pone esta vez su mirada en la intensa y particular vida del ex presidente uruguayo, repasando las convicciones ideológicas de Mujica y su presente político, y reflejando desde su pasado en la cárcel como preso de la dictadura hasta su estilo de vida sencillo y campechano.
El rodaje del documental comenzó en abril de 2013, cuando Kusturica realizó el primero de muchos viajes a Uruguay, a lo largo de los cuales registró distintos momentos de la vida pública y privada del ex mandatario, incluyendo conversaciones, viajes y recorridos por los lugares de su historia, así como los últimos días de Mujica como presidente y su partida de la sede de gobierno de Uruguay.
La obra comienza en el momento en que el ex presidente, hoy de 84 años, deja el poder. A partir de ahí la historia vuelve hacia atrás en el tiempo para retratar el día a día de un jefe de Estado que vivió los cinco años de mandato en su humilde hogar de siempre, sin olvidar su etapa como guerrillero. ¿En qué otro lugar podés ver a un presidente que sale de la oficina y la gente se vuelve loca expresándole amor? No tengo ni idea. Tengo 60 años y nunca he visto algo así", declaró Kusturica en una rueda de prensa durante las grabaciones. "El objetivo de la película es mostrar a una persona única que la historia recordará", expresó. "Estoy seguro de que él va a ser una inspiración para quienes hoy están perdiendo el amor y la fe en el socialismo", agregó.
En los convulsionados años 70, Mujica lideró la guerrilla del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Después fue torturado y mantenido en prisión por las fuerzas de seguridad, en un confinamiento solitario que fue un infierno. Tras el fin de la dictadura militar (1973 a 1985) fue liberado bajo una amnistía. Ya en democracia, fue elegido diputado y senador, y posteriormente ocupó el cargo de ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca entre 2005 y 2008. En 2010 se convirtió en presidente de la República, cargo que ejerció hasta 2015.
Más que una película biográfica, "El Pepe: una vida suprema" captura la cosmovisión del mundo de un político singular en el momento crucial en el que se aleja del poder y se construye su legado. Emir Kusturica lo explicó así: "Conseguir la utopía requiere de un cambio fundamental de consciencia. A través de su camino vital y de su ejemplo personal, José Mujica da esperanza de que se puede conseguir. El amor de Mujica por la vida y la naturaleza está en el núcleo de su ideología. He hecho esta película impresionado por él y su trabajo, pero también triste por no haber tenido a un presidente así", confesó.
"Héroe de la antigüedad"
El director describió al ex mandatario uruguayo como un "héroe de la antigüedad". "En este furioso capitalismo liberal en que todo llega a ser mercancía, ese hombre no quería ser mercancía y quedó hombre, y aceptó con religiosidad que no hay que derrochar el tiempo sino vivir la vida", subrayó.
A través de una serie de entrevistas, Kusturica se sumerge en el legado del ex presidente uruguayo. La película explora la particular relación que se forma entre Kusturica y Mujica, dos personajes similares que se unen para discutir sobre el significado de la vida desde un punto de vista político, filosófico, estético y poético. Durante el documental, Mujica se remonta a distintos momentos de su vida, desde los principios de su activismo político y su estancia en la cárcel hasta su actual papel como iconoclasta líder global. Demostrando una gran maestría, Kusturica recrea su periplo vital, deteniéndose en aquellos momentos de la vida de Mujica que tuvieron un significado especial.
El presente político, los cambios en el mundo global, la sustentabilidad, la militancia y el amor son parte de los temas que Mujica discute con el cineasta. El director serbio grabó al "Pepe" mientras aún estaba en el cargo de presidente, cuidando las flores de su chacra, manejando su viejo Volkswagen o recibiendo al rey de España.
"No soy un hombre pobre"
"¡Yo no soy ninguna estrella, soy un estrellado! Mi mundo es éste, ni mejor ni peor, es otro", dijo Mujica en referencia a su historia, que está retratada en el documental. "No soy un hombre pobre, lo mío es una elección, una opción de vida. Tengo lo que necesito. Soy algo así como un neo estoico. La verdad, no puedo arreglar el mundo, pero le puedo decir a la gente que no se dejen engañar, porque la libertad está en su cabeza", aseguró.
El documental de Kusturica tuvo un camino accidentado y sufrió varios retrasos. En un momento se creyó que nunca vería la luz por falta de fondos, ya que dejó de recibir una ayuda estatal que era clave. "Fueron tiempos muy difíciles", recordó el director. "Mujica vive y te hace vivir como uno más del Tercer Mundo. El presupuesto original nos daba para estar algún tiempo en un hotel decente, pero buena parte del rodaje tuvimos que acampar en el terreno del propio Pepe. ¡Fue un suplicio! Si queríamos tocar algo de música, a las ocho de la noche teníamos que parar", rememoró entre risas. Finalmente la película logró llegar al Festival de Venecia —donde se proyectó fuera de concurso— y ahora se estrena en la mayor plataforma de streaming del mundo.