La cautivante actuación de Billie Eilish y el descontracturado set de Lil Nas X pusieron este domingo un broche de lujo a la tercera y última jornada de Lollapalooza Argentina 2023, que se llevó a cabo en el Hipódromo de San Isidro, con un público estimado en 100 mil personas en cada uno de los días.
En un domingo que hasta las primeras horas del anochecer había tenido a María Becerra y Diego Torres como protagonistas, dentro de una grilla con fuerte predominio del pop juvenil; la cantautora y el rapero estadounidenses le dieron el verdadero brillo al festival, al anotarse incluso entre los mejores momentos en el balance global.
Si el viernes dejó un sabor agridulce en lo artístico por la pobre performance de Drake en su debut en el país y el desaprovechado show de Rosalía; y el sábado comenzó a tomar vuelo con Tame Impala y, fundamentalmente, Twenty One Pilots; el cierre de Billie Eilish y el preludio de Lil Nas X fue más que alentador.
Ante una de las grandes multitudes congregadas frente a un escenario en todo el festival, la británica tuvo un soñado primer paso por la Argentina. Acompañada por su hermano y fundamental socio musical Finneas O’ Connell, quien se multiplica en escena entre los teclados y programación, las guitarras y los bajos; y un baterista; la cantante californiana se valió de su magnetismo para mantener cautivada a la numerosa audiencia.
Por momentos, convidando a sus confesiones intimistas; en otros, tocando la fibra más emotiva; pero también provocadora sin perder la dulzura y predispuesta a hacer bailar, Billie Eilish fue un irresistible imán en cada segundo del show.
Desde el inicio con la enigmática “Bury a Friend”, la joven artista fue hilvanando una performance perfecta, en donde la gran distancia no fue impedimento para alcanzar cercanía con cada fan.
Gran parte del material de sus multipremiados discos “When We All Fall Asleep, Where Do We Go?” (2019) y “Happier Than Ever” fueron parte de un recorrido de 23 canciones que pasó por distintos climas, pero siempre con la especial energía generada por Eilish.
Temas como “I Did”t Change My Number”, “My Strange Addiction”, las bellas interpretaciones de “My Future” y “Billie Bossa Nova”, la conmovedora “Getting Older”, y las aclamadas “All The Good Girls Go To Hell”, “Everything I Wanted”, “Bad Guy” y “Happier Than Ever”, en el cierre, fueron algunos de los puntos elevados en un concierto que no tuvo baches.
También hubo un momento acústico fogonero con “My Love” y “Your Power”, que debió ser interrumpido para atender a una persona que se había descompuesto por la gran cantidad de gente agolpada frente al escenario.
El gesto preocupado de Billie Eilish fue una prueba de su gran compromiso con el show.
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Totalmente desprejuiciado, Lil Nas X mostró su hip-hop deconstruido.
Al igual que ocurrió con la artista estadounidense, Lil Nas X también dejó a la audiencia con las ganas de un pronto regreso.
En este caso, incluso, quedó la sensación de que era el inicio de una hermosa relación entre el rapero de Georgia y el público argentino.
Es que este artista montó un espectáculo con gran despliegue escenográfico, gráficas y luces atrapantes, y un increíble cuerpo de baile.
Totalmente desprejuiciado, Lil Nas X mostró su hip-hop deconstruido, plagado de referencias sonoras y estéticas étnicas, pero siempre desde un lugar desacralizador.
Activista por los derechos de las personas gay, el rapero toma la lanza en esta cuestión y despoja todo estigma misógino de esa escena musical, en un cruce entre el country y el hip-hop, pero con el hedonismo y la estética de Village People.
Aunque la noche se extendía con la música electrónica de Skrillex y Claptone; Lli Nas X primero y Billie Eilish después, habían decretado el final de una tercera y última jornada de un Festival Lollapalooza que, como ningún otro día, convocaba desde su grilla a un público adolescente.