Tomarte unos días para alejarte de la rutina y gozar del merecido descanso siempre es un buen plan, no importa la temporada ni la altura del año. Sin embargo, cuando hay un gato o perro en casa surge el dilema de qué hacer con tu mascota cuando te estás por ir de vacaciones. Por supuesto que soluciones hay varias y la mayoría seguramente estarán bien.
En ese marco, siempre se puede sopesar los pros y contras de cada situación anteponiendo siempre la salud y los sentimientos del animal. Guarderías, familiares, hoteles para mascotas o llevarlo contigo son algunas de las opciones, pero la más correcta será la que se adecue a tu realidad y posibilidades.
La primera idea que surge al pensar en qué hacer con tu mascota cuando vas de vacaciones es que te acompañe. Pero, por desgracia, esto no es tan simple. En primer lugar, los viajes largos resultan muy estresantes para algunos gatos y perros, sobre todo, en avión, donde tienen que adaptarse a una situación diferente como es ir en la bodega. Por otra parte, viajar con perros no es lo mismo que hacerlo con gatos. Al igual que un perro grande es mucho más difícil de transportar que uno pequeño.
Pero, definitivamente y como ya quedó dicho, viajar con mascotas no es sencillo y en ocasiones puede convertirse en una complicación. En este caso optar por las guarderías o hoteles para perros o gatos es una solución conveniente. Esta situación no solo evita molestar o comprometer a familiares o amigos para que lo cuiden, sino que también se le proporciona al animal un entorno ideal con todos los servicios que puedan necesitar.
En estas instalaciones, las mascotas pueden interactuar con otros animales, recibir alimentación según horarios establecidos y descansar de manera adecuada. No obstante, antes de llevar a tus mascotas a una guardería, es esencial tener en cuenta ciertos aspectos.
Hacer una noche de prueba
Una vez que hayas seleccionado la guardería, es recomendable hacer una noche de prueba para asegurarte de que tu mascota se adapte sin mayores problemas al nuevo entorno. Este paso no solo brindará tranquilidad al dueño al momento de dejar al animal, sino que también permitirá que el perro o gato se familiarice con el lugar, reduciendo posibles nervios.
Conocer el lugar
Es importante realizar una visita al lugar previamente para garantizar que cumpla con los estándares de limpieza necesarios, disponga de áreas de juego, habitaciones bien ventiladas, divisiones adecuadas según el tamaño, edad y temperamento de las mascotas, así como camas y juguetes. Además, es recomendable verificar si existen comentarios o reseñas en línea sobre la guardería para obtener una perspectiva adicional.
Tener las vacunas al día
Por último, y no por eso menos importante, en la mayoría de las guarderías se requiere que tanto perros como gatos tengan más de cuatro meses de edad, estén desparasitados y cuenten con su esquema de vacunación completo.
Para perros incluyen estas:
• Rabia.
• Parvovirus canino.
• Moquillo.
• Hepatitis canina.
Para gatos:
• Vacuna Trivalente.
• Vacuna de la leucemia.
• Vacuna de la rabia.
En el caso de los animales adultos, deben estar clínicamente sanos y tener un comportamiento sociable con las personas y con otras mascotas.