Según datos que manejan hasta en campamentos opositores, La Libertad Avanza (LLA) construyó un núcleo duro electoral que no perfora el piso de 30%. Es un conjunto heterogéneo en el que se mezclan libertarios originarios y antikirchneristas furibundos, que ven en Milei un rockstar, un profeta del libre mercado, un vengador del hombre común o simplemente el mejor instrumento para oponerse al peronismo.
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Durante el primer año, la población acompañó el sacrificio para llegar a la tierra prometida pero los estudios de opinión muestran un agotamiento de la paciencia. A eso se suma que, para un segmento no menor de la opinión pública, el expanelista de televisión se fue mimetizando con el establishment corrompido que prometía combatir.
La Libertad Avanza tiene la ventaja de que es la única fuerza nacional y probablemente salga como la primera minoría electoral. El acuerdo con algunos gobernadores —como los de Entre Ríos, Mendoza y Chaco, más el jefe de Gobierno porteño— le permitirá pintar varias provincias de violeta, aunque el mapa será policromático.
Uno de los grandes interrogantes es sobre el comportamiento de quienes acompañaron a LLA en 2023, tanto en las Paso y la primera vuelta como en el balotaje. ¿Cuántos se quedarán en la casa o bien migrarán hacia otras opciones, o bien el voto en blanco o el nulo? ¿Cuántos se inclinarán por el gobierno, por convencimiento o para darle una última oportunidad a Milei?
Envalentonado tras el triunfo del 7 de septiembre en Buenos Aires, el justicialismo nucleado en Fuerza Patria (FP) y sus marcas provinciales se presenta como el canal para expresar el antimileísmo, una línea demarcatoria que se superpone con la histórica división entre peronismo y antiperonismo.
Aún en medio de una fuerte balcanización, con Cristina Kirchner recluida en San José 1111 y desafiada hasta en su propio bastión y con menos poder territorial que nunca, el PJ y sus aliados se pararán como la opción opositora de mayor volumen frente a los libertarios.
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La novedad de 2025 es Provincias Unidas (PU), el espacio de los gobernadores atraídos por Milei a la cancha nacional tanto por la necesidad de discutir en bloque recursos para sus distritos como por la oportunidad que les abre para 2027 la mala praxis de Milei en el poder.
Los jefes provinciales tratarán de hacerse fuertes en su pago chico para sumar al sello y a su cuenta personal. Cada uno interviene en una realidad local diferente. Por ejemplo, es distinto el escenario en que se mueve Juan Schiaretti — compite mano a mano contra LLA, aunque puede perder puntos clave con Natalia de la Sota, la hija rebelde de la familia cordobesista— que el de Santa Fe, donde Maximiliano Pullaro trata de romper la polarización y forzar un escenario de tercios.
La disputa en Santa Fe
En la provincia es una elección de marcas más que de apellidos. Por eso, los armadores de la campaña apostaron a pegar a Gisela Scaglia, Caren Tepp y Agustín Pellegrini a las referencias de Provincias Unidas, Fuerza Patria y La Libertad Avanza. El candidato es el proyecto.
Al igual que a nivel nacional, el interrogante es si hay un voto libertario que está fuera del radar o bien se engrosan las filas de los desencantados y los que buscan otra opción en la góndola del no peronismo.
Si LLA se desinfla, suben las chances de Provincias Unidas, que acentuó su antikirchnerismo. El oficialismo santafesino moverá toda su estructura territorial, con la que aspiran a sumar cinco puntos en el conteo final. Con el mapa desplegado, el gobernador en persona organiza el aparato provincial en busca de un resultado impensado pocos meses atrás.
Probablemente la alianza provincial esté por encima de los resultados del viejo Frente Progresista, que siempre quedaba relegado por la polarización, pero habrá que ver si le alcanza para disputar el primer lugar. En ese marco, para Unidos estar competitivos ya es un triunfo.
Según los cálculos de uno de los dirigentes más importantes de Unidos, puede darse un escenario en que La Libertad Avanza, Fuerza Patria y Provincias Unidas se lleven tres bancas cada uno. Para que eso ocurra, estima, la diferencia entre el primero y el tercero no debería superar los 7 puntos.
El peronismo apuesta a ganar Rosario, el fuerte de Ciudad Futura. El tema es si compensa con lo que aparece como una elección más cuesta arriba en el interior y si la candidatura de Tepp logra entrar en votantes más conservadores.
A priori, Carlos del Frade (Frente Amplio por la Soberanía, FAS) y Franco Casasola (Frente de Izquierda) están más lejos de entrar en el reparto de bancas, al igual que el resto de las fuerzas que aparecerán en la boleta única.
De todos modos, tanto el FAS como el FIT podrían sacarle votos claves a Tepp en Rosario, la plaza que Milei eligió para cerrar la campaña nacional y que resultaría decisiva en la elección. Un puñado de mesas en la República de la Sexta pueden hacer tambalear a Wall Street.
Un collage electoral y múltiples lecturas
Al no tratarse de una elección nacional sino de 24 comicios diferentes, hoy a la noche se abrirá una batalla por la interpretación del resultado. Descartados en principio tanto un triunfo arrasador como una derrota terminal libertaria, cada fuerza se agarrará del dato que más le convenga.
En ese caso, Milei saldrá a plantear que lidera la fuerza más votada. Buscará ofrendarle un triunfo a Donald Trump y a los mercados y despejar las hipótesis apocalípticas.
El peronismo se posicionará como la principal oposición a Milei y la columna vertebral de una alternativa a los libertarios para 2027.
En tanto, si gana en Córdoba y otros distritos y se muestra competitiva en Santa Fe, Provincias Unidas dirá que nació un espacio que puede meterse en el balotaje dentro de dos años.
Más que los números en sí, lo importante será cómo los procesan Milei, la dirigencia política nacional, el círculo rojo empresario, la Casa Blanca, el FMI y Wall Street.
En cualquier caso, Milei está forzado a mutar. Del destructor al constructor, pasar de la fase adolescente tardía a un liderazgo más maduro y profesional. Esa transición supone abandonar en parte el personaje que lo llevó al poder, pero la necesidad de recrear una mayoría más amplia aparece como impostergable.
Para el peronismo, la tarea es ofrecerse no sólo como un instrumento de castigo a Milei sino también dirimir liderazgos, actualizar su programa y llegar a públicos más amplios.
>> Leer más: Dónde voto en Rosario: cómo consultar el padrón para las elecciones legislativas del 26 de octubre
Los gobernadores tienen que dar el salto de jefes locales en modo defensivo a líderes nacionales con vocación de poder. Eso implica, también, hacer pie en el Amba, el cementerio de proyectos alternativos a la grieta.
Se configura un nuevo tablero político. Hoy la sociedad repartirá las fichas de cada jugador.