Las seños, las salitas, los bolsos con mamaderas y pañales a las siete de la mañana y un mundo de mimos, juegos y colores. Las maestras jardineras declaran vocación imprescindible, pero no suficiente para la elección de la carrera, un profesorado que en los últimos años no parece ajeno a un contexto de marcado descenso de la docencia como opción laboral. A la hora de considerar si esta situación ya se traduce en menos docentes de jardín, los análisis divergen, pero no dejan de coincidir en una multicausalidad que abreva en contextos sociales y económicos, con vaivenes a través del tiempo. Pero también cierran filas en esperanza y certeza: el valor transformador de la educación en una comunidad.
Aunque a nivel oficial relativizan la escasez, la mayor percepción por falta de docentes en nivel inicial llega desde los jardines maternales, ya que no pocas veces incorporan como asistentes a las alumnas aún no recibidas. Los institutos de formación docente no son tan taxativos y hasta refieren cierta constancia de ingresantes.
¿Qué factores pueden provocar el desgranamiento de alumnos de nivel inicial? Entre otros, el abanico de oportunidades de estudio y nuevas carreras cortas, la necesidad de trabajar para costear la carrera y los costos materiales de estudio. Además algunas alumnas ingresan con secundario incompleto y abandonan el cursado.
Maestras jardineras, la función de maternar
“Somos un jardín donde las estudiantes del profesorado hacen observaciones, prácticas y residencias; si bien mantenemos el número de practicantes, buscar reemplazantes se complica, de las seis residentes de este año, cinco ya estaban trabajando como auxiliares en distintos jardines”, explicó Analía Pecile, desde Lunita Clara, que abrió en 1991, hoy tiene 10 salitas y 15 docentes, doble turno y recibe niños de 45 días a 3 años.
“Hay mucha demanda de maestras porque en un jardín, la cantidad de niños por docentes es muy poca; por ejemplo, en sala bebé hay una seño con auxiliar cada cuatro niños”, comentó. Y dijo que las docentes de los profesorados donde cursan las residentes fueron quienes alertaron sobre la tendencia al descenso de matrículas.
Desde la Asociación de Jardines Particulares de Rosario, creada en 2009 con el objetivo de profesionalizar la carrera, Marcia Di Santo coincide en la reducción del número de ingresantes. “Lo notamos como titulares de los jardines, en nuestro caso, antes apilábamos currículums, porque somos el primer lugar donde tienen oportunidad de trabajar apenas se reciben”, señaló. Y dijo que de 30 años a esta época pasaron de recibir 30 CV por año a cuatro o tres.
“Desde la Asociación nos vamos recomendando las seños que traen sus datos para ayudarlas, está bueno que se elija por vocación y no como carrera corta, aunque ya no es corta, son cuatro años de estudio”, comentó. La asociación que preside Di Santo nuclea a cien jardines particulares.
Para Mónica Meraviglia, maestra jardinera, no hay datos de faltantes en maestras jardineras. “Lo que sí estamos viendo es que en estos últimos años bajó mucho el ingreso de niños, esto se nota en la muy baja matrícula que tienen los jardines”. A modo de ejemplo, referenció el caso de un jardín ubicado en la periferia y uno de los pocos en su zona, que siempre contaba con una buena matrícula, pasó de tener 28 o 30 alumnos por sala, a 13 o 14.
Samanta Solomita es docente en profesorado de educación inicial en la Escuela Normal Superior N 1 Nicolás Avellaneda, la Escuela Normal Superior N3 Mariano Moreno, y en la licenciatura de nivel inicial en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
“Tengo una mirada más cualitativa, prefiero destacarlo. En el contexto actual podemos mirar de otra manera, tal vez eligen otras carreras, no habría que hacer un análisis apresurado por la cantidad, a veces hay un desgranamiento. A la formación docente la siguen eligiendo, creo que elegir la docencia es pensarla como transformadora. Elegir un delantal cuando uno va a la práctica es un signo identitario muy fuerte”, enfatizó. Y consideró que “en la Argentina hoy es un desafío. Por ahí se producen cortes, tal vez faltan reemplazantes, pero no necesariamente implica cuantitativo, también hay cambios en la ley, con la obligatoriedad para salita de 4 años hubo aumento de cargos, aunque tal vez siempre hubo menos ingresos en nivel inicial que en primario por la demanda”.
Para Jaquelina Puig, cientista de la educación y vicedirectora de la escuela San Francisco Solano, con tres salitas de cuatro y tres de cinco años, el análisis sobre el interés o no en la docencia no puede estar por fuera de los procesos históricos. “Cuando en 2001 estudié para maestra de grado, también había menos matrícula, creo que según el proceso histórico a nivel cultural económico social y político, la docencia tiene más o menos adhesión”, argumentó.
Micaela Giuliano, profesora de Ciencias de la Educación, trabaja en el Normal N1, que tiene dos turnos. “Ahí la matrícula de nivel inicial es más numerosa que la primaria, en otros profesorados hay un solo turno, por eso hay que ser muy cuidadosos, no sé si hay menos, hay menos en el nivel inicial turno noche. Esto también tiene que ver en el análisis”, explicó. Y advirtió que, según informes, está bajando el promedio de docentes en el mundo en todos los niveles.
Norma Placci es profesora en Ciencias de la Educación y coordina la Licenciatura en Nivel Inicial y Jardines Maternales desde 2020, dentro del área de Capacitación y Educación Continua de la Facultad de Humanidades y Arte. “Los interesados en esta licenciatura, que es paga, son constantes, pero también abandonan, en 2024 comenzaron 25 y hoy tenemos 15, pero muchas veces y cuando hay concurso, quienes abandonan vuelven. Este año se recibieron 10 licenciadas en nivel inicial”, explicó.
Para ella, “faltan docentes en todos los niveles, no sólo en Santa Fe, que es una joyita si la comparo con provincia de Buenos Aires, incluso con la ciudad de Buenos Aires (Caba). Vengo de Congresos y quedé asombradísima porque los comentarios eran que tienen trabajando a chicas que aún no terminaron de cursar. No tengo claro lo que pasa en Rosario”.
Maestras jardineras: los desafíos de la profesión
Para Roy Hora, historiador e investigador del Conicet, hay una pérdida de vocaciones docentes, dato que aplica a Estados Unidos, Europa y América. “Hay menos interés de las nuevas generaciones en la docencia, que enfrenta desafíos muy importantes con la inteligencia artificial y nuevas tecnologías”, señaló. Y dijo que en estas circunstancias, enseñar es más difícil.
“Hay una percepción muy extendida de que las instituciones educativas están enfrentando dificultades, muchas de esas dificultades son típicas de Argentina, donde no nos va bien en términos de resultados educativos, pero otras son más bien generales: ¿cómo transmitir un universo de conocimiento cuando hoy existe el ChatGPT?; es decir se plantan dificultades para las cuales aún no hay buenas respuestas”, abundó.
Para Hora, el actual es un desafío más grande que el que enfrentaron docentes de otras épocas, porque hasta 20 o 30 años atrás el ritmo del cambio tecnológico era más lento y los adultos tenían mejores condiciones para apropiarse de las novedades, y era más fácil enseñar. “Ahora a las nuevas tecnologías, de los nuevos saberes, las dominan primero los jóvenes y con suerte los más grandes. Esto establece una nueva situación en el aula, una asimetría que antes no estaba. El desafío es cómo educar en este contexto”, marcó.