“Cuando uno entra a un cine, entra a una reunión para experimentar una comunión, para descubrir de una vez lo que pasa en el mundo. Es la ancestral reunión alrededor del fuego”. Así se refiere el director rosarino Pablo Romano al ciclo de Cine Forum “La Capilla” que se realiza en la biblioteca y sala de lectura de la Facultad de Humanidades y Artes.
Con una programación que durante agosto tiene como eje películas del director Wong Kar-Wai, este jueves, a las 19, será el turno de “Angeles caídos” y continuará en jueves sucesivos, siempre en el mismo horario y con entrada gratuita, con “Felices juntos” (Happy Together) y “El sabor de la noche” (My Blueberry Nights”. Según explicó Romano, coordinador y programador del ciclo, “la idea en relación a la programación es vislumbrar circuitos y problemáticas comunes, pero sin dejar nunca de lado que el cine es netamente un arte plebeyo y desde ese punto de partida siempre tener presente que este espacio no es sólo para académicos, sino para la comunidad”.
Consultado sobre el simbolismo del lugar donde se realiza la actividad, en el cual originalmente funcionó como capilla, Romano señaló: “Al elegir el título de La Capilla para nombrar al Cine Forum lo pensamos no tanto como un cine de culto, sino pensando a la pantalla como un altar profano. Un espacio para poner la vida entre paréntesis por unas horas y dejarse absorber por la pantalla. Un espacio para pensar y soñar en comunidad, en comunión, una palabra netamente religiosa”.
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¿Cómo y en qué contexto surge el ciclo de cine?
Este año comencé a dar una materia, Cine y lenguaje: los sistemas audiovisuales dentro de los seminarios del Programa de Contenidos Transversales Acreditables de Grado de la Facultad de Humanidades y Artes. Entonces surgió la idea junto a los referentes del programa, María Emilia Vico y Federico Donner, de retomar el espacio de proyección de películas. Así surgió el Cine Forum, que tiene sus antecedentes en las proyecciones que hacía el gran profesor Emilio Bellon.
¿Cuál es el objetivo de este ciclo? ¿Cómo decidís qué directores abordar y por qué los elegís?
El objetivo del Cine Forum es compartir un espacio de proyecciones en comunidad. El consumo del cine está perdiendo ese espacio en común. Ese espacio que es el de disfrutar una película en comunidad, con otres. Esta es una oportunidad de llevar adelante ese anhelo. En relación a la elección de las películas, puedo decir que al principio del año se trazan algunas líneas generales en relación a tópicos y territorios a explorar. No siempre será sobre un director. Luego de este ciclo de Wong Kar-Wai viene un ciclo sobre lo ominoso en el cine con películas de los últimos años de diferentes directores y otro con películas de Nicolás Cage. Se podría decir que la idea en relación a la programación es acompañar a los espectadores a un viaje personal, un recorrido. Poder vislumbrar circuitos y problemáticas comunes, pero sin dejar nunca de lado que el cine es netamente un arte plebeyo y desde ese punto de partida siempre tener presente que no es sólo para académicos este espacio, sino para la comunidad.
El cine es industria en su mayor parte pero no lo es todo. Lo que pagan los espectadores cuando ven una película es un punto de vista. Si no hay punto de vista en las películas, series o telenovelas son un fracaso como relato El cine es industria en su mayor parte pero no lo es todo. Lo que pagan los espectadores cuando ven una película es un punto de vista. Si no hay punto de vista en las películas, series o telenovelas son un fracaso como relato
Ahora el ciclo continúa con películas de Wong Kar-Wai. ¿Por qué elegiste a este autor y a estas obras en particular?
Wong Kar-Wai me parece uno de los más lúcidos directores contemporáneos y sus películas tienen una potencia de belleza que las hace muy singular. Son conmovedores sus tratamientos temáticos y visuales: el amor no correspondido, la posesión de los objetos del sujeto amado, las migraciones constantes, el uso de una cámara “documental” y la luz ambiente, los cortes violentos en el montaje, la idea de “el doble”.
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"Felices juntos". Wong Kar-Wai recibió el premio a mejor director en Cannes, en 1997. Parte del film se filmó en Buenos Aires.
¿Qué tipo de culto representa el cine como espacio de intercambio, de socialización, de transformación que en este caso se realiza donde funcionó una capilla?
Al elegir el título de La capilla para nombrar al Cine Forum lo pensamos no tanto como un cine de culto, sino pensando a la pantalla como un altar profano. Un espacio para poner la vida entre paréntesis por unas horas y dejarse absorber por la pantalla. Un espacio para pensar y soñar en comunidad, en comunión, una palabra netamente religiosa, con otres. Por eso la idea de volver a un territorio anhelado. El territorio de saberes compartidos, de sentir en comunidad. Porque con el cine tenemos la oportunidad de hacernos algunas preguntas que vienen desde el inicio de los tiempos: ¿Qué es la realidad? ¿Qué es lo natural? ¿Existe lo natural en el hombre? Si hay algo que nos ha proyectado el cine a nuestra conciencia es que es muy difícil definir la identidad de las cosas y del yo. Jean Epstein dice en su magnífico libro “La inteligencia de una máquina”: “Para bien o para mal, el cinematógrafo, en su registro y reproducción de un sujeto, siempre lo transforma, lo recrea en una segunda personalidad. Personalidad cuyo aspecto puede perturbar su conciencia a tal punto de llevarlo a preguntarse: ¿Quién soy?, ¿Cuál es mi verdadera identidad? Y ésta es una singular atenuación de la cartesiana evidencia de existir: al clásico «pienso, luego existo», debe agregarse: «pero no me pienso tal como soy»”. El relato audiovisual es un mecanismo para ordenar el mundo y darle forma a algo que no lo tiene. Porque en definitiva un drama, en su estricta etimología, es algo que tiene un significado en nuestra vida. Cuando uno entra a un cine, entra a una reunión para experimentar una comunión, para descubrir de una vez lo que pasa en el mundo. Es la ancestral reunión alrededor del fuego.
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“El sabor de la noche” (My Blueberry Nights) se verá el
¿En qué lugar queda el cine de autor en el contexto de la industria?
El cine es industria en su mayor parte pero no lo es todo. Lo que pagan los espectadores cuando ven una película es un punto de vista. Si no hay punto de vista en las películas, series o telenovelas son un fracaso como relato. Y hoy el riesgo en muchas de las películas o series que se producen, fundamentalmente en las plataformas, es que están determinadas por CEOs y el famoso algoritmo. Que una película alcance la mayor cantidad de espectadores, que no ofenda a nadie, que sea políticamente correcta según ciertos estándares del nuevo patriarcado occidental y blanco. Entonces mucho de lo que se produce se vuelve insulso y sin alma.
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El director Pablo Romano, coordinador del ciclo de Cine Forum “La Capilla”.
¿Cómo es la respuesta del público a la propuesta? ¿Cómo se relacionan los más jóvenes, acostumbrados al consumo audiovisual en pantallas?
En la última función vinieron espectadores de diferentes franjas etarias. Había una mujer de 19 años hasta un hombre que superaba los 70. Creo que a todes les impulsó la curiosidad. En los últimos 15 años programé en varios espacios de la ciudad. Y siempre el faro que me impulsa es dejarse interpelar y conmoverse por historias y lenguajes. Algo que producen las imágenes es que es una “via regia” a nuestros deseos más profundos. El cine es un arte netamente “trans”. Quiero decir que los procesos de identificación -cuando es una buena película- son inmediatos y profundos. Uno se identifica con ese sujeto que vive una experiencia en el tiempo y se conmueve la encrucijada que plantea el relato, sea el protagonista una mujer, un hombre, un niñe, un animal, un objeto o un robot.
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"Chungking Express" (1994), inauguró el ciclo dedicado al director Wong Kar-Wai