En este sector del país el 30,7% de la población expresa discursos de odio y ese porcentaje está a 4 puntos sobre el promedio de 26,2% general , mientras que el noroeste y la Patagonia exhiben los niveles más bajos (30,4 % y 20,5% respectivamente).
También son mayores las dosis de odio que salen de las bocas de los habitantes de la región centro que en el "corazón del país" o donde "atiende Dios": el conurbano bonaerense registra un 25%; Ciudad Autónoma de Buenos Aires un 22,6% y provincia de Buenos Aires 24,6%.
Cuando se le preguntó a Villarreal por qué las 700 personas encuestadas en la región Centro, donde se los consultó a los santafesinos y santafesinas, son las que se suben al podio en los DDO, describió: " Decimos que es la región con más predisposición a discursos de odio, no caracterizamos espacios definitivos, pero se evidencia acá una afinidad mayor con los discursos de odio que en el resto de las regiones. Nuestra hipótesis es que cuanto más conservadora es la sociedad, más se afianza esa inclinación a expresarse con odio. Esto no tiene que ver solo con el posicionamiento económico, uno puede pensar en empresarios o ruralistas encumbrados, sino también con lo cultural. Por ejemplo, la oposición a la ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) articula de manera intensa con la predisposición a los discursos de odio".
No solo se señala que también se expresan frases odiosas y discriminadoras en la izquierda, el peronismo y el resto del campo popular pero mucho más en la derecha y ultraderecha sino en las distintas clases sociales. Esto último se refleja en el campo laboral, también en Santa Fe y con mayor intensidad en los empleadores, dueños, empleados y obreros, que forman parte de la economía formal.
" Porque en un contexto de crisis, como la que predomina hoy en Argentina, los sectores que tienen estabilidad ven peligrar sus puestos de trabajo, se sienten amenazados, con miedo, y toman posiciones defensivas a través del rechazo", dijo Villareal.
La investigación fue realizada por jóvenes estudiantes y científicos que van de los 20 a los 50 años y fue dirigido por el doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA), doctor en Filosofía por la Universidad de Sao Paulo (USP) e Investigador del Conicet, Ezequiel Ipar.
El equipo se formó hace diez años como Grupo de Estudios Críticos sobre Ideología y Democracia (Gecid) del Instituto Gino Germani siempre preocupado en los dilemas actuales de las demócratas y el debilitamiento de valores y consensos en la sociedad civil.
El trabajo comenzó en 2019 y finalizó a principios de 202 0 y deja en claro que los discursos de odio son la matriz que le da forma a la expresión de prejuicios racistas, xenófobos o antisemitas, así como a la creciente anti-política.
Pero además, esos discursos tienen efecto sobre el sistema político y los procesos electorales, y de algún modo, explican algo de cómo se votó en esta provincia el 14 de octubre pasado.
Nivel educativo y edad en el país y centro
¿Qué es un discurso de odio (DDO) y por qué se generan, según estos investigadores?
Dicen que los DDO son " cualquier tipo de discurso pronunciado en la esfera pública que procure promover, incitar o legitimar la discriminación, la deshumanización y/o la violencia hacia una persona o grupo de personas en función a la pertenencia a las mismas, a un grupo religioso, étnico, nacional, político, racial, de género o cualquier otra identidad social".
A contrapelo de lo que se supone cuando se repite que "esta sociedad se mejora con educación", la investigación demuestra que hay cierta divergencia con quienes tienen el secundario completo con la tendencia general. En la región centro son más discriminadores y autoritarios los que tienen el secundario completo (39,8%) que apenas terminaron el primario (33,5%).
Pero, también hay que decirlo, el trabajo a nivel país refleja que las personas con posgrado completos e incompletos son las menos propensas a apoyar o promover discursos de odio (16,1%) y las más proclives a desaprobarlos y criticarlos (68,2 %).
En otro sentido, al mirar la aprobación, desaprobación o indiferencia de los DDO a nivel generacional puede concluirse que "cuanto más joven peor".
Entre los centennials, la población entre 16 y 24 años, hay 26,5% en todo el territorio y un 36,4% de predisposición a abrazar estos discursos entre los santafesinos, cordobeses, entrerrianos y pampeanos. Y entre los millenials, los que van de entre 25 y 40 años, representan el 31,1% en el país y bastante más en la región centro: 37,1%, en una variable que llega a los 75 años y más.
" Las redes son usadas por los más jóvenes y justamente son ellos los que sufren el impacto social y se muestras frustradas o descontentos por la falta de trabajo y la inflación, por eso analizamos que esas razones hacen más permeables a los discursos de odio. Un dato más, por ejemplo, los seguidores de Milei son básicamente jóvenes desencantados por lo económico pero también por la polarización de la política y lo expresan. No es apresurado decir que la extrema derecha está sobrerrepresentada en las redes y hace un mejor uso político de esas plataformas", aseguró.
Si cabe a esta altura de estos primeros resultados, hay que aclarar que acá no se analizan mensajes individuales, de una persona a otra, sino "aquellos que desde el anonimato de las redes sociales, enmascarados en un nick o en boca de personajes altisonantes con muchos seguidores, irrumpen en el debate público y se propagan con gran impacto social en la esfera pública ", describió Villarreal.
La más odiosa, Twitter
L os antecedentes históricos que los impulsaron el trabajo son, entre otros, " la crisis financiera del año 2008, que marca el inicio del ocaso de la etapa neoliberal del capitalismo, y partir de la cual se empieza a debatir el retorno de las regulaciones estatales para estabilizar la economía. Ese contexto de crisis favorece el surgimiento de posiciones autoritarias, conservadoras o anti-democráticas que se expresan en discursos autoritarios. También la toma del Capitolio en Estados Unidos, en enero de este año, como ejemplo paradigmático de procesos des-democratizadores que explican la aparición de figuras como Jair Bolsonaro, en Brasil; Donald Trump, en Estados Unidos o Patricia Bullrich o Javier Milei, en Argentina", apuntó Villarreal antes de agregar que con el tiempo se perdió la sensación de inocencia y neutralidad con las redes.
"La irrupción de las redes sociales modificó la esfera pública y el debate democrático. Al comienzo se pensaban como una herramienta democratizadora, donde se podían manifestar voces que antes estaban silenciadas. Hoy ese entusiasmo inicial se abandonó, ya no podemos pensar en las redes sociales de ese modo, vemos que también hay algo siniestro detrás del funcionamiento de los algoritmos y que eso trae problemas para las democracias, sobre todos a partir de la propagación de los discursos de odio. No olvidemos que existen los trolls (persona que entra a las redes para confrontar o molestar) o que hace dos años se replicaron varios mensajes automatizados a partir de bots en una campaña digital en apoyo a Macri, que reprodujo mensajes sin sentido y pudo en evidencia como se intervienen las redes sociales", dijo el sociólogo.
De este modo, Villarreal se refirió al suceso en que con el hashtag #YoVotoMM, se intentó instalar en Twitter la campaña electoral en las redes sociales como trending topic (palabras clave más utilizadas en la red social durante un período de tiempo determinado).
Al consultarle al investigador cuál de todas las redes es la más "odiosa" (categoría que no usa el informe sino esta nota), contesta sin dudar: "Twitter", luego Facebook, Instagram y detrás el TikTock. Pero hizo una aclaración.
" Twitter es más proclive a la circulación de DDO y sus algoritmos favorecen más a los contenidos de derecha, tanto en notas como discursos políticos, que a los de izquierda, esto lo sabemos a partir de documentos de investigación realizados por la misma empresa en siete países -España, Canadá, Francia, Reino Unido, Alemania, Japón Estados Unidos-, y que los ha hecho públicos. Esta es una gran diferencia con Facebook, que no publica sus investigaciones internas. Lo que hoy sabemos de los algoritmos de esa red social se lo debemos a una ex empleada de la empresa que filtró documentos internos: Frances Haugen".
La mujer, experta en datos, le entregó a las autoridades estadounidenses documentos internos de Facebook, la red social más grande del mundo, donde reconocen que sus algoritmos favorecen los mensajes de odio porque este es el sentimiento que mantiene a los usuarios más tiempo conectados a las redes. Facebook sabe que sus productos favorecen los discursos de odio, pero no cambia los algoritmos porque le aseguran mayores ganancias”. Queda claro la contradicción entre los públicos y lo privado: lo que favorece los intereses comerciales de la empresa tiene consecuencias negativas sobre el debate democrático. Y nada hace suponer que no suceda lo mismo con los mensajes que se vierten bajo las notas de los medios electrónicos de comunicación.
"Tal vez no se sacan porque sirve, antes de la llegada de las redes los medios -diarios, radios- conformaban el pilar central de la esfera pública como debate, eran moderadores del discursos en el siglo XX, marcaban el límite entre lo decible y lo no decible. No se podía llevar a un nazi a la televisión, se regulaban los límites de la democracia, pero con las redes, esos medios que tendían a ser masivos y competían empiezan a atomizarse y generar nichos de consumidores: se dirigen a públicos específicos y pierden ese rol de moderación del debate público, mas bien son portadores de estos discursos", aseguró Villarreal. Luego ejemplificó: "Hace años Bernardo Neustadt, desde su tendencia ideológica abría el debate, hoy Baby Etchecopar o Lanata se dirigen a un nicho cautivo, no les importa abrir el debate masivamente".
El odio en el ámbito laboral
Quienes se identifican como dueños, patrones y empleadores con trabajos formales en el país, se los ve con más predisposición a usar este tipo de discursos (33,4%). Tanto sean empleados (28%), obreros (27%) o trabajadores familiares, que tienen una granjita en su casa, por ejemplo: (22,1%). Pero en el centro se agrava la situación ya que las cifras aumentan: la de los empleados trepan al 31,7 % y las de los obreros al 51,7%.
"También muestran valores levemente superiores los trabajadores familiares sin remuneración, representan el 30,4% y los desocupados un 32,5%, esto no se da a nivel nacional".
Los resultados analizados en su conjunto muestran que no se puede trazar una relación unívoca y lineal entre variables educativas, sociodemográficas e identificación con DDO y que es necesario considerar como complejos estos vínculos.
¿Se seguirán investigando tras las elecciones, estos horribles discursos?
Villarreal dice que esa es la idea, y no necesariamente tienen que ver con estas elecciones, "sí", sostiene con ironía, se continuará con la investigación si se siguen replicando estos discursos.
"Suena mal decirlo pero si se siguen propagando los DDO tendremos objeto de estudio para seguir analizando", adelantó.