Se conocieron los primeros resultados de las pruebas Aprender que se realizaron el 1 de diciembre de 2021 en 19.638 escuelas primarias de la Argentina, y que evaluaron en lengua y matemática a 623.558 estudiantes de sexto grado. Si bien el panorama no pintaba alentador, los datos preliminares generaron gran preocupación respecto a los niveles en lengua, que tuvieron una caída abrupta respecto al 2018. Pero aunque la baja es más significativa en lengua que en matemática, esta última sigue siendo el área con mayores dificultades, como se presentó históricamente. Con esta primera foto general, surgen dos preguntas importantes: cómo y por qué la pandemia afectó en mayor medida a las prácticas del lenguaje y cuáles son los mecanismos para revertir la situación. En Santa Fe sumarán horas de clase en agosto, con días destinados a lectura y la escritura.
A nivel nacional, solo el 56 por ciento de los estudiantes alcanzó niveles satisfactorios o avanzados en lengua, a diferencia de 2018, cuando representaron el 75,3 por ciento. En tres años atravesados por la pandemia, la disminución fue de 19,3 puntos porcentuales. El analista de datos del Observatorio de Argentinos por la Educación que participó del informe de la organización sobre las pruebas Aprender, Martín Nistal, explicó a La Capital que lo ocurrido con lengua es una "caída abrupta nunca antes vista". El especialista indicó que si bien la disminución del nivel promedio en matemática fue menor, esta área sigue estando por debajo de los niveles de lengua. “Tanto en las pruebas nacionales o internacionales, los niveles de matemática siempre son bajos y se mantienen en un promedio similar, por lo que esta caída en lengua habla peor de la compresión del lenguaje”, afirmó.
Sobre el llamativo descenso en los resultados de lengua, Nistal dijo que hay dos motivos centrales. En primer lugar, sostuvo que los pedagogos aseguran que para la lengua es importante la lectura en voz alta y la comunicación compartida, mientras que en matemática los procesos pueden realizarse de manera individual. En segundo lugar, aseguró que muchos especialistas apuntan que en matemática los conocimientos ya estaban en los niveles básicos y solo se mantuvieron.
Algo similar expuso a La Capital el secretario de Educación de Santa Fe, Víctor Debloc, quien planteó que estiman que la media nacional refleja los resultados de las provincias y que efectivamente la preocupación mayor está en los datos que se desprenden de las evaluaciones de lengua, ya que matemática se mantiene cerca de los niveles obtenidos en 2018. Además, expresó que había una predicción —sin investigación ni datos certeros— sobre los resultados preocupantes de estas pruebas y que esperaban que la caída fuera más marcada en lo que tiene que ver con la lectura y escritura.
Sobre la disminución en los conocimientos alcanzados en lengua, indicó que se debe a dos razones. Los niveles socioeconómicos de los estudiantes hacen que en el hogar no se acompañe la alfabetización. “En 2020 y en 2021, lo que hubo es falta de práctica del lenguaje, que se profundizó en los sectores populares”, expuso. El segundo motivo que señaló como causante de los peores resultados en lengua y la permanencia en niveles bajos de matemática, tiene que ver con que los estudiantes mantienen los saberes básicos en ambas áreas, es decir, se mantienen en niveles relativamente bajos. El funcionario también destacó que la falta de conversación, de diálogo, de comunicación afectiva, oral y escrita y la lectura en voz alta afectan en mayor medida a las prácticas del lenguaje.
Por su parte, Irene Kit, pedagoga y presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos, explicó a La Capital que para el aprendizaje de la lectura y la escritura se necesita de una continuidad además de un contexto. “Si uno deja de leer o de escribir, con el tiempo las prácticas se desgastan”, aseguró, pero aclaró que esto no quiere decir que el estudiante vuelva a foja 0: “Las pruebas Aprender analizan la comprensión de textos más extensos y formas de escritura y lectura diferentes a las que los estudiantes de sexto grado suelen usar en la vida cotidiana”. Para la especialista, durante la pandemia hubo una gran pausa en estas prácticas, que no fueron ejercitadas durante casi dos años, lo que provocó un gran retroceso.
“Cuando uno escribe o lee mucho y de manera continuada, va entrenando una cierta automaticidad, pero con el corte abrupto que provocó la pandemia en la escolaridad, estos procesos se vieron perjudicados”, explicó. A diferencia de los aprendizajes que las pruebas Aprender evalúan en lengua, aseguró que las operaciones que se evalúan en matemática tienen que ver con procesos que sí se llevan adelante en la vida cotidiana, como por ejemplo las sumas, restas, divisiones o multiplicaciones, los porcentajes o las estadísticas. “Todas las personas realizan compras, leen, entienden y ponen en práctica recetas, siguen los puntos de sus equipos de fútbol en las tablas de posiciones”, ejemplificó.
Desigualdades socioeconómicas
El analista de datos Martín Nistal detalló que en los niveles socioeconómicos más bajos, fueron menos los estudiantes que lograron los conocimientos satisfactorios o avanzados y, por ende, la diferencia con los resultados de 2018 fue mayor. Tres años antes, un 91% de estudiantes con altos niveles económicos logró los conocimientos satisfactorios, mientras que solo un 59% de los estudiantes de sectores más empobrecidos pudo alcanzarlos. En 2021, las cifras disminuyeron a 78% en los sectores de alto poder adquisitivo y a 29% en los sectores de bajo poder adquisitivo. En resumen, en 2018 la diferencia entre quienes alcanzaron los conocimientos satisfactorios en lengua en los niveles socioeconómicos bajos y en los altos era de 40 puntos, pero en 2021 se incrementó a 49.
La pedagoga Irene Kit sostuvo que para revertir esta situación, son necesarias políticas públicas que incentiven la lectura de los estudiantes de los sectores con menos recursos. “Se podría, por ejemplo, brindar la posibilidad de que puedan elegir una vez al mes un libro sobre el tema que deseen leer, para incentivar esta práctica ya que no pueden comprar los materiales por su cuenta”, propuso
Cómo revertir los resultados
Nistal aseguró que tanto en lengua como en matemáticas los niveles no se pueden revertir a corto plazo. Para solucionarlo, sostiene que sería bueno que a nivel nacional se invierta más en la educación, que se haga efectiva la medida de la extensión de la jornada horaria en las escuelas primarias y que se prioricen los aprendizajes en las áreas primordiales como estas dos áreas evaluadas.
Kit señaló que la situación es reversible porque los estudiantes de sexto grado siguen en el sistema educativo, tanto en séptimo grado como en el primer año del secundario, dependiendo de cada provincia. Pero los problemas se pueden solucionar si realmente se pone atención a estas cuestiones. “No se puede salir de la pandemia y pensar que ya pasó, hay que rehabilitar esas prácticas de lectura y de escritura que se desgastaron”, sostuvo. En esa línea, indicó que no son los docentes y estudiantes solamente los que deben dedicarse a solucionar los inconvenientes evidenciados, sino que es una misión del país. “Tenemos que prestar atención a los protocolos pedagógicos y no solo a los sanitarios”, opinó.
Para Kit se trata de rehabilitar la lectura, tal como se recupera un jugador de fútbol de una lesión grave. “Hay que reentrenar y revincular a los estudiantes con la lectura y la escritura, y para eso es necesario que lean y escriban sobre lo que sea, pero que realicen estas prácticas”, indicó e hizo referencia a los temas sobre los que los estudiantes se interesan: “Necesitamos que se sientan atraídos por lo que leen, por lo tanto no podemos darles un libro sobre geografía si lo que quieren es, por ejemplo, leer ficción”, aclaró.
El secretario de Educación de Santa Fe, Víctor Debloc, indicó que durante la última reunión del Concejo Federal de Educación, realizada el miércoles pasado en Rosario, hubo un gran acuerdo entre los funcionarios de todas las provincias sobre la necesidad de poner en práctica las jornadas extendidas. “Esto significa más tiempo de enseñanza en las escuelas, que es el lugar donde se debe dar en mayor medida la alfabetización”, explicó. En ese sentido, señaló que en Santa Fe se esperan sumar las horas extras en agosto y que habrá días destinados a lengua. “Un día los estudiantes tendrán una hora de taller de lectura y otro día de la semana esa hora será para el taller de escritura”, precisó. A esta medida, se le suman las capacitaciones docentes y los libros y manuales destinados a estos aprendizajes con el objetivo de priorizar los contenidos de matemática y lengua.