El plantel leproso no tuvo descanso y tras la práctica matutina del sábado Sordo dialogó con Ovación, todavía feliz por el golazo ante Patronato y ya empezando a enfocar los dardos en la nueva final del miércoles ante Banfield, en un Coloso que estará a reventar.
¿Cómo viviste el día después del golazo ante Patronato?
La verdad es que estoy contentísimo, muy alegre y disfrutando con la familia. Repito, muy contento, feliz y gozando este momento porque a partir de ahora ya nos pusimos la mente en el partido que se nos viene el miércoles ante Banfield.
¿Hablaron en el vestuario con los compañeros del gran gol que armaron con Giani y Reasco?
Sí lo charlamos después. Yo se la pedí a Justo Giani, le levanté la mano y el pase fue para Djorkaeff, que me dijo que me escuchó que yo venía y trató de dejar pasar la pelota tocándola con el taco y gracias Dios me quedó justa para darle de primera. Puede sacar un buen disparo que por suerte fue adentro.
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Sordo dijo que el DT de inferiores que más lo marcó fue Adrián Taffarel.
Nunca dudaste de que ibas a patear de primera y lo sorprendiste al arquero de Patronato.
Ya tenía en mente que luego el pase atrás iba a rematar y así lo hice.
En el gol participaron tres jugadores que ingresaron desde el banco, esto habla que todo el plantel está enchufado y metido en lo que le pide el entrenador. ¿Es así?
Por suerte el plantel está muy bien, con confianza entre los compañeros y esto quedó demostrado en que los tres jugadores que participamos en la jugada del gol fuimos tres suplentes que nos tocó ingresar. Al gol también lo pudieron haber hecho los titulares. Hay mucha confianza y entendimiento con todos.
No fue tan fuerte el disparo, pero si muy esquinado y eso lo complicó al arquero.
Sí, la idea mía fue siempre colocar la pelota en el segundo palo y por suerte salió bastante esquinado. Gracias a Dios no la tocó el arquero y pudo entrar.
Saliste a gritar el gol como loco. ¿Pensaste en alguien en ese momento para celebrarlo porque el partido estaba muy complicado?
La verdad es que fue una alegría tremenda. Lo grité con muchas ganas porque destrabó el partido, algo que habíamos buscado en todos los minutos que se habían jugado antes. Creo que nos merecíamos la victoria y teníamos que revertir el tropiezo que tuvimos con Unión.
¿Desde que debutaste en la primera de Newell’s es el momento más emotivo?
Sí, estoy pasando por el momento más feliz que me tocó en primera división. Uno es consciente de que como dice la palabra estos son “momentos” y hay que poder disfrutarlos, teniendo siempre los pies sobre la tierra. Cuando tocan las buenas hay que disfrutarlas y en las malas hay que aguantar.
¿Soñaste con hacer este gol tan importante?
Fue un desahogo enorme de todo el equipo por cómo se vivió y en lo personal fue para mi familia que está siempre en la tribuna apoyando en todos los partidos que a uno le toca jugar.
¿Qué cambió en lo personal para vos con la llegada de Javier Sanguinetti, qué te pide que hagas porque cada vez que entrás demostrás cosas positivas?
La verdad es que en lo personal y en lo grupal Javier nos brinda una confianza plena. Nos dice que nos soltemos, que juguemos, que a pesar del error no nos caigamos y que sigamos intentando lo que le podemos brindar al equipo.
A todos los jugadores les gusta ser titulares. Igualmente una de las cualidades del Newell’s de Sanguinetti es que cuando se hacen los cambios por lo general se nota una mejoría en el rendimiento colectivo que incide de manera favorable en los partidos. ¿Ustedes lo ven así?
Sí, uno siempre quiere ser titular, pero somos un grupo muy unido, un grupo humano muy bueno. Esto se ve reflejado en que cuando sale uno, el compañero que ingresa trata de hacer lo mejor posible para el equipo.
Te pusieron de nueve, de volante, ahora de carrilero adelantado, ¿en este fútbol moderno el jugador deja de tener un puesto fijo y se tiene que acomodar a lo que pide el DT?
Por suerte he tenido técnicos en inferiores que me han alternado en varias posiciones y uno aprendió y maduró en ese sentido para entender lo que es vivir del fútbol. Hay que adaptarse a distintas circunstancias. Gracias a Dios me pasa también ahora en primera división y me amoldo a lo que me pide el técnico de turno.
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La dedicatoria. Sordo recordó a toda su familia en el gol ante Patronato. Los suyos estaban en las tribunas del Coloso.
¿Si vos fueras el técnico dónde te pondrías?
Siempre me gustó jugar por el medio, siempre fui un volante ofensivo, estuve detrás del nueve o con tres volantes ser el más ofensivo, pero como te digo, me adapté a varias posiciones ya desde las inferiores y por suerte ahora en primera puedo hacerlo también.
¿En que año comenzaste a jugar en Newell’s?
En Newell’s firmé mi pase entre el 2010 y 2011 y en 2013 me viene a vivir a la pensión. Vine desde la ciudad de Las Rosas acá en Santa Fe. De ahí son Leo Ponzio y el Patón Rufini, que son dos jugadores conocidos que pasaron por Newell’s. Los conozco del pueblo. Con Leo he hablado seguido y con el Patón cada vez que lo cruzo charlamos un rato. Es lindo hablar con gente que vivió momentos lindos en el club. Leo era más de marca y recuperar y el Patón fue un volante más suelto y creativo.
De los técnicos que tuviste en inferiores, ¿cuál te marcó más?
Todos los técnicos te marcan, te ayudan y te aconsejan para ser mejor jugador. Pero creo que el que marcó a mí fue Adrián Taffarel que lo tuve en séptima división. Y después me dirigió nuevamente unos partidos en primera el año pasado.
¿Cómo está el grupo viviendo este buen momento y si ya están pensando en lo que viene?
El grupo está contento, con alegría, disfrutando estos momentos que son cortos y ya empezamos a tener la mente en Banfield, dejando el partido de Patronato atrás y entrenando para sacar adelante ese compromiso que para nosotros es importantísimo.
¿El viernes sentiste la ovación de la gente hacia vos cuando terminó el partido en la despedida al equipo?
Siempre es bienvenido que a un jugador lo aplaudan o le den aliento para que saque su mejor versión. Uno lo toma de buena manera. Las cosas buenas son bien tomadas porque te ayudan a crecer y a tomar más confianza.
A veces a los chicos del club la gente no les tiene tanta paciencia. ¿Cómo se maneja el tema del murmullo cuando por ejemplo vos o un compañero erran un pase? ¿Cómo trabajás esta situación psicológicamente para poder sobrellevarla?
Los chicos que salimos de inferiores sabemos en el club que estamos, que es el más grande del interior y uno de los más grandes de la Argentina. Sabemos de la hinchada que tenemos y la gente te hace sentir eso. Tenés que estar preparado y adaptarte lo más rápido posible. A uno le puede costar más o menos, pero siempre hay que tener la cabeza en lo que uno quiso ser toda su carrera de inferiores, donde durante cinco o seis años la luchó y la peleó para llegar a estos momentos de hoy en día. Hay que disfrutarlo y tener la cabeza fuerte en esos momentos que son de adversidad.
Con Patronato fue toda emoción y festejo, pero el año pasado las cosas no salían y se escuchaba el malestar de la gente, ¿era difícil jugar así?,¿hay mucha diferencia con esta temporada?
Como las cosas buenas te gustan es obvio que no te gustan las malas. Pero estás en un club grande de Argentina y te lo hacen sentir. Entonces tengo que lidiar con eso y estar a la altura del club en el que estoy ahora que es Newell’s.
¿Haber ganado el clásico le dio mucha fuerza para estar en el momento que están ahora?
El clásico fue un envión anímico muy grande. Pudimos sacar ese partido adelante gracias a todo el grupo que está unido. Ahora estamos luchando en los puestos de arriba con la ilusión de clasificar. Vamos partido a partido, sin apurarse y ahora no toca Banfield y dejaremos todo para lograr la victoria en casa.
¿En el gol ante Patronato que sirvió para seguir prendidos, hubo algo de desahogo de aquel gol que fallaste en el final clásico y que pudo costar caro?
Uno nunca quiere errar un gol, fue una mala definición que le puede pasar a cualquiera y me pasó a mí. La verdad es que el gol ante Patronato fue un desahogo personal muy grande, tanto mío como de mi familia, que son las personas que sienten un poco más las críticas o sufren los malos momentos que uno pasó. Mi familia son mis padres, una hermana, abuelos y tíos. Somos una familia muy futbolera y que como conocen el ambiente del fútbol sufren un poco más. Estaban en la cancha porque siempre me acompañan.
Se vienen los últimos cuatro partidos de la zona (Banfield, Racing, San Lorenzo y Gimnasia), ¿el gran objetivo es luchar para clasificar y después soñar con el título?
La ilusión de la clasificación está, pero es partido tras partido, hay que pensar ahora sólo en Banfield y buscar esa victoria de local.
¿La camiseta del gol con Patronato tuvo un destino especial?
Se la regalé a la familia que nos cuidaba en la pensión de Newell’s, que justo estaban en la cancha. Era un obsequio que les quería dar porque estuvimos juntos muchos años conviviendo con ellos y es una familia muy humilde, muy buena. Estuvieron en los momentos de la adolescencia y me acompañaron cuando llegue de mi pueblo a la ciudad. Estuve seis o siete años en la pensión del club.