Lo cierto es que la corta gestión de Batakis estuvo signada por un rechazo a su designación por parte de sectores del poder fáctico. Espaldarazo que se hizo tangible con el alza que la divisa norteamericana ilegal tuvo en las últimas semanas, en conjunción con la reticencia del sector agropecuario a liquidar sus granos, sumado al sostenido incremento diario de los precios de productos de consumo masivo.
En el descalabro coyuntural se multiplicaron las discusiones en todo el arco dirigencial del frente de todos. Llegó el momento de sacar a relucir la bala de plata.
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Cecilia Moreau y Sergio Massa. Moreau juró como la primera mujer que presidirá la Cámara de Diputados en toda la historia.
Foto: Natacha Pisarenko / AP
Híper centralidad del superministro
En el día de ayer se vivió una jornada histórica en la Cámara de Diputados de la Nación, por primera vez en ciento cincuenta y ocho años, una mujer, Cecilia Moreau, fue elegida como presidenta de la mencionada cámara. Pero, más allá de este dato sumamente relevante, la atención estuvo concentrada en el presidente saliente, Sergio Massa, ahora flamante superministro de la Nación que abandonó su posición parlamentaria para asumir un rol de alto riesgo en el ejecutivo.
Antes de desarrollar los puntos fuertes de los anuncios del nuevo ministro haremos un recuento de algunas declaraciones que se oyeron en el recinto que nos permiten entender el contexto en el cual los cambios se desarrollan.
En el cierre del uso de la palabra del bloque de “Evolución Radical”, el diputado por Córdoba Rodrigo De Loredo luego de anunciar su abstención en la votación a la nueva presidencia de la cámara y de pedir de un plan de estabilización, hizo un reclamo algo exótico: “Sería muy importante, ex presidente, que esté dispuesto a renunciar a toda pretensión de candidatura para el 2023”.
La oposición está en pleno reacomodamiento ante los nuevos movimientos en el ejecutivo e intenta asegurar que las puertas a 2023 se mantengan abiertas ante un posible éxito del superministro que lo sitúe en la senda presidencial el próximo año.
Por otra parte, Graciela Camaño desde el bloque “Identidad Bonaerense” antes de festejar la llegada de una mujer a la presidencia del recinto contextualiza: “Estamos frente a una anomalía, el presidente tiene que irse de la cámara como un bombero a ver si puede, si es que puede, resolver algo del terrible conflicto económico y político que tenemos”
Desde la izquierda la diputada Miriam Bregman profundiza su mirada sobre la crisis actual, se abstiene en la votación para que el sector no pierda su tradición intransigente. “Se está dando una paradoja en la Argentina, las patronales salen a la calle a pelear, organizan lock out, marchas a plaza de mayo, tractorazos ,sentadas en los silos bolsa o corridas bancarias. Las patronales pelean, y siempre consiguen lo que quieren”, sentenció Bregman.
El ex presidente de la Cámara baja se despidió de sus funciones asegurando que volverá en búsqueda de consensos “una y cien veces”.
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Máximo Kirchner y Sergio Massa en la sesión de renuncia de Massa previo a la asunción al superministerio de Economía, Producción y Agro.
Foto: Natacha Pisarenko / AP
Supermiércoles de superministro
El día empieza temprano, y cuando el amanecer recién despuntaba se reprodujeron las primeras declaraciones a manos del Jefe de Gabinete, Juan Manzur: “Estamos en un contexto global muy complejo, siempre dijimos que la Argentina no es una isla y todas las variables impactan en el país . A pesar de todas las dificultades tenemos plena confianza en la gestión del ministro como en la de todos sus colaboradores”.
Más allá de la Fe que caracteriza al hombre de Tucuman y el clima de expectativas que se cierne sobre la política, la economía y la sociedad argentina ante el desarrollo de las medidas es menester analizar el cuadro de situación.
El ministerio enfrenta el desafío de recuperar el salario, reducir el déficit y proveer de reservas al Banco Central.
La puja distributiva no es un elemento nuevo de las relaciones económicas, sino más bien es uno de los ejes del conflicto histórico entre el capital y el trabajo, tanto en esta Nación como en todas las demás. Pero, luego de los cuatro años de caída casi ininterrumpida del poder adquisitivo y del producto bruto interno que caracterizó a la gestión de Juntos por el Cambio, más los efectos de la pandemia del Covid19, el inicio de la guerra en Europa, sumado a las inacciones del actual gobierno del Frente de Todos, detonó las tensiones internas en el seno social y la puja distributiva escaló a niveles pocas veces visto en nuestra joven democracia.
La espiral inflacionaria se come cualquier paritaria salarial lo que genera una constante pérdida de los niveles de vida de la población. Si omitimos el monumental despegue de precios que nos dejó el gobierno de Mauricio Macri, desde 2019 hasta aquí y según el relevamiento que desde el Instituto de Investigación Social Política Económica Ciudadana (ISEPCi), desde diciembre del 2019 a hoy, los precios de la canasta básica aumentaron un 212,25 por ciento.
Si sumamos a esta información el último parte del centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra), el cual muestra como la participación de los trabajadores en el total de riqueza generada se redujo, al tiempo que incrementó la porción en manos del empresariado. El reporte analiza el periodo transcurrido de 2016 a 2021 y explica que la participación del capital en el ingreso generado pasó de representar el 40,2 por ciento de la torta al 47 por ciento de aquella. En tanto la participación de los asalariados se derrumbó nueve puntos, desde representar un 52 por ciento en el 2016 y terminó en un 43 por ciento sobre fines de 2021.
Las tensiones económicas recientes agravaron este escenario en que el aumento constante y sonante de precio no produce más que pérdidas en aquella participación.
Desatar el segundo nudo: reducción del déficit fiscal
Una promesa asumida ante el FMI, en el actual contexto mundial no es nada fácil. La segmentación tarifaria es apenas un atisbo de las medidas que el estado debe encarar. Al ser el déficit un desbalance entre egresos e ingresos sólo se pueden hacer tres cosas o aumentar los ingresos fiscales (mediante una retoque en alícuotas o un aumento en el número de impuestos), o reducir los gastos fiscales (recortar funciones del estado, eliminar incentivos y subsidios, etc) o, por último, hacer un mix de ajuste y apriete, es decir, achicar los gastos hasta lo socialmente admisible y aumentar los impuestos hasta lo empresarialmente aceptable. Al ser el superministro un hombre de la ancha avenida del medio y ante la correlación de fuerzas existente, la tercera opción parece que será la elegida.
Para hacer frente al último desafío planteado en esta nota, Massa anunció las designaciones de lo que al parecer van a ser funcionarios clave para intentar superar el atolladero actual en la que se encuentra el BCRA, comunicó en redes sociales que Matías Tombolini y José Ignacio de Mendiguren estarán al frente de las secretarías de Comercio y Producción respectivamente.
En cuanto a Tombolini, el dirigente del Frente Renovador (FR), aclaró que coordinará las áreas de Comercio Interior y Exterior "con el objetivo de darle orden a la mesa de los argentinos y recuperar un sistema de precios adecuado que permita volver a saber cuánto valen las cosas". Es decir, Tombolini se sentará sobre la disponibilidad de dólares y designará sus usos a las funciones que aquél considere únicamente a las que aquél considere relevante, al menos esto es lo que se vislumbra.
En lo que refiere al veterano industrial, José “vasco” De Mendiguren (que renuncia a la presidencia del BICE y fuera dirigente de la UIA), no solo deberá continuar con el legado de Matías Kulfas y de Daniel Scioli, sino que deberá apalancar la radicación de inversiones y a preparar la matriz industrial exportadoras para obtener las divisas que son el medicamento adecuado y único para la fiebre verde que aqueja a la Argentina.
Si hablamos de dólares y exportaciones directamente pensamos en el agro, Juan José Bahillo, fue funcionario entrerriano y productor lechero en la esfera privada, es el nuevo secretario que tendrá encargada mencionada cartera. Bahillo encarará la siempre complicada tarea de convocar a los diferentes sectores del agro para bajar los niveles de conflictividad y destrabar el atesoramiento de granos que entorpecen aún más la praxis económica.
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Cristina Fernández recibió a Sergio Massa antes de la jura como ministro.
Foto: Agencia Télam
Algunos rumores recorren “los mercados”, las brujas auguran que el estado debería juntar alrededor de 5.000 millones de dólares que posibiliten saltar las semanas de frío que quedan y que generan un drenaje diario de más de 100 millones de dólares en importaciones de energía. Quien encabeza esta cruzada por un nuevo financiamiento es Daniel Marx, ex director del Banco Central en los años de Raúl Alfonsín, también funcionario de Menem y De la Rúa.
El superministro o titular del ministerio del dólar presentó a Marx, que sólo comparte el apellido con el autor de El Capital: “integrará el comité para el desarrollo del mercado de capitales y seguimiento de la deuda pública. Tienen como objetivo fortalecer las reservas, asegurar el financiamiento del Tesoro y promover el desarrollo de un mercado de capitales nacional".
Ya está en el aire girando la moneda. El presidente deja los destinos de su gestión en los dos socios mayoritarios de la coalición que lo llevó al gobierno. El premier argentino se juega el todo por el todo en esta cruzada para alcanzar octubre del 2023.
(*) Facundo Budassi es economista. Especialista en seguridad y geopolítica
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