La mujer va ganando espacios en distintos ámbitos y el rugby no es la excepción. Las chicas lentamente van incursionando en menesteres históricamente masculinos y van dejando su sello. En tal sentido, la Unión de Rugby de Rosario se va aggiornando a los tiempos que corren y creó la subcomisión de rugby femenino, cuya presidenta es Analía Guida, algo histórico ya que es la primera mujer que ocupa un cargo dirigencial en los 94 años de vida que tiene la entidad madre del rugby rosarino.
“Es un desafío muy grande, estoy muy confiada en que vamos a hacer crecer el rugby femenino. Creo que debemos apuntar al crecimiento, no solo en cantidad de jugadoras sino incentivar a que las chicas se queden en el club y cumplan otros roles como managers, dirigentes, etc”, dijo la presidenta en el mismo momento que asumió y para ello trabaja.
Guida viene de una familia de rugbiers por lo que el tema no le resulta extraño. Su papá jugó en La Salle y su hermano en Gimnasia y Esgrima. Ella lo hizo en Provincial y jugó hasta que tuvo que colgar los botines para pasar a ser parte de la dirigencia. “Muchos en el club al ver que éramos madres no nos tenían fe. Pensaron que íbamos a hacer un par de cosas y nos íbamos a ir. Pero no fue así. El año pasado salimos segundas en Rosario y eso fue como un premio a la constancia y al amor por el rugby”, recordó de su paso como jugadora.
¿Cómo fue tu acercamiento a la dirigencia? ¿Cuándo empezó?
Te diría que en 2019, cuando tenemos el primer evento que nos toca de local en el club. Raúl Liljestrom, uno de los referentes del rugby femenino en Rosario, me preguntó si quería colaborar y me sumé. Empecé a ir a las reuniones y a interiorizarme más. En 2021 se formó una especie de subcomisión (ya que no estaban todos los representantes) y a mí me mandaron a la comisión de competencias para que represente al rugby femenino. Creo que esa fue la primera apertura de la URR para con el rugby femenino.
Guida sabe de lo que es la verticalidad del rugby, pero aclara que “con las chicas no sucede lo mismo” ya que al empezar al revés no adquieren ese sentido de pertenencia que maman los chicos desde infantiles.
¿Cómo fue el camino del rugby femenino para que ahora tengan una subcomisión?
En un principio el rugby femenino era como una isla. Raúl (Liljestrhom), que era el responsable y hoy es uno de los referentes manejaba los torneos y se decidía con los clubes los torneos .En la Unión vieron que se podía trabajar pero tenía que tener un orden. Paralelamente desde la UAR se notaba un crecimiento cada vez más grande y todo se basaba en números, de hecho en cinco años el rugby femenino creció un 125% en todo el país. Como el crecimiento era inminente empezaron a tomar algunas medidas, como aquel equipo que no tenga juveniles no podía participar del Nacional. Esa fue una decisión que se tomó de un mes para otro, cuando ya estábamos por jugar el Final Four para ir al Regional. Así que tuvimos que salir a buscar nenas por todos lados (y que se enganchen) para poder jugar. Con todos estos cambios la URR entendió que teníamos que trabajar como una subcomisión más, porque teníamos que ponernos en línea con ellos. Este año decidieron que haya una subcomisión con un representante sí o sí de cada club, con una presidenta y una secretaria, que es Soledad Otero del Jockey Club de Venado Tuerto.
¿Cuál es tu visión del rugby femenino?
Para mí el rugby femenino en Argentina está en pleno desarrollo, y creo que llega para lavarle un poco la cara a un deporte muy vapuleado por cosas que pasaron fuera de una cancha. El rugby es un deporte de valores que se vio empañado por distintos hechos que no tienen nada que ver con él. Y creo que el rugby femenino aporta una mirada diferente. Noto que la presencia de las mujeres en el rugby crece no solamente en la cancha. En distintos equipos internacionales podés ver kinesiólogas, médicas, árbitros mujeres, managers.
¿Crees que todavía hay prejuicios?
Sí, todavía existen esos prejuicios de que las mujeres no pueden jugar este deporte, o es aburrido, o no es para las mujeres, pero son solamente eso, prejuicios... El rugby masculino es diferente al femenino. Podría decirse que un juego distinto, más lento, pero creo que tiene que estar esa aceptación y cuesta mucho que lo acepten. No obstante la gente empezó un poco a abrir la cabeza, pero cuesta mucho, sobre todo en juveniles.
¿Qué es lo que tiene para ofrecer el rugby femenino?
El rugby es un deporte fascinante. El juego es interesante, pero tiene otras aristas, valores que lo hacen único. Es como la vida, si te caes siempre hay alguien para respaldarte. En el rugby no ves a un oponente como un enemigo, sino como un amigo que juega con otra camiseta.
Dirigencialmente, ¿qué proyecto tienen?
A mí me gustaría este año poder empezar a reclutar más juveniles, entrar a los colegios y mostrar el deporte para que vean que las chicas también pueden jugarlo. También me gustaría que, antes de los partidos de primera que convocan mucha gente, haya alguna demostración con las nenas.
Este año por primera vez 14 chicas de distintos clubes participan de la Academia, ¿qué pensás?
Eso es algo que nunca se había podido lograr y es otro avance. Es como que tienen visibilidad: las pueden ver a nivel nacional y pueden llegar a tener la oportunidad de que sean convocadas a una concentración, por ejemplo.