Además del rol de Leonardo Cositorto como líder de la organización, la investigación sobre el accionar de Generación Zoe en Rosario involucra a dos integrantes de una familia local, que según se reveló en la audiencia fueron claves para perpetrar las supuestas estafas. Uno es Roque Depiante, un publicista con domicilio en un country de Roldán, sindicado como cabecilla de la célula local; y la otra es Delfina Depiante, hija del primero y apuntada como una de las que recibía dinero en las oficinas que se montaron en la ciudad entre agosto de 2021 y marzo de 2022.
Padre e hija llegaron a la audiencia celebrada el pasado martes con sus manos esposadas. Él no había sido encontrado en su vivienda del country Puerto Roldán en el marco de los operativos realizados la semana pasada, pero se había presentado espontáneamente en la sede de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) a primera hora del lunes. Ella, en cambio, había sido aprehendida el miércoles 18 de mayo, cuando personal policial irrumpió en su domicilio de barrio Belgrano, donde además le secuestraron diversos equipos electrónicos y un automóvil Crossfox de color blanco.
Durante varios tramos de la audiencia imputativa, padre e hija tuvieron sus manos entrelazadas, sobre todo al momento en que la jueza Silvia Castelli leyó su resolución, donde definió, entre otros aspectos, la libertad de Delfina, lograda gracias a un acuerdo con Fiscalía. Roque, por su parte, seguirá el proceso en prisión preventiva por el plazo de ley.
Tal como lo dejó entrever la propia magistrada en su alocución, el hombre se encuentra ante un complejo panorama. Es que si bien su abogado plantea que es una víctima más de la situación, su nombre aparece estampado en el contrato de alquiler por las oficinas de calle San Lorenzo 1716 donde funcionó Generación Zoe. A ello se suma el testimonio de los denunciantes que activaron la investigación, quienes afirmaron que eran de su cercanía. "Yo soy amigo de Roque Depiante, hace muchos años, hace como 30 años atrás", declaró Mario A. "Él me hace todo lo que es la publicidad, entonces por eso mismo me contactó", reveló por su parte Nicolás V.
Hasta aquí no está claro qué motivó a Depiante a montar una oficina y comenzar a recaudar dinero para la organización. Sí pudo certificarse, en cambio, que su relación con Cositorto comenzó en el año 2019, cuando se capacitó como coach en un curso de la Asociación Latinoamericana de Coaches (una organización que el líder de Generación Zoe creó varios años atrás). Un certificado secuestrado de los allanamientos así lo acredita.
Durante la audiencia, Cositorto dijo no tener más vínculo con Depiante por fuera de ese encuentro en 2019. Sin embargo, uno de los damnificados por la supuesta estafa -que habló en ese mismo marco- lo desmintió, contando que en diciembre pasado dejaron trascender en grupos de WhatsApp que se encontraban desayunando juntos, planificando la apertura de nuevas oficinas en Rosario, más específicamente en Puerto Norte. "Hasta mostraron un video con el local vacío, diciendo que les iba a demandar dos meses de reformas", dijo Federico R.
Si en algo coincidieron los denunciantes fue en remarcar la capacidad de seducción de Depiante, montada en base a un discurso de palabras grandilocuentes y proyectos altisonantes. "Roque me convenció, que esto era más grande de lo que yo creía, que había inversiones en aviones, minas de oro, equipos de fútbol, etc.", había declarado el propio Federico R. en su entrevista en sede fiscal.
Aunque se daba a conocer como publicista, su perfil en la red social Linkedin lo describe únicamente como titular de Enlace Informático, una empresa “especializada en la construcción de sitios web”, que, curiosamente, no exhibe en su sitio web ningún trabajo realizado en el último tiempo. En esa misma firma decía desempeñarse su hija, según su Currículum Vitae público.
El contrato
Uno de los principales elementos exhibidos por Fiscalía para demostrar las responsabilidades de los imputados fue un contrato fechado en agosto de 2021, celebrado entre Roque Depiante y la Asociación Latinoamericana de Coaches, Confederación Mundial de Coaches y Zoe Empowermet, representadas por Claudio Álvarez (un hombre actualmente detenido en la ciudad de Villa María, Córdoba). A través del mismo, Depiante quedó contratado como empleado administrativo, quedando facultado para emitir recibos y documentos, firmando los mismos por orden y cuenta de la empleadora.
En ese momento se le encargó también a Depiante la búsqueda y contratación del alquiler de una oficina comercial en Rosario, a fin de desarrollar su actividad, autorizándolo a la firma del contrato, algo que se concretó al poco tiempo. Los testimonios exhibidos en la audiencia dan cuenta que desde agosto de 2021 hasta enero de 2022 se mantuvo al frente de la célula rosarina, hasta que, por motivos que se desconocen, dejó su lugar a Martín P., quien si bien fue identificado como parte de la presunta asociación ilícita, aún no fue imputado.
Los análisis realizados por el equipo del Ministerio Público, incorporados a la causa, indican que a partir de febrero, los créditos bancarios de Depiante “aumentaron notablemente”, lo que según explicaron a este medio “permite inferir que hay un correlato entre la maniobra y la situación financiera”. Se trata del período en donde el caso Cositorto comenzó a explotar en los medios.
Finalmente, el 17 de marzo, el propio Depiante rescindió el contrato de alquiler, planteando a la inmobiliaria que se iba “porque la empresa originaria con la que trabajaba no le pagaba más el alquiler”, según consta en el legajo judicial.
Víctima o victimario
Para Walter Calenta, abogado de Depiante, su defendido “no tiene absolutamente nada que ver”, pues actuaba exclusivamente por orden y cuenta de Álvarez. “Él en su momento lo percibió como un trabajo, donde tenía sus ganancias pero en ningún momento tomaba decisiones”, explicó en diálogo con La Capital, para luego plantear que “cuando se dio cuenta (de la estafa) ya había explotado todo”.
Federico R. -uno de los damnificados, quien dijo haber tenido un perjuicio por 14.000 dólares- tiene otra versión. Para él, si aquello fuera cierto, “no se hubiera borrado de los grupos de WhatsApp y hubiera participado de las denuncias”.