El parque Independencia, uno de los pulmones verdes más antiguos de la ciudad, no tiene quién lo cuide. Hace un año, apenas pasados los III Juegos Suramericanos de la Juventud, la garita policial instalada frente al embarcadero del Laguito quedó vacía y en las últimas semanas se quedó también sin la custodia de efectivos de la Gendarmería. Encargados de mantenimiento del parque y concesionarios de las diversiones advierten sobre las consecuencias de la falta de vigilancia: como el aumento del vandalismo en estatuas o mobiliario o el robo de cables que dejan inmensos sectores a oscuras, por citar sólo algunos de los problemas.
"Desde hace unas semanas, el parque es tierra de nadie", se quejó un vecino que recorre a diario el espacio verde de Pellegrini y Oroño. Según señaló, cuando el gobierno nacional tomó la decisión de reforzar el Comando Unificado de las Fuerzas Federales de Rosario, con el objetivo de enfrentar al narcotráfico y los delitos federales que afectan a la ciudad, el parque Independencia se quedó sin la custodia de los efectivos de Gendarmería.
"Fue como desvestir un santo para vestir a otro", se quejó el hombre mientras paseaba a su perro en pleno domingo feriado.
Los gendarmes habían llegado al espacio verde del centro de la ciudad en septiembre de 2016, después de que el gobierno nacional, otra vez, dispusiera un refuerzo de esa fuerza en la ciudad. Desde entonces empezaron a recorrer a caballo las calles internas del parque, todos los días, desde la mañana hasta las 21. Además, en la avenida del Lago funcionaba una garita policial. Sin embargo, una vez pasados los Juegos de la Juventud, en el verano del 2022, el lugar quedó vacío y cerrado. "Ni si ven efectivos", confirmó un lanchero.
La falta de personal de seguridad no pasa desapercibida. Los encargados de realizar tareas de mantenimiento en el parque señalan que los actos de vandalismo crecieron por la falta de vigilancia. En las últimas semanas, describen, hubo que destinar más recursos a limpiar grafitis o reponer mobiliario roto.
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"Hace semanas encontramos las pérgolas, las glorietas y los puentes del parque llenas de pintura en aerosol, hay bancos de madera rotos, se ensañaron también con el mástil mayor que se encuentra junto al monumento a Belgrano, rompieron el mecanismo y grafitearon la base", enumeró.
Un puestero que hace tiempo trabaja en la zona del Rosedal también describió el desamparo. "Hace tiempo teníamos una servicio de vigilancia de una empresa de seguridad privada. Pero más de una vez nos acercamos a la garita y no había nadie adentro. A veces los llevan a cubrir turnos en la Dirección de Parques y Paseos o en otras zonas", afirma y concluye que "es el límite que tiene una frazada que cada vez es más corta".
Por eso, dice, los últimos episodios que tuvieron a este sector del parque como escenario, como el incendio desatado en la Fuente de los Españoles o la fiesta sexual organizada a través de las redes sociales _dos acontecimientos que en las últimas semanas trascendieron los límites del parque_ no lo sorprendieron para nada. "Pasan porque no hay vigilancia", concluyó.
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Tras la ruta del cobre
Como sucede en otras zonas de la ciudad, varios sectores del parque Independencia también suelen quedar completamente a oscuras por el frecuente robo de los tendidos eléctricos para hacerse del cobre de los cables, un metal cada vez más valioso en el mercado ilegal.
Hace unas semanas, quienes cuidan a los animales que viven en el Laguito se dieron cuenta de que el sistema que oxigena el agua del estanque no funcionaba. Así advirtieron que por la noche se habían robado el tablero y unos 50 metros de cable que estaban completamente enterrados. "Esos aparatos son esenciales para mantener la vida en el lago, así que tuvimos que trabajar contrarreloj para reponer todo", recordaron.
No fue la única zona vandalizada. El Palomar también perdió la totalidad de su instalación eléctrica, lo mismo que los alrededores de la calesita y el complejo de entretenimientos que se encuentra frente a la cancha de NOB.
Carlos De Gregorio es el concesionario de los juegos mecánicos del parque, un emprendimiento familiar que funciona desde 1938. Carlos lo heredó de sus padres, una pareja formada entre paseos en el Rosedal. "Casi nací en el parque, lo conozco como si fuera mi casa y nunca lo vi tan descuidado", se quejó el hombre.
En los últimos meses, dijo, le robaron las baterías del trencito que recorre el perímetro del espacio de juegos y el diferencial del motor. También entraron al taller donde guardan las herramientas para reparar las instalaciones, se llevaron el tren delantero de un auto y metros y metros de cable y días después se llevaron todo el tendido eléctrico de la entrada de la calesita.
Estos atracos, afirma, suceden con frecuencia y son tan habituales que ya ni siquiera se denuncian. "Los daños son incontables, ya estamos acostumbrados", se lamentó.
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Una fuente postergada
Tras el incendio sufrido en la Fuente de los Españoles, desde el municipio señalaron que se están ultimando los pliegos para la licitación que pondrá fin al proceso de puesta en valor de la histórica estructura donada en 1930 por la colectividad española.
La fuente, completamente recubierta de mayólicas, está en obra desde hace tres años. La pandemia primero y una serie de incumplimientos de la empresa que tenía a su cargo los trabajos después, obligaron a la Municipalidad a rescindir el contrato de concesión.
Ahora, en la Secretaría de Obras Públicas están ultimando los detalles para volver a licitar la puesta en valor de la escultura. "Son trabajos muy específicos, que demandan una expertice en restauración que no todas las empresas constructoras pueden asegurar", explicaron desde el municipio.
Por eso, indicaron, antes de iniciar el proceso licitatorio se está consultando a especialistas para evaluar los requerimientos técnicos y presupuestos de los trabajos.