En los últimos 7 meses, el municipio recibió 539 denuncias por el accionar de cuidacoches violentos. En promedio por día fueron más de dos pedidos de intervención por extorsiones en la vía pública. El mapa al que tuvo acceso La Capital está básicamente concentrado el distrito centro, que acaparó el 85 por ciento de las llamadas. Los datos se conocen la misma semana en la que vecinos de diferentes zonas, en especial de los barrios Agote y Pichincha, denunciaron está práctica intimidatoria. El Concejo se hizo eco, relevó 20 puntos calientes, y la Intendencia y la policía realizaron fuertes operativos en las zonas más conflictivas.
En diálogo con este diario, la secretaria de Control y Convivencia Ciudadana, Carolina Labayru, aclaró que los indicadores oficiales “sólo corresponden a las denuncias efectivamente realizadas por los vecinos. Es muy probable que los casos sean mayores”.
De allí que resaltó la importancia de hacer la denuncia formal ante el número telefónico 147 o bien a través de la aplicación Rosario Responde, a través del perfil digital que incluso permite hacer un seguimiento del estado del reclamo y su devenir en la burocracia municipal.
Para la funcionaria, “es clave que la gente denuncie estas extorsiones para actuar junto a la policía y poder liberar el uso del espacio público. Es lo mismo que pasa con el robo de celulares y carteras, mucha gente cree que es una pérdida de tiempo hacer la denuncia, pero para el Estado es una herramienta de información clave. Además, permite armar una especie de mapa del calor y hacer operativos preventivos en puntos fijos”.
En ese sentido, las distintas áreas de control local realizan en promedio unos tres operativos diarios de rutina en distintas zonas de la ciudad para evitar esta contravención municipal. De acuerdo al Código de Convivencia que entró en vigencia en agosto de 2022, las multas a quienes se logre individualizar incurriendo en esta práctica extorsiva van de los 2 mil a 42 mil pesos.
Labayru admitió que la estadística oficial “probablemente se quede corta porque además no hay mucha carga de denuncias los días de partidos de fútbol tanto en la cancha de Central como en la Newell´s; sabemos que detrás hay verdaderas bandas que operan de manera muy violenta y casi no se denuncian”.
Los datos oficiales a los que accedió este diario van del 1° de noviembre de 2022 hasta el 10 de mayo pasado. En esos siete meses hubo 539 denuncias, unas 77 por mes y un promedio de 2,5 casos diarios.
El 85 por ciento de las denuncias se concentraron en el distrito centro (479 casos), seguido por el norte (37 quejas), luego el sur (11), el oeste (5), noroeste (4) y finalmente el sudoeste (3).
Dentro del distrito centro se notan con nitidez tres zonas especialmente conflictivas: Pichincha, el Paseo del Siglo cercano a la plaza Pringles y la costanera central en la zona de avenida Estanislao López a la altura de calle Moreno.
El mapa también muestra muchos puntos de conflicto sobre el bulevar Oroño, desde Pellegrini hasta el río y en la zona del bajo, en el entorno del Parque Nacional a la Bandera.
El relevamiento actualizado contiene indicadores respecto a la resolución del incidente, los que quedaron pendientes y los que fueron archivados. Este mapeo municipal tiene una gran preponderancia de casos resueltos.
Consultada sobre los 20 espacios que parte de la oposición en el Concejo reveló como especialmente conflictivos en torno a los cuidacoches, la funcionaria reconoció que algunos de ellos “forman parte de los espacios que se fiscalizan por denuncias”, y otros fueron perdiendo participación en el ránking oficial por el dinamismo que tiene la actividad.
Tenían un horno de barro
La secretaria de Control y Convivencia, Carolina Labayru, reveló que en la zona de avenida Estanislao López y Moreno actúa un grupo violento de cuidacoches que llegó al extremo: instaló en pleno espacio público un horno de barro.
“Una locura, no sólo que allí también tenemos muchas denuncias de extorsiones a automovilistas, sino que ocuparon el espacio público de la peor manera, apropiándoselo con la instalación de un horno de barro para cocinar, con todo lo que eso implica”.
Ese incidente fue detectado en los operativos de control del municipio. En el mes de marzo fueron casi 30 mil las intervenciones en la vía publica de las distintas áreas de fiscalización, un promedio de casi mil por día y unas 40 por hora.
Casi la mitad de estas intervenciones fueron llevadas adelante por agentes de la Dirección de Tránsito (14.247) con unas 690 remisiones al corralón municipal. Unos 84 traslados fueron por alcoholemia positiva y dos por narcolemia.