El tercer clásico. El partido con Países Bajos -en el barrio le dicen Holanda- se ha transformado en el tercer rival clásico de la selección argentina, después de los odiados Brasil -por más rivalidad futbolística que histórica- y los ingleses -más por el peso de la historia de la Guerra de Malvinas que las contiendas en el verde césped-.
La selección argentina enfrentará desde las 16 a Países Bajos, por los cuartos de final del Mundial de Qatar, en el Estadio Luisail, donde será local, alentada por unos 40 mil hinchas. “Mis jugadores son lo suficientemente profesionales para soportar el aliento de 40 mil argentinos contra 1.400 holandeses”, advirtió ayer el técnico holandés Louis Van Gaal.
Argentina y Países Bajos jugaron cinco partidos en los Mundiales, en casi todas las instancias, pero nuestra selección ganó el más importante: la recordada final del Mundial Argentina 1978, cuando el equipo del Flaco Menotti venció 3 a 1 en el tiempo suplementario, luego de igualar en uno en los 90 minutos, con dos recordados goles del Matador, Mario Alberto Kempes, y uno de Daniel Bertoni. En realidad, la selección argentina nunca pudo vencer a Holanda en los 90 minutos, pero ganó los dos partidos más relevantes: aquella final del Mundial Argentina 1978 y la semifinal de Brasil 2014. El encuentro del Monumental fue la revancha de la goleada con baile de Holanda 4 a 0 a nuestra selección, en Alemania 1974.
Luego Holanda eliminó a la Argentina cuando le ganó 2 a 1 por los cuartos de final del Mundial Francia 1998, la tarde cuando el Burrito Ortega fue expulsado por darle un cabezazo al arquero Van der Salt. Pero en el partido siguiente, en la semifinal del Mundial Brasil 2014, la selección dirigida por Alejandro Sabella eliminó a Holanda en la definición por penales, con un remate del volante de Newell`s Maximiliano Rodríguez. “Este partido es una revancha del sabor agridulce que nos dejó la semifinal de Brasil 2014”, aceptó ayer el neerlandés Memphys Depay.
Tanto Van Gaal -el técnico más veterano del Mundial, con 71 años- como Lionel Scaloni -el más joven, con 44- juegan a las escondidas con la formación, mientras orejean las cartas del truco táctico que plantearán esta tarde, entre un equipo consolidado, que se siente más cómodo cuando defiende y sale rápido de contraataque, frente a otro que creció en el sentido colectivo pero tiene su fuerte en el plus de figuras como Lionel Messi, en primer término, y el rosario Ángel Di María, Rodrigo De Paul y Julián Álvarez.
La selección nacional llegó a esta instancia liderada por Messi, su mejor jugador y autor de tres goles. “Messi no participa del juego sin posesión”, sostuvo ayer Van Gaal, en una definición que puede anticipar alguna marcación especial.
Países Bajos no tiene una figura como Johan Cruyff en Alemania 1974, pero se basa en un equipo formado por jugadores de notable jerarquía, como el defensor de Liverpool Virgil van Dijk.
Lionel Scaloni tampoco adelanta la formación, pero ahora le sumó la incógnita sobre la sorpresiva molestia muscular de Rodrigo De Paul. En este juego de las especulaciones con cartas marcadas las dudas pasarían por si juegan Acuña o Tagliafico, De Paul o Paredes y hasta Di María o Lisandro Martínez.
Así, la selección argentina va por otra victoria contra el exigente Países Bajos en una final que vale una semifinal.