Nos consumimos en el elogió de las virtudes de Polonia. Somos felices haciendo equilibrio entre el desastre y la angustia. Seguimos buscando explicaciones grandilocuentes para hablar de fútbol y olvidamos la herramienta para hacer fútbol.
Por Juan Fanara
Nos consumimos en el elogió de las virtudes de Polonia. Somos felices haciendo equilibrio entre el desastre y la angustia. Seguimos buscando explicaciones grandilocuentes para hablar de fútbol y olvidamos la herramienta para hacer fútbol.
La selección descubrió en la pelota la amiga leal para caminar en busca del sueño.
No le peso la responsabilidad, no perdió la calma ante la tarea del arquero polaco. No se cayó Messi después del penal y siguió buscando el segundo y el tercero. Eso es convicción y personalidad. Argentina vuelve a jugar como equipo, todos cabeza levantada, todos dando opciones al que lleva el fútbol. Todos solidarios para pelear la recuperación de la pelota.
En un mundo hay equipos que son sorpresa, otros participantes pero esto se define entre pocos. Y la selección está en esa discusión. De la derrota inicial corrigió errores, del triunfo ante México consolidó estiló e individuales.
Un escollo muy duro para Polonia que terminó de partener pidiendo la hora y algún milagro de Arabia.
El fútbol pone las cosas en su lugar. Antes o después este juego maravilloso, emotivo, pasional hace justicia. Argentina era candidato cuando fue al Mundial y ratificó ante Polonia que es candidata. Por juego individual y colectivo. Por convicción y por historia. Sin presión domino la pelota, el campo y el juego.
Impuso condiciones y desnudo a un equipo muy rígido sin vuelo ni fútbol.
Demoró en llegar al gol por la enorme faena de Szczesny, arquero polaco que un día le contará a sus amigos que le atajo un penal a Messi.
Por derecha e izquierda el equipo de Scaloni llegó haciendo ancho el frente de ataque. La profundidad de Argentina se basó en el toque y la sociedad que apareció con Acuña y Molina como socios externos. Con los volantes cortando y apoyando. El 2 a 0 es mentira. Es la trampa que hace el fútbol para que la polémica tenga justificación.
La lógica tiene fundamentos, Argentina es candidata y la ropa le queda pintada.