El gobierno examinó ayer los resultados de las Paso en medio de un clima de satisfacción y optimismo por la proyección con miras a las legislativas de octubre. En ese marco, el presidente Mauricio Macri pidió a su equipo que se centre en el análisis de posibles estrategias y aliados para el Congreso que viene.
El análisis de los resultados se realizó en la tradicional reunión de coordinación que se suele realizar en la Casa Rosada todos los días alrededor de las 10 con diferentes participantes, pero siempre encabezada por el presidente y el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Ayer estuvieron la vicepresidenta Gabriela Michetti, los vicejefe de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui; el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, y el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, entre otros.
Según protagonistas del encuentro, el gobierno analizó los resultados con satisfacción y "mucho optimismo por la proyección" para octubre, en las que aseguran se "mejorarán" en todos los distritos los resultados, especialmente en Buenos Aires, donde el escrutinio provisorio arrojó un empate con la lista de Cristina Kirchner.
"El presidente estaba contento pero ya pensando en lo que hay que hacer, y pidió pensar con quiénes se podrá trabajar en el Congreso que vendrá. Ya quiere que se analicen los aliados legislativos posibles según los resultados que se perfilan", explicaron fuentes oficiales.
En el encuentro, Frigerio leyó los resultados provincia por provincia y explicó las situaciones particulares, dando lugar a que se converse sobre la realidad en distritos donde el triunfo quedó lejos.
En ese sentido, el gobierno vio con preocupación los resultados esquivos en Tucumán (la sexta provincia con más votantes) y especialmente Santiago del Estero, en la que el oficialismo local aventajó por nada menos que 50 puntos a Cambiemos.
Quintana (el único de los presentes en esa reunión que vio en vivo el discurso de Cristina a las 3.30 de ayer) expresó su preocupación por si los votos de opciones peronistas en la provincia podían ir en octubre a Unidad Ciudadana, en el juego de polarización con el oficialismo, algo que la mayoría consideró improbable.
"Los votos del massismo que se fuguen difícilmente vayan a Cristina", es la creencia de Peña y de los jefes de la estrategia oficial, desde hace tiempo, convencidos de que el temor a un kirchnerismo triunfador empujará a los bonaerenses a votar otras opciones.
No todas las perspectivas son tan optimistas en el PRO. Un candidato alineado al sector interno de Emilio Monzó (más proclive a un acercamiento con dirigentes peronistas) lo expresó así: "Estamos cortando clavos para ganar en un distrito por culpa de la Tercera Sección, cuando tuvimos el año pasado a muchos de los intendentes que jugaron con Cristina listos para sumarse a nosotros", y agregó: "No se puede construir y consolidar poder en el conurbano sólo con lo nuestro".