El mensaje que acompañó su reciente lanzamiento hacia la Casa Rosada detonó objeciones de propios y ajenos. Pero esa reacción no altera el rumbo fijado por Horacio Rodríguez Larreta. “Estoy convencido: el único modo de salir adelante es terminando con la grieta”, enfatiza. No obstante, afirma que es imposible acordar con el kirchnerismo.
Acerca de los desafíos que afrontará el próximo presidente de la Argentina, además de la inflación, el alcalde porteño hace hincapié en la seguridad. Y es entonces cuando posa la lupa sobre el territorio santafesino. “Los rosarinos no pueden esperar más cuando matan a una persona cada día”, advierte a La Capital, para luego proponer que la ciudad maneje su propia policía.
—La semana pasada salió a la cancha con un pronunciamiento anti grieta que detonó criticas de propios y ajenos...
—Estoy convencido de eso: el único modo de salir adelante es terminando con la grieta, y lo seguiré proclamando. Ahora se genera una grieta discutiendo la grieta, algo que es tremendo, en vez de pensar hacia adelante cómo hacemos para solucionar las cosas y garantizar la unidad. No miremos hacia atrás, busquemos un horizonte en común. Esas son las reacciones que tenemos que superar y cambiar. Escarbar en el pasado carece de sentido, como seguir con las agresiones. La mitad contra la otra mitad es la historia de la Argentina, y así estamos. No obstante, una cosa es el diálogo y otra diferente es el acuerdo. Y con el kirchnerismo no encuentro una chance de acordar nada.
—Uno de los problemas a lidiar desde el 10 de diciembre próximos es la inflación.
—Hay que tener un plan que se mantenga en el tiempo, porque los países que superaron la inflación pudieron conservar una estrategia en ese sentido. Pero es necesario con amplio consenso. Luego, hay que generar un modelo de desarrollo que haga que el país crezca, produzca y exporte más. Eso generará divisas y trabajo argentino. Santa Fe es el principal productor de alimentos y hoy el mundo los necesita. Entonces, dentro de ese plan hay un capítulo, el modelo antiinflacionario, pero no es algo aislado. Para frenar la inflación la Argentina debe crecer.
—El otro problema es la seguridad.
—Sí, por eso doy un mensaje de esperanza: en la ciudad de Buenos Aires, con un plan, llevamos al delito a los niveles más bajo de la historia. Pero es un trabajo de muchos años. Hace falta mucho laburo y decisión política, porque cuando hoy veo al gobierno provincial que se pelea con la Nación sobre quién tiene la culpa, digo: pobres santafesinos, deben estar espantados.
—En ese contexto, ¿qué hace falta en Rosario?
—No hay una herramienta aislada sino un plan. Hay que fortalecer la policía y trabajar de la mano de la Justicia, tanto federal como provincial. No es inmediato, hay que decir la verdad. Sí evaluaría para Rosario el manejo de su propia policía. En Buenos Aires funcionó. Hay que dar ese debate y actuar, superando la grieta, porque es gravísimo el avance del narco en la provincia. Es cierto que, para eso, requeriría un apoyo de la Nación. También propongo destinar las Fuerzas Armadas a los límites del país y liberar Gendarmería para ocuparse de situaciones críticas como la de Rosario. Sin soslayar un apoyo superior de fuerzas federales, porque cambiar una policía lleva mucho tiempo y los rosarinos no pueden esperar más cuando matan a una persona cada día.
Al nuevo frente opositor lo veo competitivo a nivel provincial y en Rosario. La dirigencia local definirá su ordenamiento y los candidatos” Al nuevo frente opositor lo veo competitivo a nivel provincial y en Rosario. La dirigencia local definirá su ordenamiento y los candidatos”
—¿La interna del PRO puede dejar heridas difíciles de cicatrizar?
—No, para nada. Hay buena relación, incluso con otros potenciales candidatos. Algunos lo dicen, otros menos. Es la primera vez desde la vuelta de la democracia que, con el peronismo, ahora kirchnerismo, en el gobierno nacional la oposición se mantiene unida. Y ganamos. Gracias a esa unidad, el gobierno nacional hoy no puede avanzar con el juicio político a la Corte Suprema, que es una barbaridad.
—Mauricio Macri saludó su postulación, alentó la competencia interna y terminó reuniéndose con Patricia Bullrich. ¿Mete ruido esa jugada?
—No mete ruido, para nada. De hecho, con él hablé por teléfono dos días antes. Mi decisión no depende de que otros sean o no candidatos.
—¿Lo ve al ex presidente jugando en las elecciones?
—Es una decisión de él. Como dijo en su momento, no se sube ni se baja, si mal no recuerdo.
—Bullrich, apenas consumado su lanzamiento, afirmó que “el país no sale con tibios”.
—No me doy por aludido, creo en mis capacidades. Gestiono todos los días la ciudad de Buenos Aires con un gobierno nacional en contra que permanentemente mete palos en la rueda: me sacó coparticipación, un día me cerró las escuelas sin avisar y ahora no me entrega las pistolas Taser. Lo que hicimos es un orgullo. Esa es la firmeza que vale, no el grito desde la tribuna. Laburar, las discusiones entre políticos no llevan a nada.
—¿Ya tiene nombre para completar la fórmula?
—Todavía no está decidido, ni siquiera hablado.
—¿Esa figura puede ser cualquier dirigente de Juntos por el Cambio?
—Sí, cualquier referente de JxC, donde sí creo en los partidos. Por ejemplo: no es que voy a elegir a dedo un radical. Lo deberá definir su partido.
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"Es gravísimo el avance del narco en la provincia de Santa Fe", aseguró Rodríguez Larreta.
Foto: Archivo / La Capital.
—¿Cómo sigue los movimientos en la vereda oficialista?
—Con enorme preocupación. Soy una persona de datos y contesto con esto: 100 por ciento de inflación anual, 40% de pobreza en el país y el pan a 550 pesos en el supermercado. Eso veo.
—¿El nuevo frente opositor santafesino es competitivo?
—Lo veo competitivo a nivel provincial y en Rosario, con Gabriel Chumpitaz, Anita Martínez y Germana Figueroa Casas, entre otros integrantes de un muy buen equipo. Todos ellos definirán cómo será su ordenamiento y los candidatos.
—En su momento actores de JxC cuestionaron al socialismo de Santa Fe...
—El socialismo es parte de Juntos por el Cambio en la ciudad de Buenos Aires, con Roy Cortina a la cabeza. Imposible estar en contra.