La tensión entre Javier Milei y Victoria Villarruel también atraviesa a La Libertad Avanza (LLA) Santa Fe, donde el presidente y la vice tienen sus propios sistemas de afinidades con dirigentes locales.
Dirigentes más cercanos al presidente y a la vice siguen con atención el conflicto en el seno del gobierno
Por Mariano D'Arrigo
Foto: AP
Javier Milei y Victoria Villarruel, una relación difícil incluso antes de que ambos se ubicaran en la cúspide del poder en Argentina.
La tensión entre Javier Milei y Victoria Villarruel también atraviesa a La Libertad Avanza (LLA) Santa Fe, donde el presidente y la vice tienen sus propios sistemas de afinidades con dirigentes locales.
“Es una estupidez, no tiene razonabilidad política”, dice a La Capital un aliado del primer mandatario en la provincia sobre la disputa en el vértice del poder.
En Santa Fe La Libertad Avanza cuenta con un armado político en su fase inicial y tiene tres representantes en la Cámara de Diputados de la Nación: Romina Diez, Nicolás Mayoraz y Rocío Bonacci.
Cada uno, con perfiles distintos y juego propio en un espacio que se recalentó en las últimas semanas.
La secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, quien posee un poder real que excede su función formal, aprovechó la polémica que generó la canción racista y homofóbica que cantaron los jugadores argentinos tras ganar la Copa América para pedir disculpas en la Embajada de Francia.
Una jugada con la que la hermana del presidente e integrante del pequeño núcleo decisor desautorizó a Villarruel. La jefa del Senado había bancado a los jugadores y señalado a Francia como un “país colonialista”.
En realidad, la relación entre el jefe del Estado y la titular de la Cámara alta empezó a deshilacharse desde la campaña.
En el último tramo antes del balotaje, Villarruel encabezó actividades paralelas en las que presentó un logo propio. Tras el triunfo ante Sergio Massa, Milei se vengó y no le dio el control de las áreas de Defensa y Seguridad, tal como habían acordado.
Ya en el poder, Villarruel empezó a cultivar su propio perfil y a tejer relaciones tanto en el mundo de la política como en el empresarial, mostrándose como una soldado lista para entrar en acción si sobreviene una crisis y el deber llama.
En el último mes, el vínculo se volvió más tirante por los gestos de autonomía de Villarruel. Adujo una gripe para bajarse del viaje a Tucumán -donde probablemente iba a ocupar un lugar marginal en la escena de la firma del Pacto de Mayo-, se llevó buena parte del protagonismo en el desfile militar del 9 de Julio y continuó con un tour federal.
“Tenés una vicepresidenta discreta, con agenda propia y que te resuelve problemas en el Senado y las provincias, ¿qué más querés?”, señala un integrante de LLA que observa que “el gobierno se está aislando”.
Por lo pronto, en el ecosistema libertario ven que la autoría intelectual de la ofensiva contra la vice tiene más el sello de Karina y de Santiago Caputo que del propio presidente.
“Milei la deja hacer a Karina, pero la política se la guarda para él, que sigue privilegiando un acuerdo con (el expresidente) Mauricio Macri”, dice un conocedor de un planeta que no se rige por las leyes normales de la política.
En Santa Fe, LLA es menos una organización cohesionada que un paraguas bajo el que conviven distintos sectores.
“La disputa (entre Milei y Villarruel) acá no cambia demasiado. Lo que estaba roto, seguirá roto”, dice un referente local.
Amiga personal de los hermanos Milei, Diez fue ungida como responsable del armado en la provincia y puso nombres para la Ansés, el Pami y Migraciones.
Además, cuando la hermana del presidente aterrizó en Rosario en mayo para impulsar la campaña de afiliaciones la economista la recibió en el aeropuerto de Fisherton con una bandera con la leyenda “Karinismo puro”. Un gesto que despeja dudas sobre dónde se ubicará si escala la confrontación con Villarruel.
En ese eje también se ubica Mayoraz, quien se acercó al karinismo pese a algunos desencuentros iniciales con Diez. Una curiosidad: el abogado conservador y presidente de la estratégica comisión de Asuntos Constitucionales es el referente en Santa Fe del Partido Demócrata, la misma fuerza a la que renunció este fin de semana Villarruel.
Bonacci es hija de José Bonacci, presidente del partido Unite, uno de los soportes legales de Milei desde que saltó en 2021 del panelismo a la política.
Un detalle: la funense, que se desmarcó en el debate de la ley Bases de las privatizaciones de empresas relacionadas con el aparato de defensa, tiene como tuit fijado una foto que se sacó con Villarruel el 25 de mayo, en la catedral porteña.
Bonacci quedó en el ojo de la tormenta tras la visita al penal de Ezeiza de un grupo de diputados de La Libertad Avanza a represores de la última dictadura, como Alfredo Astiz.
Desatado el escándalo, Bonacci aseguró que no tuvo intención de concretar ni tuvo contacto con procesados y condenados en causas por delitos de lesa humanidad.
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En su entorno apuntan contra el diputado entrerriano Beltrán Benedit, el organizador de la movida, y deslizan que tendrían que sancionarlo por su mensaje en un chat, en el que planteó: "No fuimos a ver represores. Fuimos a ver excombatientes que libraron batallas contra la subversión marxista".