Macri ganó Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, San Luis, Mendoza y ciudad de Buenos Aires, distritos populosos pero inferiormente menos poblados que la provincia de Buenos Aires, otra vez la madre de todas las batallas.
Pero el distrito que se transformó en la vedete de la jornada fue Santa Fe. Macri perdió las primarias por diez puntos, pero remontó de tal manera el proceso que terminó ganando por casi dos puntos. Es decir, que remontó doce puntos. Por estas horas, los muchachos y las muchachas peronistas santafesinos deberán preguntarse, ¿qué pasó?
Pese a que Fernández-Fernández triunfó en Rosario, lo hizo por nueve puntos. En las primarias del 11 de agosto, la diferencia fue de casi 20 puntos. En el interior santafesino, fundamentalmente en el oeste, la brecha a favor de Juntos por el Cambio fue asombrosa. Como contrapartida, en Villa Gobernador Gálvez ganó el Frente de Todos 67% a 15%. Contrastes políticos y económicos de la provincia de Santa Fe, si se tiene en cuenta que en el Departamento Castellanos, tierra del gobernador electo, Omar Perotti, triunfo el macrismo 58% a 30%. Casi treinta puntos.
Treinta puntos aproximados fue lo que le sacó también de diferencia en Córdoba el candidato de Juntos por el Cambio. Sin embargo, en numerosas provincias más pequeñas la victoria de Fernández fue arrasadora. En Santiago del Estero, por ejemplo, el Frente de Todos logró el 74% frente al 14 de Macri.
Los casi 7 puntos de diferencia entre el ganador y el perdedor deja un horizonte política sin mayorías definitorias y abre la necesidad de consensuar políticas, algo que será extremadamente necesario en la coyuntura del país.
A la hora del análisis político, habrá que recordar el gambito de Cristina, de correrse del primer escalón y ofrecerle la candidatura presidencial a Fernández. Fue una de las claves, tal vez la más importante, a la hora de poner en valor el regreso del peronismo al poder.
Anoche, la ex presidenta de la Nación le pidió a Macri que tome las medidas necesarias para evitar una mayor crisis económica. Y luego le cedió la palabra al presidente electo, quien bramó: “El gobierno vuelve a manos de los argentinos”.
“Mañana me reuniré con Macri. Lo único que me preocupa es que los argentinos dejen de sufrir de una vez por todas”, dijo Fernández en su mensaje de triunfo. “Gracias, como dijo Cristina, por el compromiso que han demostrado, por construir realmente una Argentina solidaria, más igualitaria y que defienda la educación pública, la salud pública y que privilegie a los que producen y trabajan”, añadió.
En ese contexto, mensuró: “Estoy seguro de que ese es el mandato que nos han dado, cada uno de los que nos votaron”, sostuvo. “Gracias a los que no nos votaron por haber participado de esta jornada. Este no es el frente de nosotros, es el frente de todos y nació para incluir a todos los argentinos y a todos estamos convocando”.
“Como dijo Cristina, los tiempos que vienen no son fáciles”, lanzó. Y agradeció a Lavagna por llamarlo para reconocer su triunfo electoral. Se conocería después la implementación del cepo.
Luego, en discursos ante la militancia que esperaba en las inmediaciones, Fernández recordó el cumpleaños de Lula y pidió por su libertad. Inmediatamente antes, Cristina celebró la victoria de Evo Morales en Bolivia, pese al halo de críticas y desconfianza en la transparencia de ese acto electoral en Bolivia.
El presidente electo agradeció a la militancia, a su equipo de campaña. “Hace cuatro años venimos escuchando que no volvíamos más, pero volvimos una noche, y vamos a ser mejores”, clausuró el ex jefe de Gabinete y ahora jefe del Estado electo.
Respecto de Santa Fe, la victoria de Macri en Santa Fe arrastró a su lista de candidatos a diputado nacional, que también se impuso, esta contra la que encabezó Marcos Cleri. El oficialismo nacional logró cinco bancas: Federico Angelini, Ximena García, José Núñez, Carolina Castets y Juan Martín. Por el peronismo, ingresarán Cleri, Alejandra Obeid, Germán Martínez y Vanesa Massetani. En tanto, Consenso Federal hará ingresar a la Cámara baja al socialista Enrique Estévez.
Una buena para Juntos para el Cambio resultó el comicio a jefe de Gobierno porteño, que le permitió a Horacio Rodríguez Larreta ganar en primera vuelta y mantener institucionalmente la ciudad de Buenos Aires en manos del macrismo.
La victoria de Kicillof también pone sobre escena la recuperación de la provincia de Buenos Aires para el peronismo, que tiene la misma explicación que el triunfo nacional: la mala política económica de Cambiemos desde el mismo momento en que asumió el poder, en diciembre de 2015.
Macri designará al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y al ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, como sus delegados para la transición con el equipo de Fernández, que estará encabezado por Santiago Cafiero. Sin embargo, hoy, temprano por la mañana, Macri y Fernández desayunarán solos en el despacho del jefe del Estado.
El haber perdido por menos de lo que se pensaba, pone a Macri con toda razón en la posibilidad de convertirse en jefe de la oposición, algo que se había puesto en duda a la hora de hablarse del posmacrismo.
El presidente repasó algunas de las “muy valiosas” cosas que a su juicio deja su gestión de gobierno. “Otra forma de relacionarnos, otra cultura del poder, forma de gobernar, de escucharnos, es algo que hemos logrado ahora y tenemos que cuidarlo entre todos”, enfatizó.
Desde aquí al 10 de diciembre comenzará a tener valor empírico el contenido de las palabras y las acciones de consenso, en un período de transición rodeado de temores por el comportamiento de la economía.
Con una excelente performance de quienes trabajaron en el escrutinio, a las 23.15 estaba terminado el recuento de votos.
Marcaba el fin de una jornada que le dio valor empírico a lo que la militancia peronista y kirchnerista venía entonando desde hace años: “A volver, vamos a volver”. Y volvieron.