Vecinos de la zona de Vélez Sarsfield y Camilo Aldao, en el límite entre los barrios Ludueña norte y Empalme Graneros, se movilizaron para exigir seguridad en la zona luego de que atacaran a balazos a un joven que volvía de la escuela. El joven resultó ileso, pero aseguran que los violentos robos y arrebatos son cosa de todos los días. "Gracias a Dios los dos tiros no le pegaron, pero podríamos estar contando otra historia", lamentó una familiar del chico atacado en el marco de un asalto perpetrado este lunes.
Según datos preliminares aportados por el Ministerio Público de la Acusación (MPA), el asalto ocurrió este lunes a las 15, en Camilo Aldao al 300, cuando dos hombres (no identificados hasta el momento) que se desplazaban abordo de una moto interceptaron a Juan Martín (17 años), quien estaba por ingresar a su casa al regresar de la escuela. Mediante amenazas de muerte, uno de ellos exhibió un arma de fuego para despojarlo de sus pertenencias (su mochila y billetera) y disparó para amedrentarlo, situación en la que el joven resultó ileso.
"Gracias a Dios los dos tiros que le dispararon fueron errados porque, de lo contrario, podríamos estar hablando de otra historia: desde el Clemente Alvarez (Heca) o una sala velatoria. Le robaron la mochila, la billetera y el celular, cosas que se recuperan pero, ¿si le hubieran robado la vida?", señaló compungida Karina, tía de la víctima para comentar que su sobrino "está atravesando un shock postraumático a raíz de todo lo que vivió y la familia está muy consternada porque el escenario pudiera haber sido otro. Es un chico que va a la escuela y de allí viene a su casa".
"Juan Martín es el ejemplo de hoy, pero a muchos vecinos les pasa lo mismo en el barrio; él la sacó barata, pero podría haber destruido la vida de toda una familia. No puede ser que chicos de 16 o 17 años estén en la calle matando gente", sentenció en el móvil de El Tres TV, al tiempo que pidió mayor compromiso de la Justicia en materia de investigación a raíz con la impunidad con la que se manejan los delincuentes en el barrio.
En ese sentido, precisó: "Vivimos con pánico, nos acompañamos, pero estos hechos son repetidos. A mi marido le han pegado y amenazado con armas, es constante y vivimos así. Nos damos un beso cuando salimos de casa porque no sabemos si volvemos".
También comentó que una de las respuestas que les dan cuando manifiestan el hartazgo y miedo por la situación es la de mudarse. "Nosotros alquilamos y sabemos lo que requiere una mudanza, no es justo que tengamos que irnos del barrio cuando estamos al día con todo", protestó.