Joel David Pucheta, un hombre con un extenso recorrido en el mundo del delito, fue condenado a seis años y once meses de prisión en un juicio abreviado acusado de liderar una banda dedicada a robos a viviendas. En junio del 2015, Pucheta protagonizó una resonante fuga de la cárcel de Piñero, pero esa no fue la primera vez que escapaba de un presidio. Ya lo había hecho en el 2012, cuando cumplía una condena por el crimen de Elvira Aronna de Mangiapane, una mujer de 85 años salvajemente golpeada por quienes la asaltaron el 15 de agosto del 2002 en su departamento de Córdoba al 1500.
En rigor, los años que estará en la cárcel serán muchos más. Luego del acuerdo alcanzado entre el abogado defensor Marcos Cella y las fiscales Karina Bartocci y Georgina Pairola, el juez penal Carlos Leiva también unificó dos condenas anteriores — una de las sentencias por el crimen de la anciana y otra por un robo en Rafaela — en 21 años y ocho meses de prisión.
Pucheta recibirá la pena de seis años y once meses por los delitos de asociación ilícita agravada en carácter de organizador, robo calificado con arma de fuego en calidad de coautor, hurto y tenencia ilegal de armas de guerra, y evasión. Y le atribuyeron tres atracos, uno de ellos ocurrido el 17 de septiembre del 2014 en el depósito judicial ubicado en Francia al 5200. Ese día, con la complicidad de los policías que estaban a cargo de la custodia sustrajo, según la acusación, autopartes de un vehículo allí depositado para reparar una camioneta Volkswagen Amarok, de propiedad de un familiar de su pareja.
El otro hecho que le endilgaron se registró el 2 de septiembre del 2014. Cerca de las 22.45 de ese día, Pucheta con tres cómplices se apoderó de un Ford Focus luego de encañonar a Gervasio G. También le imputaron un robo cometido con la modalidad escruche en una vivienda de Arroyo Seco. Del domicilio los ladrones se llevaron dos televisores, un microondas, un equipo de música, una notebook y ropa, entre otros objetos.
El 10 de junio del 2015 se escapó de la cárcel de Piñero, pero fue recapturado dos meses después luego de asaltar con dos cómplices una casa de antigüedades en la ciudad de Rafaela. El prófugo fue arrestado tras un tiroteo con policías que llegaron al lugar porque una de las personas que estaban en el comercio asaltado pudo activar un botón de pánico con lo cual terminó frustrando el atraco.
Pasadas las 10.30 del 12 de agosto del 2015 tres hombres armados ingresaron a un negocio de venta de antigüedades ubicado en Conscripto Zurbriggen al 300, de Rafaela. Al parecer, llegaron en una camioneta Volkswagen Amarok. Luego de amenazarlos, los hampones maniataron y amordazaron a dos empleados. Sin embargo, al parecer había otra persona más que trabajaba en el local y cuya presencia no fue advertida por los asaltantes. Por ello no se descartaba que haya sido quien logró presionar un botón de pánico.
Lo cierto es que minutos después, en pleno atraco, efectivos de la Guardia de Infantería de la Unidad Regional V llegaron al comercio. El arribo de los uniformados precipitó la huida de los hampones, quienes intentaron escapar a pie. Los malhechores cubrieron la fuga con disparos y eso originó un furioso tiroteo en el cual según algunos testigos se llegaron a escuchar al menos unas veinte detonaciones. Luego de una breve persecución, uno de los ladrones fue detenido en un comercio contiguo y el otro en cercanías de Gálvez al 300. Además de la detención de los ladrones, la policía incautó tres armas de fuego —pistolas 9 milímetros— y la camioneta Amarok, que quedó estacionada frente a un local de la zona.
Fuga
Pucheta ya había acordado recibir una condena a cinco años de prisión como jefe de una banda dedicada robos domiciliarios que había sido desbaratada. En ese marco, ocho días antes de que se homologara el acuerdo abreviado que ya había firmado, huyó de la cárcel de Piñero. Fue el 10 de junio cuando era trasladado esposado junto con otro preso a la escuela del penal. En el trayecto zafaron de las esposas, golpearon a un custodio, corrieron cien metros y saltaron el alto cerco perimetral del presidio. Allí los esperaba una camioneta con dos ocupantes que se tirotearon con los guardias. Cuatro carceleros fueron apartados bajo sospecha de complicidad.
El ladrón no respetó ni el acuerdo que había firmado y se fugó de Piñero ocho días antes de homologarlo