Unas copas y un reloj que pertenecerían a la víctima, prendas de vestir
parcialmente quemadas o teñidas y un pavo congelado dentro de un freezer. En base a esos indicios,
los investigadores del crimen de Ioris Belluni de Laurencena, la titular de una cooperadora
policial de San Justo asesinada de un golpe en la cabeza, pusieron su lupa en una ex empleada
doméstica de la víctima y en su marido. Esos elementos aparecieron en la vivienda que la pareja
ocupa a unos dos kilómetros del lugar del crimen. La relación laboral entre Belluni y su mucama se
había extinguido dos meses antes.
Sin imputación. Sin embargo, ninguna de esas dos personas fueron imputadas
directamente porque las pruebas reunidas hasta el momento no son contundentes.
La policía, de todos modos, espera para semana próxima los resultados de
diversas pericias técnicas que se realizaron sobre las prendas secuestradas en la casa de la ex
mucama, una de las cuales estaba quemada. Con esos exámenes se intentará determinar si existen
rastros de sangre de la mujer asesinada.
El crimen ocurrió el jueves 5 de junio. Ioris tenía 84 años y vivía en una casa
en el medio del campo, a pocos kilómetros de la ciudad de San Justo (a 232 kilómetros de
Rosario).
El cadáver de la mujer, que presentaba una profunda herida en la cabeza, fue
encontrado a las 20.30 por agentes de la seccional 2ª de policía, que se habían acercado a la casa
para llevarle el diario de la tarde. Según comprobaron los investigadores, el o los autores no se
habían llevado nada de valor, salvo el teléfono celular y el monedero de la víctima.
Una pista. Los investigadores de la Unidad Regional (UR) XVI establecieron días
después que Belluni había contratado durante un tiempo a una mujer para trabajos de limpieza en su
casa. Esa relación laboral culminó dos meses antes del crimen.
Los detectives advirtieron entonces que esa mujer vive en el campo, a dos
kilómetros de la casa de la víctima, y que estaría en pareja con un changarín cuyo prontuario lo
situaba, según la policía, como posible sospechoso.
Una comisión policial allanó esta semana la vivienda con una orden extendida por
el juez de Instrucción Nº 3 de Santa Fe, Julio Costa. En ese lugar se secuestró un reloj que podría
pertenecer a Belluni. Los detectives comprobaron que el aparato tenía grabadas unas letras que
coincidirían con las estampadas en otros objetos que eran de la mujer. "El problema es que no hay
familiares cercanos que puedan reconocer el reloj como propiedad de la víctima", comentó a este
diario uno de los pesquisas.
Otros indicios que se colectaron en el lugar fueron unas ropas que aparecieron
quemadas o teñidas como para cambiarles el color. Los agentes de la UR XVI prestaron especial
atención a una campera que apareció incinerada. "Con esas prendas se harán pericias para saber si
estaban manchadas con sangre o si hay otros rastros de la víctima como pelos", agregó la
fuente.
Además, durante la requisa se descubrió un pavo congelado dentro de un freezer.
El vocero consultado recordó que Ioris se dedicaba a la cría y venta de esas aves, para lo cual
tenía un criadero en la parte trasera del terreno. También rememoró que la anciana recibió, el día
del crimen, la visita de un joven interesado en adquirir uno de esos animales.