En su huida los delincuentes asesinaron al subinspector Leoncio Bermúdez, de 42 años, quien desde 2017 realizaba guardias en el destacamento número 16ª, ubicado a metros de la guardia del Provincial. Su ejecución fue captada por cámaras de videovigilancia ubicadas en el lugar. Dos mujeres resultaron heridas, una de ellas acompañante de un enfermo internado, quien recibió disparos en las piernas. Para cubrir su fuga, uno de los delincuentes disparó al menos cuatro veces contra el destacamento en el que la hija de 10 años del policía esperaba el regreso de su padre. El policía estaba cuidando a la pequeña hasta que su esposa la pasara a buscar.
El crimen del policía Bermúdez se convertirá, con el correr de los días y el devenir de la investigación, en un caso bisagra. ¿Por qué? Porque expuso la fragilidad a la que están expuestos trabajadores de la salud en los lugares donde trabajan (algo que ya venían reclamando desde hace años), la de los vecinos que se cruzan en los hospitales públicos con reclusos y sus custodias, ya que deben ser atendidos fuera de los lugares de detención debido a que el SP no cuenta con infraestructura para cubrir esa necesidad, y la precariedad en la que se mueven las fuerzas de seguridad de la provincia, sobre todo en los momentos determinantes. En Santa Fe hay una sóla sala penitenciaria y está en el Hospital José María Cullen de la capital provincial.
>> Leer más: Cómo se vivió el crimen del policía desde adentro del Hospital Provincial
Leoncio Bermúdez tenía 15 años de servicio en la policía santafesina. Había ingresado a la fuerza en 2009. En enero de 2010 había sido destinado a la Agrupación Cuerpos de la Unidad Regional II de Rosario cumpliendo el rol de “caminante” y en mayo del mismo año fue trasladado a la Unidad Regional IV, departamento Caseros, con sede en Casilda. En 2017 regresó a la UR II y fue destinado al destacamento 16 del Hospital Provincial, donde cumplió servicios hasta el momento de ser asesinado. Era un confeso hincha de Newell’s y devoto de la vida familiar. En una de sus manos se había tatuado la frase: “Familia, donde la vida comienza y el amor nunca termina”. También practicaba el arte marcial jiu-jitsu.
De la banda del Lichy
Según pudo conocerse el lunes, Lencina fue trasladado desde el pabellón 9 de Piñero al Hospital Provincial debido a un cuadro de neumonía fruto de la tuberculosis que padece. Por prescripción médica quedó internado y el martes pasado el mediodía recibió el alta médica, que no pudo ser cumplimentada de manera inmediata por no tener disponibilidad el Servicio Penitenciario (SP) para realizar el traslado. Lencina está preso desde 2013, cuando a los 18 años cayó por matar a un joven en el día de su cumpleaños tras una discusión el 6 de agosto de ese año.
La víctima era Jorge Jesús “Jaime” González, quien ese día cumplía 28 años y lo festejaba con parientes y amigos en su casa de Espinosa al 5600, en el barrio Moderno. En febrero de 2017 Lencina fue condenado a 12años de prisión como autor del homicidio y su padre, Osvaldo Lencina, recibió la misma pena como instigador.
En 2018 la Cámara Penal rebajó la pena a Gabriel al mínimo de 10 años y 8 meses y revocó la de su padre, que resultó absuelto por el beneficio de la duda. El segundo asesinato lo protagonizó estando detenido. Ocurrió el 23 de febrero de 2020 cuando Jorge Nicolás José, de 29 años, fue baleado en Génova y Colombres. En abril de 2022 Lencina recibió una condena de 11 años y 6 meses como instigador del homicidio. Una sentencia que quedó en una pena unificada de 22 años y dos meses de prisión con vencimiento el 9 de noviembre de 2035.
Leoncio Bermúdez.jpg
Leoncio Bermúdez, el policía asesinado este martes a la noche en el Hospital Provincial.
Lencina era el objetivo de al menos dos gatilleros que ingresaron a la guardia del Provincial, por calle Zeballos al 400. Las dos hipótesis que tiene la fiscal en su escritorio son: para rescatarlo, la que más paga, o para matarlo, bastante más relegada. Lencina es considerado miembro de la banda de los Romero de Nuevo Alberdi, cuyo exponente más reconocido es Hernán “Lichy” Romero.
Dos hipótesis
“Hay dos hipótesis en la investigación. Iban a rescatar o a hacerle daño a Lencina. Yo particularmente me inclinaría más por la hipótesis de que lo quisieron rescatar, porque tuvieron la oportunidad de dispararle al detenido. Lo tuvieron de frente. Pero no lo hicieron”, explicó la fiscal Gisella Paolicelli en el Centro de Justicia Penal (CJP). Para ella, la principal hipótesis en el asesinato del policía Bermúdez.
>> Leer más: Los crímenes que cometió el preso al que fueron a buscar al Hospital Provincial
Para Paolicelli fue el décimo homicidio que tuvo en su guardia de ocho días. La fiscal transitó el mismo sendero que había anticipado horas antes el Ministro de Seguridad Claudio Brilloni, quien indicó que, por su experiencia, a Lencina lo había querido “arrancar” del hospital, como se denomina en la jerga callejera al rescate.
La fiscal también indicó que los tiratiros llegaron y huyeron en un auto, posiblemente un Fiat Uno blanco, y se investigaba, al cierre de esta nota, si se trataba de un auto con pedido de captura por haber sido robado. Otro detalle que brindó la fiscal fue que a uno de los dos custodias del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) que custodiaban a Lencina los agresores le robaron el arma calibre 9 milímetros que portaba. También indicó que la conducta de los efectivos del SPP quedó bajo la lupa.
“Se busca establecer cómo se filtró la información de que estaba ahí el preso. Se investiga, naturalmente, al Servicio Penitenciario porque estaba a cargo de la custodia del detenido. Se secuestraron teléfonos. Había dos a cargo de la custodia más tres en el vehículo de traslado. A uno solo le sacaron el arma. Los delincuentes ingresaron armados. Hay que ver si usaron (para el crimen) las armas que portaban o la robada al personal penitenciario. En el lugar había vainas servidas calibre 9 milímetros”, indicó.
Previamente, el ministro de Seguridad de la provincia, Claudio Brilloni, había explicado: "Los agentes penitenciarios se trenzaron en una lucha (con los tiratiros). Uno de ellos recibió un golpe en la cara. Cuando huyeron, el personal policial que está de custodia (Bermúdez), que cumplía servicios adicionales en el hospital, fue sorprendido directamente con dos disparos, uno en la cabeza y otro a la altura del pómulo que fue lo que causó la muerte”, siguió.
image (2).jpg
El destacamento 16, ubicado a metros de la guardia del Provincial, recibió cuatro disparos. En la escena se hallaron 6 vainas.
El momento de la balacera dentro de la guardia del hospital quedó grabado en un audio que una enfermera estaba enviando y que se viralizó. En ese audio claramente pueden escucharse dos secuencias de disparos. Una de cinco tiros y otra de seis. La sensación que da el audio es que hubo un dialogo de armas en la guardia del Provincial.
El ministro Brilloni es el cuarto Ministro de Seguridad de la gestión del gobernador Ormar Perotti. Lleva nueve meses en su cargo y ya debió transitar otros tragos amargos en su mandato. Uno fue el asesinato del inspector César Eduardo Carmona, asesinado con 13 balazos a las puertas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) el pasado jueves 14 de septiembre. Otro el demencial crimen de Ivana Garcilazo, la hincha de Rosario Central ultimada con un baldosazo en la cabeza tras el clásico del sábado 30 de septiembre pasado.
Allanamiento en el pabellón 9
A la 1.35 de la mañana, según indicó el ministro Brilloni, Lencina fue trasladado, con chaleco balístico, a la cárcel de Piñero y depositado en uno de los 40 calabozos que tiene el pabellón 9 y que el recluso comparte con otros 91 detenidos. Horas después de su reingreso a la cárcel, mientras buena parte de la ciudad y del país se desayunaban con el crimen del policía Bermúdez, efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales allanaron el pabellón 9 por orden del fiscal Luis Schiappa Pietra, de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos.
>>Leer más: Una cámara captó el momento en que le disparan al policía en el Hospital Provincial
Schiappa Pietra ya tenía programado el operativo ya que investigaba a otro recluso del 9. Los TOE incautaron 15 bochas de cocaína, 114 de marihuana, trozos de marihuana, cuatro celulares rotos, cargadores de teléfonos y chips de celulares. La fiscal Paolicelli indicó que en la celda de Lencina se habían encontrado un celular y bochitas de marihuana.
Pero el crimen del subinspector Bermúdez no se consumió sólo en la cuestión penal y criminal. La directora del hospital, Teresita Ghio, calificó la escena sucedida el martes por la noche como “dantesca, fue un caos, una zona de guerra”, y explicó que “atendemos a seis o siete presos por día, estamos obligados a hacerlo y está bien porque son seres humanos, pero esta situación no da para más”.
La directora también blanqueó que Lencina estaba dado de alta a las 12 del mediodía del martes, pero no lo fueron a buscar. "Tranquilamente lo podrían haber llevado a Piñero y todo esto se hubiera evitado”, expresó.
De inmediato, la Asociación de Médicos de Argentina (Amra) y del Sindicato de Profesionales Universitarios de la Salud (Siprus) manifestaron su malestar por lo ocurrido. Algo que ya venían alertando. Desde Amra se declararon en “estado de alerta permanente” y anticiparon que irán a un paro por 48 horas la semana que viene en todos los centros de atención provincial: hospitales, centros de salud y Iapos (Instituto Autárquico Provincial de Obra Social) funcionarán con guardias mínimas el martes 21 y el miércoles 22 de noviembre.
En un comunicado, esta entidad expresó que el crimen de Bermúdez y lo ocurrido en la guardia del Provincial “destapa las condiciones anárquicas que se viven en la provincia, donde claramente se ve una escalada de violencia y donde queda en evidencia que las autoridades han sido desplazadas por narcos y delincuentes que se mueven con una impunidad total”.
Por su parte, desde Siprus realizaron un abrazo solidario al Provincial en reclamo de mayor seguridad y presencia del Estado. “Decimos basta, no se puede seguir trabajando así. Necesitamos seguridad, y que se esclarezcan los hechos, que se investigue”, expresó Jerónimo Ainsuain, uno de sus referentes.