La muerte de Brian Ezequiel Toloza hace dos semanas en barrio La Antenita fue el resultado de una pelea callejera que "se fue de las manos". Pero ese crimen que arrancó como un simple cruce de palabras dejó al desnudo una trama narco: los vecinos contaron que el agresor es soldado de una vendedora de drogas ligada a Los Monos que le entregó una pistola 9 milímetros al homicida y lo ayudó a escapar en auto. "Ella entra y sale del barrio con custodia policial y manda a sus soldaditos a buscar nuestra reacción. Por eso pedimos protección pero hasta ahora no tuvimos respuesta", dijeron los familiares de la víctima frente al Centro de Justicia Penal (CJP).
El reclamo de los padres, la viuda y una cuñada de Toloza se hizo sentir ayer a la mañana luego de la audiencia en la que Néstor Antonio M., de 35 años y conocido como "Sapito", quedó preso como presunto autor del crimen. El fiscal Ademar Bianchini lo imputó por un homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la portación ilegal de un arma. El defensor público Mariano Buffarini pidió la libertad o la prisión domiciliaria pero ambas alternativas fueron rechazadas por el juez Hernán Postma, quien lo dejó en prisión preventiva por dos años.
"Hay muchos testigos pero no quieren declarar por el miedo que le tienen a esta mujer. El barrio calla todo", dijo Omar Alberto Maidana, el padre de Brian, sobre la "transera" señalada por testigos como quien le facilitó un arma a Sapito.
Toloza, de 24 años, era padre de tres chicos de 2, 5 y 7 años y un bebé de 9 meses. Se dedicaba a la jardinería y junto con su esposa Gimena trabajaba en el mantenimiento de grandes áreas parquizadas como el country Carlos Pellegrini y un complejo en la avenida Jorge Newbery.
Brian era el segundo de ocho hermanos y había crecido en la zona de la avenida Las Palmeras, en el límite entre Rosario y Pérez. Desde hacía dos semanas vivía con su esposa, sus hijos y la familia de ella en el barrio que se conoce como La Antenita o La Chanchería: una barriada humilde al oeste del cruce de Mendoza y Wilde, en cercanías de barrio Tango.
Una noche
La noche del 19 de enero Brian fue a jugar a la pelota con su padre y sus hermanos a una canchita de zona oeste. Cuando volvió, "vestido con un short, botines y sin remera", fue a comprar un porrón y se quedó un rato con otros cuatro familiares en casa de una cuñada en Nochetto al 1100.
Cerca de las 23 salió a fumar con una vecina y un chico de 15 años "soldadito de esta mujer y que parece de 11 de tanta droga que le dan", contó a este diario la cuñada de Brian. En ese momento pasó Sapito en bicicleta. "Sapo lo miró medio mal a Brian, se ve que se conocían, yo no lo sabía", contó la mujer.
En el legajo que el fiscal leyó en la audiencia consta que Brian fue el primero en hablar: "¿Qué onda Sapo?", lo encaró. Y éste respondió: "¿Qué onda con qué, Brian? ¿Vos te la aguantás?". Toloza no se intimidó: "Sí, más vale", contestó, y se agarraron a las piñas. Sus familiares y quienes atestiguaron en Fiscalía dijeron que los jóvenes no tenían problemas ni hostilidades previas. Sólo que uno desafió al otro a pelear y "la pelea se fue de las manos".
Primero Brian le pegó dos piñas a Sapo, que cayó al suelo. La cuñada y un sobrino intercedieron para evitar que la pelea pasara a mayores y Sapo se fue a su casa. Pero enseguida volvió con una varilla de hierro. La cuñada de Toloza logró quitársela.
"Sapo, ¿ por qué lo desafiás a pelear si no te la aguantás?", lo increpó. Luego, con su sobrino alzaron a Brian para sacarlo a la fuerza del lugar pero él logró soltarse y volvió a la esquina. Sapo lo estaba esperando con una pistola en la mano.
"Soltá el arma, cagón", gritaban los familiares y vecinos de Brian. Pero éste no se asustó: "Si tenés huevos tirame", gritó Toloza mientras abría los brazos. Un certero disparo 9 milímetros le dio en el centro del pecho. "Cuando recibió el tiro se dio vuelta, me miró y cayó al piso. Comenzó a toser, le salía sangre por la espalda, pedía ayuda", contó su compañera. Como no llegaba la ambulancia lo trasladaron en una chata hasta el Policlínico San Martín, donde murió.
El búnker de "La Gi"
El crimen posó la lupa de los investigadores sobre un búnker de venta de drogas que según los vecinos controla una mujer a quien conocen como "La Gi". Los testimonios citados por el fiscal en la audiencia afirman que se trata de Gisela Bocutti, pareja de Leandro Vilches —condenado como referente de Los Monos— e imputada en libertad en una causa federal por narcotráfico que se desprendió del caso Los Patrones. En esa investigación está acusada de consolidar en la calle, ante órdenes de su pareja en prisión, actividades de comercio de drogas.
Los familiares de Toloza dicen que esta mujer controla una sector de pasillos en U entre las calles Nochetto, Presevero y Gallego y precisaron que Sapito vive al lado de su casa. "Se llama Bocutti Gisela, vende droga, es la mujer de Vilches Cantero", dice uno de los testimonios consignados en el legajo.
Según testigos, luego de la despareja pelea, "Sapito fue a la casa de la Gi. Esta chica le pasa un arma de fuego. Todos lo vimos, entonces Sapito regresó caminando con el arma en la mano y lo apuntaba a Brian y cuando lo tuvo cerca le disparó. Después de que le tiró a Brian se fue en bicicleta y a una cuadra la Gi lo cargó en su auto", que según otros testimonios es un Peugeot 206.
Mentiras
Tras la audiencia penal, los familiares aclararon que "Sapito no trabajaba en la construcción, eso es todo mentira. El toda la vida trabajó en el Mercado de Concentración y últimamente, hacía como tres meses, era soldado de la mina que vende droga en el barrio. El arma que le disparó a Brian se la dio esta mina". El padre, la madre, una cuñada y la pareja de Brian dijeron que la mujer "entra o sale del barrio custodiada por patrulleros" de la subcomisaría del barrio. "Por eso pedí custodia para mi familia pero hasta hoy no hay respuesta", dijo el padre de Brian.
Según contaron, tras el crimen esta mujer se acercó a un familiar "acompañada por dos soldados" para decirles que "tenía miedo de que por lo que pasó con Brian le salga todo mal y la lleven a la cárcel de Ezeiza". Ellos dicen no saber por qué el joven discutió Sapito. Dijeron que "como él soldadea, se cree dueño del barrio. A todo el mundo que se sienta en la esquina lo insulta".
Los familiares de Brian, que viven a no más de 150 metros de la casa del agresor y su entorno, aseguran que a partir del crimen sufren hostilidades. "Ella manda a los soldados. Pasan, se levantan la remera, muestran el arma. O manda una mina grande que es soldada de ella. Pasan y miran mal. Se ríen, como buscando nuestra reacción", contaron, y por eso pidieron para los cuatro hijos de Toloza una protección policial que, según denunciaron, aún no llega.