Antonio Reyes tenía de 76 años y fue asesinado a golpes y puñaladas en su casa de Alvear al 300, en Granadero Baigorria. El hombre era soltero y vivía allí hace más de 40 años. Por la escena del crimen que relevaron los pesquisas, se supone que alrededor de las 20 del lunes alguien a quien él conocía entró a su casa con su consentimiento y luego de compartir una cerveza tuvieron una discusión o un entredicho. La mañana de este martes dos de los hermanos lo hallaron arrodillado en la cama de su cuarto con golpes y profundas puñaladas en la espalda y el cuello.
Antonio era el mayor de nueve hermanos, era técnico electrónico y reparaba televisores y computadoras en su casa, sobre todo a sus vecinos más cercanos. No acostumbraba a salir a la calle más que para lo imprescindible y según María Fernanda, una de sus hermanas, “no le abría la puerta a nadie, excepto si lo conocía”. El alerta de que algo fuera de lo común podría haberle sucedido al hombre lo dio otra de sus hermanas, que al intentar comunicarse con Antonio no lo logró y pensó lo peor. Por ello se comunicó con Jorge, otro de sus hermanos.
Jorge contó que su hermano “tenía la costumbre de saludar con un «buen día» y un «buenas noches» en el grupo de chat de WhatsApp que tenemos entre los hermanos. La tarde del lunes no se comunicó para saludar, ni tampoco lo hizo la mañana del martes, por lo que pensamos que le había pasado algo. Hace un tiempo tuvo un ACV y temimos que hubiera pasado algo porque no se movilizaba bien, así que la mañana del martes vinimos con mi hermana. La puerta de rejas por la que se ingresa a la casa estaba cerrada con llave y cuando tocamos para ver que pasaba no salió nadie. Entonces pedí una escalera a un vecino e ingresé a la casa. Lo busqué, lo llamé y al fin lo encontré en el dormitorio, en un charco de sangre, arrodillado y con la cara cubierta por una almohada”.
Minutos después llegaron la policía y los médicos forenses, quienes realizaron un minucioso trabajo en la escena criminal. Uno de los profesionales constató que Antonio presentaba seis lesiones (dos en la cara, una en el cráneo, otra en el pliegue del cuello de profundidad y otras en la espalda). Además, a partir de lo dicho por los hermanos de la víctima, supieron que faltaban un televisor Led cuyo control remoto quedó en el lugar y el celular de Antonio.
La tarde del martes, mientras un cerrajero cambiaba todas las cerraduras de la vivienda, otro de sus hermanos dio indicios de qué pudo haber sucedido. “El nunca le abría a alguien que no conociera. Encontramos en una mesa dos vasos con cerveza y mi hermano no tomaba, es como si hubiese atendido a alguien, un conocido seguro. Para mí se llevaron el televisor y el celular para simular un robo. Es muy raro, estamos muy conmocionados. Es el primero en morir de nosotros.”
Según el parte policial las cerraduras de los ingresos a la casa no estaban forzadas y cerradas desde afuera y no había desorden dentro de la escena del hecho. Los efectivos realizaron un relevamiento del lugar en busca de cámaras y testigos presenciales, sin embrago los vecinos dijeron no haber notado nada extraño en las inmediaciones de la casa de Reyes.
Según las pericias, la hora aproximada del fallecimiento fue entre las 20 y las 22 del lunes, por lo que los minutos antes y después de esas horas serán los momentos en que los investigadores sitúen su atención en la revisión de cámaras y testimonios. En el barrio en que vivía Antonio, a pocas cuadras del Hospital Eva Perón, las casas en venta abundan. Los vecinos sostienen que los hechos de inseguridad se repiten y que no se sienten “cuidados por la policía”. Antonio “era un hombre que no se metía con nadie y tenía su vida, siempre vivió acá”, sostuvo una vecina.