Cinco miembros de una organización que se dedicaba al tráfico de drogas de diseño en Rosario y alrededores fueron condenados por la Justicia Federal en distintos procesos resueltos durante noviembre. Entre ellos se encuentran tres policías de la provincia que, en procedimientos abreviados, recibieron distintas penas de entre 3 y 6 años de prisión. La cara más visible de la banda era Emiliano "Emi Trix" Tisera, que vendía MDMA y éxtasis en fiestas electrónicas, y fue sentenciado a 7 años de cárcel.
Junto a Tisera también fue condenada su novia, Julieta Valenzuela, una influencer con miles de seguidores en redes sociales que recibió la pena de 3 años de prisión condicional. La sentencia estuvo a cargo del Tribunal Oral Federal Nº 3 de Rosario, integrado por los jueces Mario Gambacorta, Eugenio Martínez y Osvaldo Facciano. En este caso se llegó a ambas sentencias por medio de un juicio oral finalizado el 7 de noviembre pasado.
Por otro lado fueron condenadas otras cinco personas en el marco de un juicio abreviado que el TOF Nº 3 homologó el 29 de noviembre. Entre ellos se encuentran Nicolás Balzi, suboficial de la policía de Santa Fe, y su pareja Gabriela Celia Techera. Él fue condenado a 6 años y 4 meses de cárcel y ella a 3 años de prisión condicional. Por otra parte Leandro Miranda, agente de la Policía de Investigaciones, recibió junto a dos hombres identificados como dealers la pena de 3 años y 6 meses de prisión.
Tráfico de drogas VIP
Emiliano "Emi Trix" Tisera pasó buenos tiempos entre viajes al exterior, paseos en lancha por el río Paraná y en su BMW en Rosario y alrededores. Se movía con cautela como vendedor de MDMA y pastillas de éxtasis, pero aun así no pudo esquivar la investigación federal que, mediante un informante que le siguió los pasos hasta en fiestas electrónicas, decantó en su detención a mediados de 2022. La Justicia hizo foco en él como proveedor de un policía de la provincia detenido por comercio de drogas de diseño en febrero de aquel año.
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El 1º de abril de 2022 Emiliano Tisera salió de su casa de Condominios de Refinería, complejo ubicado en Vélez Sarsfield al 500, se subió a su BMW blanco y manejó dos kilómetros hasta French al 1400. De una vivienda de esa cuadra salió Leandro Miranda, policía de la provincia, quien se subió al BMW para seguir camino hasta Drago al 1000, barrio Arroyito. En ese lugar esperaron a un hombre que se subió al auto y después de unos minutos bajó con un sobre de papel madera en mano.
A fin de ese mismo mes a Tisera lo siguieron hasta el Salón Metropolitano, donde esa noche tocaba el DJ alemán Sven Vath. En ese lugar lo vieron hablando con un hombre en el baño, donde hicieron el movimiento de entrega de pastillas a cambio de dinero. Esa otra persona fue identificada como uno de los revendedores en ese tipo de eventos.
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Una secuencia similar se dio tiempo después cuando Tisera, de nuevo a bordo de su BMW, llegó una tarde cerca de las 18 al gimnasio Megatlón ubicado en el Shopping Alto Rosario. Un rato más tarde el joven salió del complejo deportivo, volvió a su auto y condujo hasta un estacionamiento de la zona de España y Santa Fe. Después caminó por calle España con un bolso en sus manos hasta que llegó a un edificio de San Lorenzo al 1600, al cual entró por su cuenta. Allí, en un departamento del 8º piso, vivía su pareja: la manicura Julieta Valenzuela, una joven que entonces tenía más de 13 mil seguidores en Instagram y que también quedó detenida cuando en ese domicilio la policía halló 2.622 pastillas de éxtasis.
Policías dealers
Los hechos ventilados en el proceso judicial se iniciaron en enero de 2022 con una denuncia ante la Policía Federal Argentina (PFA) sobre la actividad ilegal que realizaba el policía Balzi. Según la presentación de un informante, comercializaba pastillas de MDMA y cristal en fiestas electrónicas y bajo la modalidad de delivery.
Bajo las órdenes del fiscal Javier Arzubi Calvo, la PFA hizo seguimientos y tareas de inteligencia que incluyeron intervenciones telefónicas sobre los sospechosos. En ese marco a Balzi lo detectaron el 21 de enero de 2022 frente a su casa, en Congreso al 500, en una típica maniobra de “pasamanos” con un cliente al que le vendía estupefacientes. Se corroboró su cargo de policía y que utilizaba el domicilio de su novia, un departamento ubicado en Güemes al 2000, como punto de venta de sustancias ilícitas.
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La investigación sobre Balzi derivó en sus proveedores. A través del testimonio de un arrepentido, se confirmó que uno de ellos era Tisera, reconocido en redes sociales como “Emi Trix”, vendedor VIP de drogas de diseño. De un informante anónimo surgió que Tisera viajaba a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cada 15 o 20 días para trasladar éxtasis y otras drogas. Según ese relevamiento, acopiaba polvo para producir comprimidos con una máquina que instalaba alternadamente en inmuebles que alquilaba en las ciudades de Funes y Roldán.
A lo largo de la investigación también fueron identificados Benjamín Bernasconi y Pablo Padalina como dealers a disposición de los otros miembros. En uno de los seguimientos a Tisera y su novia llegaron a San Juan y 1° de Mayo, donde se encontraron con un hombre al que le entregaron un paquete. Luego se determinó que era Bernasconi. Padalina fue identificado el 1º de abril de 2022 cuando lo vieron en la zona de Drago al 1000 ingresar al auto de Tisera.
Condenados
Emiliano "Emi Trix" Tisera fue condenado a 7 años de prisión e inhabilitación absoluta por igual término, como autor del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de tenencia con fines de comercialización, agravado por la intervención de tres o más personas de forma organizada. Su novia, Julieta Valenzuela, fue condenada a 3 años de ejecución condicional al haber sido considerada partícipe secundaria del mismo delito que su pareja.
Al policía Nicolás Balzi, que trabajaba en la seccional 2º de Cañada de Gómez, lo condenaron a 6 años y 4 meses de prisión, inhabilitación especial e inhabilitación absoluta por igual término por considerarlo autor penalmente del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de tenencia con fines de comercialización agravada por su calidad de funcionario público encargado de la prevención o persecución de los delitos previstos en la Ley N°23.737.
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La pareja de Balzi, Gabriela Techera y también policía, recibió la pena de 3 años de prisión de ejecución condicional y reglas de conducta por igual tiempo, por el delito de partícipe secundaria del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de tenencia con fines de comercialización.
El policía Leandro Miranda, que cumplía funciones en la Policía de Investigaciones y en una comisaría de Peyrano, lo condenaron a 3 años y 6 meses de prisión partícipe secundario de tráfico de estupefacientes en la modalidad de tenencia con fines de comercialización, agravado por la intervención de tres o más personas en forma organizada, agravado por ser funcionario público y por lo cual quedó inhabilitado por el mismo tiempo de la condena. La misma pena, aunque sin ese agravante, fue para los dealers Benjamín Bernasconi y Pablo Padalina.