El Centro Especializado de Responsabilidad Penal Juvenil (Cerpj), ubicado en el cruce de Saavedra y Cullen de la zona oeste de la ciudad, y que fuera conocido durante muchos años como Instituto de Recuperación del Adolescente Rosario (Irar) fue y es una suma de problemas crónicos por lo que sus trabajadores plantearon a la ministra de Gobierno y Justicia de la provincia, Celia Arena, una serie de situaciones que, según dicen, imposibilitan que los menores allí alojados no accedan a los derechos básicos para su resocialización.
Entre los problemas que destacaron los empleados están las históricas fallas edilicias, la falta de agua potable lo que obliga al consumo de agua de pozo con las posibles consecuencias que ello puede acarrear, deficiencias en las comidas diarias y la sobrepoblación. “Hoy hay 44 chicos donde no puede haber más de 36 y sólo diez personas para atender los distintos problemas y conflictos que traen desde afuera del instituto. Son chicos a los cuales hay que sostener e intervenir sobre ellos desde distintas disciplinas para lograr hacerlos cumplir con ciertas normas de convivencia dentro del instituto. Para que esto funcione no debería haber menos de 40 acompañantes juveniles y sólo somos diez”, sostuvo Patricia Fleitas, secretaria de la comisión interna del Cerpj e integrante de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE).
Fleitas, en compañía del secretario de prensa de la Comisión Interna, Daniel Ragel; y el integrante del Consejo Directivo de ATE, Marcos Morao, expresaron su preocupación a partir de la falta de personal en el Cerpj y cómo esa situación influye tanto en la atención de los chicos allí alojados como en la salud mental de los propios trabajadores. “El personal de acompañamiento no excede de las diez personas y se dividen en tres turnos. A veces en los turnos no hay más de dos personas para atender a los 44 chicos. El trabajo que se hace es el de imprimir una conducta diaria. Un horario para levantarse, bañarse y ordenar su habitación, entre otros cosas. Otro para las actividades que se les generan, y esto sin gente es imposible”.
Según los delegados gremiales los 44 menores están alojados en ocho sectores disponibles que no podrían albergar a mas de 36 chicos y que, además, de esos ocho espacios hay algunos que no deberían estar habilitados “porque no tienen las prestaciones básicas mínimas de habitabilidad como agua, luz y baños en condiciones”.
“Hay cuatro chicos que están las 24 horas encerrados, que no salen ni a ver el sol, algo que es parte de los reglamentos del instituto. A esos chicos no se los puede incluir ni trasladarlos por que no hay gente que los asista como corresponde. A eso se suma una realidad que antes no se percibía: los chicos vienen con problemas graves de enfrentamientos originados en la calle y tenemos que evitar que los resuelvan acá, es decir que el acompañante tienen que evaluar que el chico pueda moverse dentro del establecimiento sin que corra riesgo y eso es imposible. Esta semana llegó una orden judicial para que a un chico se lo asista las 24 horas, que siempre debe estar acompañado, pero eso es imposible en estas condiciones”, aseguró Fleitas.
Daniel Ragel, por su parte, detalló que entre otras cuestiones a resolver está el tema del agua: “Los chicos no tienen agua potable y a veces ni agua de pozo. Los otros días hubo que acercarles una botella de agua para que se higienizaran. Tampoco funcionan los dos generadores eléctricos. El instituto depende de la energía que tenga la zona oeste de la ciudad, si se corta la luz quedamos a merced de cualquier problema”.
En el Cerpj no solo hay personal civil trabajando sino que también hay uniformados del Servicio Penitenciario provincial cuya función es sólo “la custodia externa del edificio y los traslados a Tribunales cuando es necesario. Pero ellos también tienen problemas de falta de gente. En los empleados civiles se vuelca el mayor peso y la responsabilidad de sostener este lugar, estamos convencidos de que si se produce un problema con los chicos lo más seguro es que el hilo se corte por lo más delgado y va a caer en los trabajadores con los correspondientes sumarios administrativos”, señaló Ragel.
El dirigente de ATE añadió que “hay 10 enfermeros y un médico que está solo y no da abasto para atender las demandas de los menores, además de un psicólogo y un trabajador social. En estas vacaciones hubo 10 ingresos de chicos a los que el médico no pudo ver y auscultar porque simplemente no estaba”.
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Por su parte, Fleitas agregó que “este es un trabajo de alto riesgo y que atenta contra la salud mental de los compañeros. A veces los mismos pibes te amenazan de muerte y vos no podes hacer nada. Varios compañeros pasaron por la instancia de carpetas médicas psiquiátricas y no hay contención, es más, a muchos de los trabajadores la provincia no les paga el plus que les corresponde por los trabajos especiales que realizan”.
El 17 de enero pasado desde ATE hicieron llegar a la ministra de Gobierno provincial, Celia Arena, una nota en la que le explicaron que “los jóvenes y los trabajadores de Cerpj conviven con alacranes, que los baños del instituto están tapados y que no hay media sombra en los patios entre otras falencias”. Fleitas añadió que “a la ministra le detallamos cada problema y ahora esperamos que nos atienda. Lo mismo elevamos al director del Centro y a los Juzgados de Menores y resolvimos mantenernos en estado de alerta responsabilizando a los funcionarios por lo que pueda suceder”.
Los dirigentes tiene una opinión común y es que los chicos que están alojados hoy son muy distintos en cuanto a su perfil a los que se alojaban años anteriores; y en muchos casos son chicos que han cometido más de un homicidio. “No es lo mismo hoy que hace un tiempo atrás y parece que a la provincia nada de esto le importa”, concluyó Fleitas.