La Cámara Penal rebajó sustancialmente la pena a un hombre condenado a 20 años de prisión por el asesinato del policía Germán Cardillo, ocurrido tres años atrás en una zona costera de Puerto San Martín. Para el tribunal de segunda instancia no se pudo comprobar con certeza que el enfrentamiento a tiros entre la víctima y el victimario, quien recibió cuatro balazos en el incidente, haya sucedido en el marco de un asalto.
En tal sentido los camaristas Javier Beltramone, Guillermo Llaudet y Gustavo Salvador modificaron la calificación original del homicidio en ocasión de robo por la de un crimen calificado por el uso de arma de fuego. Por ello, la condena a 20 años fue reducida a 12. A lo que se suma —en rigor, se conserva tal como en el fallo de primera instancia— otros dos años por una sentencia de ejecución condicional que se había unificado a 22 años. Así, Germán Ezequiel Malcorra deberá cumplir una condena a 14 años de cárcel.
Cardillo fue asesinado el 19 de marzo de 2015 pasadas las 20 en una zona conocida como "Bajada de las vacas" donde se encontraba pescando con dos amigos. Según el fallo de Cámara, la condena a Malcorra se basó en la siguiente secuencia: el acusado dejó su moto sobre la bajada y descendió con el caso puesto hacia donde estaban los pescadores, a quienes amenazó con un revólver calibre 22 largo para robarles.
Las víctimas comenzaron a despojarse de sus pertenencias pero Cardillo le dijo al ladrón que las tenía en el auto, por lo cual Malcorra lo acompañó, sin dejar de apuntarle, hasta el Ford Focus de policía. Sin embargo, cuando éste abre el auto extrae su pistola calibre 9 milímetros y comenzó un forcejeo entre ambos.
En ese marco el acusado le disparó a la víctima debajo del cuello y lo hirió de muerte. Malcorra entonces emprendió la huida y uno de los amigos de Cardillo tomó el arma de éste y le disparó al asaltante, que logró escapar en su moto.
Finalmente los amigos del policía lo subieron al Ford y lo llevaron al hospital, trayecto en el cual se volvieron a topar con el asaltante y le dispararon dos veces más. Cardillo finalmente murió en un hospital mientras que minutos después Malcorra, con al menos cuatro balazos en su cuerpo, ingresaba a otro centro de salud donde quedó detenido como sospechoso del asesinato.
Malcorra, de 30 años, fue condenado en diciembre pasado por homicidio en ocasión de robo y su defensor Juan Pablo Fantoni apeló la sentencia. En una audiencia realizada el pasado 19 de marzo, el abogado alegó que su defendido había actuado en legítima defensa y en tal sentido expuso otra versión de los hechos.
Primero contó que Malcorra consumía drogas y que ese día se acercó al lugar donde ocurrió el crimen para comprar, ya que no conseguía en los lugares habituales. Según esta versión el acusado se acercó hasta Cardillo, quien lo había detenido en forma ilegal días antes y "le había pedido que trabajase para él vendiendo drogas aprovechándose de su condición de adicto".
En ese marco hubo una discusión sobre la transacción, ambos se acercaron al auto del policía, éste abrió la puerta y le pegó dos tiros en las piernas a Malcorra, quien cayó. El defensor aseguró que el acusado recibió otro balazo más y luego le disparó un único tiro mortal al policía, para luego escapar en su moto.
No fue a robar
La teoría de Fantoni ubica a Malcorra en un acto de legítima defensa sin asaltos de por medio. Para refrendarla, alegó contradicciones en las declaraciones de los amigos de la víctima respecto del atraco. También afirmó que su cliente por esos días tenía un trabajo en blanco con un buen sueldo, por lo que no necesitaba cometer un robo y se acercó a ese sitio para comprar drogas.
El defensor agregó que, además de no encontrarse objetos robados, si su cliente hubiese tenido la intención de cometer un atraco, en lugar de bajar diez metros hasta donde estaban los pescadores podría haber asaltado a otra gente que estaba arriba de la explanada. En tal sentido pidió la absolución por legítima defensa, aunque aclarando que en caso de que no se haga lugar a esa petición pidió disminuir la pena.
Por su parte, el fiscal Juan Ledesma sostuvo que la versión que coloca a la víctima vendiendo droga en el lugar del hecho es endeble, ya que no se secuestró sustancia alguna en la escena. Remarcó que el día del hecho Malcorra tenía un régimen de prisión domiciliaria con salidas laborales y entendió como probada la versión del robo. Por ello pidió confirmar la sentencia en su totalidad.
No fue legítima
El análisis de los planteos cayó en manos del juez Beltramone quien, en primer lugar, analizó la teoría de la legítima defensa expuesta por Fantoni. "Es Malcorra quien, voluntariamente y armado, se coloca en una posición de incremento de riesgo que inadmite la aplicación de la norma que se pretende. Cardillo no fue en búsqueda de Malcorra, sino que éste, siempre siguiendo su relato, fue al medio de la nada misma a encontrarse con vendedores de droga, donde estaban Carrillo y sus amigos", sostuvo el camarista, para quien la secuencia de quién disparó primero "carece de andamiaje legal pues no se prueba que Cardillo haya sido quien inicia la agresión ilegítima".
Para Beltramone, la versión de la defensa demuestra que Malcorra provocó la situación al acercarse armado a comprar drogas. "Es quien inicia la secuencia de hechos que desencadena la muerte de Cardillo. Llega, deja la moto sobre la barranca, baja a pie diez metros y como fuere luego de la discusión o cuestión nunca dilucidada con claridad siquiera por los amigos de la víctima, con un arma en mano termina hiriendo de muerte a Germán Cardillo", concluye para desbaratar la idea de la legítima defensa.
Disparatada
Resuelto ese planteo de la defensa, el camarista sí concedió a Fantoni que no estaba probado con suficiente certeza que Malcorra haya ido a robar y a partir de ello se desencadenó el homicidio.
En tal sentido cita el testimonio de una joven que estaba con dos amigos en la parte alta de la barranca y escucharon los disparos. Para Beltramone es "poco razonable" que si Malcorra tenía intenciones de robar fuera a un lugar tan remoto como el río y, "aun así, no aprovechara la mejor oportunidad que tenía", que era asaltar a esas tres personas desde su moto.
"Es de difícil justificación racional que Malcorra escoja una opción francamente disparatada, que era dejar la moto barranca arriba, bajar en la oscuridad de la noche diez metros sin luz, sin linterna, sin iluminación, sin saber con quiénes se iba encontrar y luego abordar a tres hombres con un arma de puño en la mano para atracar a tres pescadores. Sabiendo además que en caso de éxito, debía subir diez metros, tomar la moto y escapar frente a tres personas recién robadas a las cuales de alguna forma si no quería matarlas, como mínimo debía inmovilizarlas para luego sortear a los otros tres que estaban arriba, quienes además podrían identificar su moto como mínimo, dado que iba con casco puesto", planteó el camarista.
Para el juez esas cuestiones ponen en crisis el fallo, al menos en lo referido al fin de robo. A ello se suma que "no se secuestraron efectos presuntamente robados" y que la suma de testimonios no alcanza la credibilidad suficiente para que se acredite el asalto.
"En síntesis, asiste razón parcial a la defensa por cuanto no se probó mas allá de toda duda razonable que Malcorra haya ocurrido al lugar de los hechos con fines de robo", indicó Beltramone, para concluir que el hecho se encuadra en un "homicidio calificado por el uso de arma de fuego" con una pena "justa y equitativa" de 12 años de prisión, a la que le agregó los dos años de una pena de ejecución condicional que redondea el total en 14 años.
tres años. Germán Cardillo fue asesinado en marzo de 2015 mientras pescaba con amigos en Puerto San Martín.