Los tres detenidos el sábado tras maniatar a un anciano para robarle en la zona oeste fueron imputados por el crimen de Expedicto Campos, el comerciante de 80 años que fue asaltado horas antes con la misma modalidad y a quien su hija encontró atado con precintos y un trapo en la boca en su casa de barrio Azcuénaga. El fiscal Patricio Saldutti dispuso la realización de la autopsia en el Instituto Médico Legal pero el estudio forense no encontró lesiones de entidad para definir la causa de la muerte, que hasta el momento se considera “indeterminada”. Si bien los tres acusados declararon y dijeron ser inocentes, quedaron en prisión preventiva por el plazo legal como coautores de un homicidio en ocasión de robo, es decir, por provocar la muerte de la víctima aunque su intención sólo haya sido asaltarla.
La audiencia imputativa se realizó este lunes por zoom ante la jueza Valeria Pedrana, quien aceptó el encuadre legal solicitado por la Fiscalía y ordenó la prisión preventiva de los acusados por dos años. Además de ser implicados como coautores de un homicidio en ocasión de robo les atribuyeron el robo posterior, cometido a las 3 de la madrugada del sábado, en una casa de Forest al 7000 donde se encontró atado a un hombre de 88 años aún con vida. Los apresaron durante el asalto y sumaron cargos por intento de robo doblemente: por haber sido cometido en poblado y en banda y por la fractura de la puerta de ingreso.
A Expedito Campos lo encontraron maniatado y sin vida en el baño de su casa de Matienzo al 800, entre Eva Perón y Rioja, al filo de la medianoche del viernes. Residía en el barrio Azcuénaga desde mediados de 2019, cuando vendió su tradicional panadería Mathias, que durante más de tres décadas funcionó en San Luis e Iriondo, en Echesortu. El hombre había vendido el local en abril de 2019 y como parte de pago obtuvo la casa donde vivía con una de sus hijas y una nieta. Meses atrás había sufrido una caída que le inmovilizó un brazo luego de comer amigos en un club de las inmediaciones de Cafferata y Zeballos.
Según se pudo reconstruir, Campos quedó solo en su casa desde de las 20 del viernes. Su hija salió a esa hora y al regresar a las 23 encontró la vivienda sumida en el desorden. Buscó a su padre y lo encontró en el baño, maniatado de pies y manos con precintos plásticos bien ajustados y un trapo en la boca. En el cuello tenía una prenda con la que se estima que los delincuentes lo torturaron para que el hombre dijera dónde tenía el dinero de sus ahorros. Le robaron una cifra cercana a los 10 mil dólares y 15 mil pesos que serían parte de la venta de la panadería.
En el momento en que los peritos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) registraban la escena de la muerte de Campos, tres hombres eran detenidos por un hecho similar en Forest al 7000, entre Colombia y Guatemala. En ese lugar la policía encontró a Juan Donato D. F., de 88 años, maniatado de pies y manos con trozos de telas y una tira de tela con un cable en el cuello. Los ladrones habían ingresado a su casa alrededor de las 3 tras forzar la puerta de ingreso con una barreta de metal de unos 40 centímetros.
Ataron al anciano con precintos plásticos y con un cable de un electrodoméstico, lo amordazaron con un retazo de tela y lo dejaron sentado en un sillón mientras buscaban dinero y objetos de valor. Según la imputación que formuló por este caso el fiscal Miguel Moreno, el asalto se frustró por la llegada de la policía que sorprendió a la policía y liberó a la víctima. La similitud en la mecánica provocó que los tres quedaran detenidos no sólo por el robo sino también por la muerte de Campos.
El fiscal Saldutti ordenó la autopsia del comerciante pero el resultado no fue concluyente y se necesitarán estudios complementarios para definir la causa de la muerte. El estudio forense no detectó lesiones significativas que expliquen el deceso de Campos, quien podría haber sufrido una falla cardíaca ante la conmoción por el ataque. Es por esto que los tres acusados fueron imputados de homicidio en ocasión de robo, un tipo penal en el que se reprocha la intención de cometer un robo durante el cual ocurre una muerte por negligencia. La figura prevé de 10 a 25 años de prisión.
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Los acusados son Cristian Leonel E., un domador de caballos de 22 años: Santiago Isaías C., un albañil de 19, y Emanuel Marcos P., bicicletero de 33; todos con domicilios en lugares distantes entre sí de Rosario y la zona. Los tres declararon por separado en la audiencia, dijeron ser inocentes y aceptaron responder preguntas. Los defensores Francisco Broglia y Pedro Grabar solicitaron medidas alternativas a la prisión preventiva que no fueron aceptadas, aunque la jueza sí hizo lugar a que el detenido E. sea revisado por un médico forense porque refirió haber sufrido golpes en su detención.
Según el planteo acusatorio, los incriminan las similitudes entre los dos hechos de robo: los precintos que se usaron son idénticos, se ajustaron de la misma forma y en ambos episodios los asaltantes usaron un trapo para taparles la boca a los ancianos a fin de que no pudieran gritar. Otro rasgo común es que en ambos casos las víctimas fueron hombres mayores que se encontraban solos. Por último se señaló que en ambos barrios existió una operación de inteligencia previa, con personas que pasaron haciendo “encuestas”.
Los vecinos de calle Matienzo contaron que el día del hecho, al mediodía, vieron dos autos con tres ocupantes cada uno que miraban hacia la casa de la víctima y que, al sentirse descubiertos, se fueron enseguida. Esos son hasta el momento los hallazgos de una investigación incipiente, en la que resta peritar el único teléfono celular secuestrado a uno de los detenidos y analizar cámaras de vigilancia de la zona para ver si se detectan movimientos previos. En las dos pesquisas, según se informó, existen tareas investigativas para identificar a otras personas que habrían participado en los hechos.