Emanuel Rubén F. tiene 29 años y el viernes, en una audiencia oral y pública fue imputado de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa y portación ilegal de arma de fuego en el marco de la investigación de un episodio ocurrido la tarde del pasado viernes 17 en la zona sudoeste de la ciudad. En ese marco, y ante el pedido del fiscal Rafael Coria, el juez penal Alejandro Negroni le dictó la prisión preventiva sin plazo específico y dispuso que siga detenido en la comisaría 2ª sin hacer lugar al pedido de morigeración y el cumplimiento de prisión domiciliaria que solicitaran en la audiencia sus defensores, Marcelo Hernán Folch y Hugo José Páez Alvarez.
El hecho que le atribuyen a Emanuel F. ocurrió a las 16 del 17 de febrero en una vivienda de Ameghino al 3100 y víctima del mismo fue un ex convicto cuyo nombre estuvo ligado íntimamente al núcleo duro del recientemente condenado Diego "Panadero" Ochoa y que llegó a estar procesado por varios hechos violentos. Se trata de Emilio Gerardo Salazar, de 31 años y una larga historia delictiva que ocupó varias páginas de este diario.
Según fuentes policiales, el día del hecho agentes del Comando Radioeléctrico entrevistaron a Andrea Rosa G., de 29 años, quien manifestó ser pareja de Salazar y contó que minutos antes su esposo estaba sentado en la vereda de su vivienda cuando observa la llegada Emanuel Rubén F., quien tras exhibirle un arma de fuego efectuó varias detonaciones para escapar luego a la carrera.
Salazar fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez donde le diagnosticaron múltiples heridas de armas de fuego y permaneció internado en terapia intensiva hasta el pasado miércoles 22 cuando recibió el alta médica.
En cuanto al móvil del ataque, la pareja de Salazar dijo que el acusado "tiempo atrás usurpó un domicilio de sus padres y que cada vez que quisieron echarlo recibieron amenazas" que ahora parecen haberse concretado.
La víctima
La primera vez que el nombre de Emilio Salazar ocupó un espacio en las páginas policiales fue en octubre de 2013 cuando el juez Javier Beltramone procesó a Diego "Panadero" Ochoa como autor intelectual de los crímenes de Roberto "Pimpi" Caminos, ocurrido en marzo de 2010 y por el cual el viernes lo condenaron a 11 años de prisión; y el de Maximiliano "Quemadito" Rodríguez, perpetrado el 5 de febrero de 2013 en la esquina de Corrientes y Pelegrini, ataque fatal que aún no llegó a la etapa de juicio oral. También le endilgaron ordenar el asesinato de quien fuera su ladero, Matías Pera, quien en noviembre de 2010 sobrevivió a cinco balazos efectuados en Isola al 100 bis.
Al dictar el procesamiento, el magistrado entendió que ambos hechos, como así también un ataque a balazos que había sufrido meses antes de su muerte el propio "Quemadito", tenían un solo hilo conductor: el control del paravalanchas en la tribuna rojinegra y la conducción de la barra brava del club. Y junto a Ochoa fueron procesados otros cinco hombres que en la trama criminal desempeñaron distintos roles: Héctor David "Porteño" Rodríguez, Sergio Federico "Chuno" Acosta, Walter Acosta, Jesús Romano y el nombrado Emilio Salazar.
El 27 de enero de 2013, a poco de haber quedado libre tras un año en prisión y nueve días antes de ser asesinado, "Quemadito" Rodríguez fue atacado a tiros frente a la casa de su novia, Sofía Laffatigue, en Coronel Arnold al 3200. Entonces, dos sujetos descargaron una lluvia de disparos y escaparon en un auto. Un plomo lo hirió en una pierna, por lo que debió usar muletas. Familiares de "Quemadito" contaron entonces que al sobrevivir a ese primer ataque el joven contó que los agresores habían sido "Chuno"; Emilio (Salazar), con quien había ido a la escuela y fue procesado por ese crimen fallido; y "Porteño", quien manejaba un Peugeot 206 con vidrios polarizados. Y adjudicó el ataque a problemas que manetenía "con Panadero" Ochoa.
La defensa de Salazar, entonces a cargo de Leopoldo Lisandro Monteil, apeló ese procesamiento y sostuvo entre otras cosas que "no se encuentra probada la participación de Emilio Salazar dentro de la estructura de la hinchada de Newell's Old Boys, ni hay un solo elemento que lo relacione con los restantes coimputados ni los dichos incriminantes aparecen avalados por prueba alguna", y agregó que a su cliente "los únicos testimonios que lo ubican en el momento y lugar de los hechos son los de Sergio Rodriguez (padre de la víctima) y Sofía Laffatigue (pareja de la víctima), no apareciendo avalados por elemento objetivo alguno y otro sustento que la decisión de incriminar a Salazar en un hecho de sangre se suma gravedad".
Sin embargo, un fallo de segunda instancia confirmó el procesamiento de Salazar como coautor del ataque que "Quemadito" sufrió nueve días antes de morir.
Ladrón
Aparte de esos episodios sangrientos, Salazar fue condenado en un juicio abreviado por un robo cometido con un arma de juguete en 2015. Entonces el juez Núñez Cartelle homologó el acuerdo y le dictó 1 año y 6 meses de prisión como autor material y penalmente responsable de una tentativa de robo agravado por el uso de un arma de utilería.
Esa pena se unificó con la dictada por el jugado de Sentencia 1 a un año de prisión de cumplimiento efectivo como autor penalmente responsable de resistencia a la autoridad agravada por el uso de un arma de fuego, dictándole el carácter de reincidente. Ese hecho había ocurrido en 2012 cuando fue sorprendido por agentes del Comando Radioeléctrico en Dr. Riva y Suipacha con una pistola calibre 9 milímetros después de haber intentado asaltar a un repartidor y enfrentar a los policías. De esa manera, Salazar fue a parar tras las rejas por 2 años y 6 meses y se encontraba en libertad condicional cuando fue atacado a tiros los primeros días de este mes.