Elisa Amores, la abogada de la suboficial Roxana González -la mujer que acompañaba al exjefe de la delegación Santa Fe Mariano Valdés el día que fueron atacados por desconocidos en el kilómetro 245 de la autopista a Buenos Aires, a 170 metros de la bajada del puente de Villa Constitución- comentó que su defendida "no tiene vida pública, no puede salir a la calle, ni estudiar, ni trabajar".
"El premio por colaborar con la Justicia fue 'la ponemos en un programa de protección de testigos pero se la pasa a disponibilidad'. Eso implica que no puede trabajar y se supone que va a cobrar la mitad del sueldo. Nadie sabe dónde está, no puede salir, no tiene vida pública, no puede salir a la calle, ni estudiar, ni trabajar", dijo la letrada
González tiene 27 años y desde hace ocho meses está en la Federal. El lunes 9 de septiembre acompañaba al excomisario Valdés en un Ford Focus cuando fue interceptado y baleado en el kilómetro 253 de la autopista, a 170 metros del acceso a Villa Constitución. Mientras Valdés declaró que había sufrido "un robo al boleo" cuando se detuvo para cambiar la yerba del mate, González, en su segunda declaración se desdijo de lo sostenido en un primer momento y contó otra cosa.
Dijo que su jefe había sido atacado por tres hombres que bajaron de una camioneta y sugirió que se movían como policías. También dijo que Valdés le ordenó que se quedara con las armas de ambos y con un bolso, que parece ser el eje de la discordia. Ese bolso desapareció de la escena del crimen y reapareció once días más tarde en la Delegación de la Federal en Santa Fe, cuando Valdés y Bellagio fueron detenidos.
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El Ford Focus donde se trasladaba el comisario Valdés y la suboficial Roxana González el día en que resultó herido en la autopista.
Perforado. Así quedó el Ford Focus en el que iban el comisario Mariano Valdés y la agente Roxana González.
Hoy, en una entrevista con Telefe Rosario, al letrada recordó algunos momentos clave en la vida de Roxana desde el ataque en la autopista hasta su actualidad como testigo protegida.
"Siempre se nos tuvo bajo el programa de testigos protegidos hasta que declaró. Anímicamente estaba destruida. Hoy es otra chica, pero era una chica paralizada por el miedo, en los únicos que confiaban era en mí y en mi chofer. Lo único que decía cuando la conocí era que la querían matar, que estaban en su casa y los iban a matar. Eso era lo que no podía entender cuando tuve la primera entrevista con Roxana. En el momento en que me empieza a contar un poco, la esposa llama al tío de Roxana, y le dice que la Federal estaba dentro de la casa", se explayó la abogada.
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Valdés, de cabello con canas, junto a su abogado y a Higinio Bellagio, su segundo en Santa Fe.
Foto: La Capital / Archivo.
"Todo el tiempo estaba convencida de que la querían matar. No te puedo decir quién porque nunca nos dijo quién, pero un poco se empieza a desmembrar cuando llego al domicilio de los tíos. Me encuentro con un auto de la Federal, una ambulancia de la Federal en la esquina y un par de autos de alta gama. Buscaban a Roxana".
La letrada comentó que unas horas antes, incluso, "la habían querido prácticamente secuestrar de la vía pública. Estaba en un bar en Ramos Mejía y a las 12 de la noche se le presentó la gente de la Federal para llevarla al Hospital Churruca".
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"Por eso el miedo de la familia al día siguiente, que empiezan a buscar un abogado porque no era un procedimiento normal", agregó Amores.
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El bolso que le secuestraron al comisario Valdés.
Recordó además que recibió un llamado de una persona "que presuntamente era Valdés, diciéndome que se había enterado por los medios que iba a ir a declarar. Yo le dije a miembros de mi equipo que averiguaran eso y no había salido nada en ningún medio. Eso me pareció raro. El insistía en saber dónde estaba Roxana, que quería hablar con ella, que quería saber cómo estaba".
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Mientras tanto, la Corte Suprema de Justicia de la Nación deberá decidir quién investiga el ataque a tiros perpetrado contra el comisario Mariano Valdés. El caso llegará al máximo tribunal después de que el juez federal de Santa Fe Francisco Miño desistiera del pedido que hizo el fiscal Walter Rodríguez para que el episodio se investigara en ese fuero ya que el mismo estaría ligado a la venta o distribución de droga