"Escuché que se abrió la puerta del balcón, después una estampida y lo vi a Francisco cayéndose sobre la puerta, quejándose. Le pregunté, «¿te descompusiste?», y me contestó «me pegaron un tiro, me muero». Entonces le dije «no te podés morir, yo te amo como el primer día»". El relato conmovedor y entre sollozos lo hizo María Cristina P. ayer a la mañana en el inicio del juicio oral y público en el que se pondera la conducta penal de Javier Jeremías Espinoza Bullón, un muchacho de 22 años acusado de hacer el tiro mortal que dos años atrás terminó con la vida de Francisco Calvano, el esposo de María. Unos segundos antes de que su vida se apagara, el hombre fue testigo involuntario del robo de un vecino y sus gritos pusieron en fuga a los ladrones, uno de los cuales le disparó y le perforó el cuello.
El fiscal Ademar Bianchini le atribuyó a Espinoza Bullón robo calificado por el uso de arma de fuego apta para el disparo y homicidio críminis causa, y le requirió a los jueces Alejandro Negroni, Mónica Lamperti y Héctor Núñez Cartelle que lo condenen a prisión perpetua. El mismo planteo hicieron los querellantes, Antonio Ramos y Walter Calenta. A su vez, la defensora pública María Eugenia Carbone sostuvo que el joven estuvo en la escena del hecho pero que no fue el tirador.
Al declarar, Espinoza Bullón se desvinculó del homicidio, aunque aceptó haber participado del atraco previo al crimen con otros dos jóvenes. Al día siguiente del suceso, Gustavo Omar R., de 28 años, fue detenido en Gaboto al 1500, en la villa La Lata y a sólo tres cuadras de donde ocurrió el episodio, pero la investigación sobre él fue archivada por falta de evidencias.
Desde el balcón. Según el fiscal, todo ocurrió la noche del 22 de noviembre de 2014. Aquel día Juan M., que entonces tenía 77 años, llegó en un Renault Clío a su casa de Virasoro al 1500. Cuando ingresaba el vehículo a la cochera fue emboscado por dos muchachos. "Cuando estaba cerrando dos jóvenes empujaron el portón y se metieron adentro. El joven acusado lo apuntó con una arma a la cabeza y le dijo «dame la plata y el celular». Juan M. le entregó la billetera y le dijo que no tenía celular", relató Bianchini.
Todo eso fue advertido desde la planta alta de la casa por la esposa del jubilado, quienr comenzó a gritar y llamó al 911. "Por favor, vengan a Paraguay y Virasoro. Dos tipos le robaron a mi marido y le tiraron a la mujer que vive enfrente", voceó a la operadora de la central policial. Pero la anciana de 86 años que vive enfrente no fue alcanzada por ningún disparo sino su hijo, Francisco Calvano, quien la visitaba todos los días para suministrarle medicación.
Los alaridos de la esposa de Juan M. pusieron en fuga a los maleantes. Y Calvano, que había visto el atraco desde el balcón de la casa de su madre, también gritó para alertar a los vecinos. Incluso gritó a los ladrones que llamaría a la policía. Entonces Espinoza Bullón, según el fiscal, se dio vuelta y disparó un balazo. "Le tiró para que cesaran los gritos de Calvano y de esa manera procurar la impunidad", explicó el responsable de la acusación.
Las pruebas. En su alegato inicial Bianchini exhibió tres pruebas para atribuirle la autoría del crimen a Espinoza Bullón. La vaina servida encontrada debajo del balcón de la casa donde estaba la víctima se corresponde con la pistola calibre 22 encontrada en poder del imputado al ser detenido una semana después del hecho; el cotejo de la palma de la mano del acusado se corresponde con una huella encontrada en el portón de la cochera de Juan M.; y el señalamiento de la víctima del robo de Espinoza Bullón como el autor del disparo mortal en una rueda de personas realizada en Tribunales.
Por su parte, el abogado Antonio Ramos adhirió a la posición del fiscal y señaló: "La vida es imprevisible. Jamás pensé que iba a estar en este lugar como querellante de los familiares de un amigo. Hay que terminar con este discurso fraudulento de naturalizar la violencia, que no se corresponde con el dolor que una muerte provoca a una familia".
Yo no disparé. Finalmente, el cusado se despegó del crimen aunque aceptó haber participado del atraco a Juan M. Ayer dijo: "Esa noche (el 22 de noviembre de 2014) estaba en la vereda de mi casa, llegaron dos pibes (Ricardo R. y Gastón S.) y me dijeron «vamos a laburar». Fuimos en una moto Honda Cross hasta Virasoro y Paraguay. Nos subimos al cordón de la vereda y después nos metimos en el garaje. Yo revisé el auto. Después cruzamos la calle y en ese momento escuché un tiro y uno de los pibes que le decía (a Calvano) «quedate quieto». Me asusté y salí corriendo. Ellos se fueron en la moto. Yo tenía un revólver calibre 38, no una pistola, pero no tengo nada que ver con esta muerte", contó.
El muchacho está detenido en la cárcel de Piñero y señaló que teme por su vida. Actualmente está alojado en un pabellón de resguardo a raíz de que un hermano de Gastón S. (que según Espinoza Bullón está involucrado en el crimen de Calvano) está en el pabellón 8 y lo amenazó. "No metas a mi hermano o te vamos a matar", fue la intimidación que dijo haber recibido. También comentó que habló por teléfono con Gastón S. y le dijo que "no lo quiso matar" a Calvano. Espinoza Bullón también denunció que tras ser detenido fue golpeado por un uniformado de la comisaría 5ª. "Me dio una paliza un policía que tenía una corona" (bucal), afirmó.