Buenos Aires- Una familia fue asaltada hoy en un country del partido bonaerense de Pilar por dos encapuchados que forzaron una ventana y escaparon con unos 10.000 dólares, informaron fuentes judiciales y policiales.
Buenos Aires- Una familia fue asaltada hoy en un country del partido bonaerense de Pilar por dos encapuchados que forzaron una ventana y escaparon con unos 10.000 dólares, informaron fuentes judiciales y policiales.
El hecho ocurrió a las 3:30 de esta madrugada en el barrio cerrado “La Legua”, ubicado en el kilómetro 38,500 de la autopista Panamericana, donde los dos ladrones ingresaron por el cerco perimetral pero no fueron detectados por los vigiladotes.
Las fuentes explicaron que los delincuentes se dirigieron a la casa de un comerciante del rubro de insumos hospitalarios, donde violentaron una ventana para poder ingresar.
Dentro del inmueble, los ladrones se dirigieron al dormitorio principal, despertaron al matrimonio y los amenazaron con armas, mientras los dos hijos dormían.
El comerciante, quien fue golpeado por los delincuentes, les entregó unos 10.000 dólares que guardaba en efectivo tras lo cual, los ladrones huyeron de la casa por el mismo sitio donde ingresaron, agregaron las fuentes.
Los voceros explicaron que si bien la guardia detectó por los sensores que hubo un movimiento en el cerco perimetral, no advirtió la presencia de los delincuentes ni en su ingreso ni en la huída.
El caso es investigado por la policía de Pilar y el fiscal Gonzalo Acosta, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de ese partido del norte del conurbano.
En el mismo country, el 21 de julio del año pasado, otra familia sufrió un robo muy parecido cuando dos delincuentes que también se colaron por el alambrado, redujeron a un hombre que llegaba a su casa e ingresaron con él a la vivienda para robarle dinero, alhajas y electrodomésticos.
El country La Legua, en el que viven 25 familias y tiene una superficie de 850 metros, cobró notoriedad en 2005, cuando un guardia atropelló a un niño de 4 años cuando iba en un carrito de golf sin luces.
El niño sufrió una triple fractura de fémur, múltiples golpes, heridas y quemaduras de primer grado por el arrastre y todavía sufre las secuelas del accidente.
La causa derivó en un escándalo cuando al llegar a juicio oral el vigilador imputado no asistió porque su defensa dijo que había muerto, el juez se tomó a golpes de puño con el abogado querellante y ahora el padre del niño denuncia que cambiaron un cadáver para evitar el debate. (Télam)