“Estábamos tomando mate y aparecieron unos hombres, no sabemos quiénes son, sacaron armas y dispararon desde un auto. Mataron a mi nieta e hirieron a mi señora y a mi hijo. No sabemos por qué hicieron esto. Nosotros no molestamos a nadie”.
Foto: La Capital / Francisco Guillén.
Juan Carlos, el abuelo de Geraldine, en el lugar donde ocurrió la mortal balacera.
Foto: La Capital / Francisco Guillén.
La casilla humilde de Mitre y 9 de Julio en Villa G. Gálvez, donde murió una nena y otras dos personas sufrieron graves heridas.
“Estábamos tomando mate y aparecieron unos hombres, no sabemos quiénes son, sacaron armas y dispararon desde un auto. Mataron a mi nieta e hirieron a mi señora y a mi hijo. No sabemos por qué hicieron esto. Nosotros no molestamos a nadie”.
El que pronuncia esas palabras es Juan Carlos y lo hace frente a la vivienda de Mitre y 9 de Julio, que en la noche de este lunes fue atacada a balazos con el lamentable saldo de una beba fallecida, identificada como Geraldine Mora Gómez, y otras dos personas heridas de consideración (Julián S., de 22 años, y Sandra C.)., Al menos catorce impactos de proyectiles quedaron grabados sobre el frente de chapa.
Juan Carlos brindó este martes a la mañana su testimonio al programa “El primero de la mañana” de LT8. El hombre hizo un esfuerzo titánico con contener la angustia ante una tragedia familiar que tuvo su primer capítulo hace poco más de un año, cuando mataron a otro de sus hijos, un muchacho de 18 años, ultimado a tiros cuando volvía de una fiesta y que anoche volvió a golpearlo.
“Estoy hablando porque tengo un Dios aparte. No pude hacer nada por mi nieta. Mi nieta recibió tres tiros, uno en la cabeza. Era una nena que recién empezaba a vivir, un angelito que no entendía nada”, soltó Juan Carlos, y cuando se lo consultó por el estado de salud de sus familiares heridos dijo: “El chico (por su hijo) está grave y mi señora está medio crítica. Ahora los iré a ver al hospital y a esperar el parte de los médicos”.
La mención del caso de su hijo asesinado el año pasado fue inevitable para este hombre. “Hace poco le sacaron la vida a un hijo de 18 años. Fue a un baile y le dispararon diez tiros. Tampoco se supo quién fue. Mi hijo no tenía conflictos con nadie. La única rutina que tenía era salir los viernes de joda y volver con su novia a su casa. Esa noche, nosotros nos fuimos al casino y él me pidió el equipo porque tenía un cumpleaños y al rato nos llamaron diciendo que lo habían herido, y cuando llegamos al Hospital Clemente Alvarez, me dieron la noticia de que mi hijo había fallecido”.
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Juan Carlos describió cómo estaba conformada su familia. “Somos 15 contando los chicos, cuatro adultos y el resto menores. La más chica era la bebé. Todos trabajamos. Soy albañil y todos saben que soy una buena persona. Todos saben que nunca tuve quilombo con nadie y que no me meto con nadie. No me interesa lo que hacen los vecinos. Yo tengo mi vida”.
“No sé qué hacer. ¿Qué voy a esperar, que maten a otro chico?. Estoy quebrado”, afirmó y enseguida se volvió a preguntar como si los pistoleros que hicieron el desastre de anoche estuvieran frente a él: “¿Por qué molestan a gente que no tiene nada que ver? Si tienen que pelearse con otras personas, que se dediquen a buscar a la gente con quien pelear, no a gente inocente. No entiendo lo que pasó anoche. Mataron a una bebé que recién empezaba a vivir”, agregó