Si los delitos se pusieran de moda por épocas, éste sería el tiempo de las entraderas. No hay día en que los reportes policiales no cuenten un hecho con las características porpias de esta modalidad que se da cuando los ladrones, generalmente armados, sorprenden a la gente llegando a sus viviendas, ya sea a pie o en vehículos, y aprovechan la oportunidad para ingresar a la propiedad, reducir a sus ocupantes y llevarse todo lo que puedan, incluso los autos de las víctimas. Muchos de los atracos ocurridos en los últimos días, sin hacer diferencia de barrios ni de clases sociales, están siendo investigados por la fiscal Georgina Pairola junto a sus pares Nicolás Foppiani y Gisela Paolicelli, todos de la Unidad de Investigación y Juicio de la fiscalía Regional Rosario.
En una entrevista con la La Capital, la fiscal Pairola afirmó que estos episodios, muchos de los cuales no trascienden en forma pública, se han reproducido “con mucha facilidad” y señaló que los autores son personas de instrucción media que ostentan una buena situación económica a partir de los robos que cometen.
—¿Cómo están investigando las entraderas?
—Con los fiscales de Casilda, San Lorenzo y Cañada de Gómez (están dentro de la órbita de la fiscalía Regional Rosario) analizamos el modus operandi de los hechos cometidos en estas jurisdicciones y en Rosario relacionándolos con los vehículos que se sustraían y en los que se trasladaban los maleantes, si utilizaban armas y que tipo de armas, cuántas personas ingresaban, los horarios, el modo de entrar porque no es lo mismo que la persona esté estacionando su auto y esto sea utilizado como elemento sorpresa y después ingresen tres o cuatro personas al domicilio. También hubo casos de ladrones vestidos con ropa del Correo Argentino o de Telecom simulando que tenían que hacer un arreglo en la vivienda para que las víctimas les franquearan la entrada y no tener que utilizar la fuerza y una vez allí exhibieron armas. También valoramos si lo smaniataron con precintos o con cordones, toda una serie de detalles que se toman en cuenta y se tratan de recabar en las entrevistas con las personas asaltadas para poder armar un mapa de todo lo que está sucediendo.
—¿Hubo un aumento de este delito en los últimos meses?
—Notamos un incremento pero no podría decir desde cuándo. No es un incremento exponencial de mes a mes, pero sí creemos que en la actualidad es un delito que se reproduce con mucha facilidad.
—¿Por qué?
—Creo que quienes cometen estos delitos obtienen un beneficio económico rápido y a su vez se van incrementando porque tienen éxito.
—¿El aumento de las entraderas está relacionado con que otras modalidades delictivas están más controladas?
—No me arriesgaría a decirlo porque eso merece un análisis más profundo, pero sí creo que esta gente se ha profesionalizado en esta modalidad delictiva porque han encontrado éxito.
—Alguna de las entraderas se cometieron con personas que ingresan a una casa diciendo que son policías que estaban haciendo un allanamiento.
—Se detuvo a dos personas por cuatro robos cometidos con ese ardid y se localizó en la casa de uno de ellos los uniformes policiales que utilizaban en los hechos. Además, a fines de marzo se realizaron 24 allanamientos, algunos de ellos con resultado positivo, y en total se apresó a diez personas desde febrero. Los integrantes de una banda que operaba en jurisdicción de la comisaría 10ª (zona norte) fueron condenados en un proceso abreviado a 6 años y 8 meses de prisión. Los integrantes de esta organización esperaban que la víctima ingresara con el vehículo o aprovechaban para ingresar a la casa cuando la empleada estaba barriendo la vereda.
—¿Las entraderas son cometidas por bandas o son simples grupos de ladrones?
—Son bandas organizadas, con logística propia. Los éxitos de los atracos les permiten aprovisionarse mejor para los próximos hechos que cometen. En muchos casos hacen trabajos de inteligencia previos y conocen dónde están los dormitorios y los elementos de valor que hay en cada casa.
—¿Cómo tienen esa informacion tan precisa?
—Evidentemente tienen alguien que les informa y muchas veces eso ocurre de forma hasta ingenua.
—¿Cómo operan estas bandas en el terreno?
—Creemos que son varias bandas, algunas de ellas están conectadas y no necesariamente trabajan las mismas personas. Creemos que hay personas que están más especializadas, que cometen algunas de las entraderas y se pueden ir nutriendo de personas que tienen la capacidad para hacerlo porque tienen cierta instrucción. En las audiencias comprobamos que son personas que tuvieron acceso a la educación y que tienen un nivel de vida un poco mejor que lo que generalmente se aprecia en el mundo delictivo.
—¿Se determinó si los elementos sustraídos son introducidos en un circuito legal o ilegal?
—Estamos investigando todo lo que es el mercado negro. Todavía no establecimos si los electrónicos son introducidos en el mercado legal. Los vehículos pueden ser llevados a desarmaderos o pueden ser vendidos a otros grupos delictivos para cometer otros hechos. A su vez, muchos de los vehículos son abandonados días después de ser robados. Un auto sustraído en una entradera ocurrida en Rosario apareció poco después en Venado Tuerto.