El comisario Gustavo Gula gula Pereyra, detenido bajo la acusación de proveer información a la banda de Los Monos, quedó involucrado en un supuesto nuevo acto de corrupción. Un agente policial que se encuentra en disponibilidad denunció en la Dirección de Asuntos Internos que el uniformado quebrantaba el régimen de detención a cambio de dinero a sus custodios. En ese sentido, mientras fuentes del gobierno provincial aseguraban que el juez Juan Carlos Vienna había sumado la denuncia a la investigación que lleva adelante, desde la Jefatura de la Unidad Regional II se sostuvo que "no se constató anomalía alguna" en las condiciones de detención.
La denuncia fue presentada el 15 de julio por el policía en disponibilidad Gonzalo Gastón R. en la delegación Zona Sur de Asuntos Internos. Allí señaló que los policías a cargo de la custodia de Gula gula lo llevaban durante las noches a su casa de Pueblo Esther para que duerma y que lo iban a buscar al día siguiente para que retorne a la dependencia donde está alojado. Por ese servicio, según la presentación, recibían dinero en efectivo. Otra fuente indicó, además, que según el denunciante Pereyra "tenía libertad de movimientos. Dijo que fue a la comisaría y vio que el detenido estaba solo, sin custodia alguna".
Tras la presentación de Gonzalo R. agentes de Asuntos Internos iniciaron una investigación y el 16 de julio llegaron hasta la Unidad Especial de Seguridad Rural, en el cruce de las rutas 21 y A-012 para constatar lo denunciado. "No se constató anormalidad alguna y el comisario Pereyra sigue detenido en ese lugar", dijo ayer el subjefe de la URII, comisario José Luis Amaya.
Paso a paso. Según el mismo oficial, Pereyra fue detenido el 5 de junio y trasladado a la División Judiciales de la Jefatura. "Tras los actos procesales de rigor se lo trasladó a la subcomisaría 18ª de Cabín 9 donde estuvo entre el 5 y el 7 de junio. Desde allí, y mediante un oficio judicial, el juez Vienna dispuso su traslado a la Guardia Rural donde permanece hasta hoy", asguró Amaya.
No obstante, el alto oficial reconoció que "hay una denuncia presentada el 15 de julio en Asuntos Internos", pero desmintió categóricamente que se haya constatado que Pereyra reciba favores. "Cuando los agentes de Asuntos Internos llegaron encontraron todo en orden, las rejas acondicionadas en el lugar que no es de detención estaban con llaves y el acusado estaba en el interior de la repartición", agregó.
Vendía información. Pereyra fue apresado por sus presuntos vínculos con el accionar en la ciudad de bandas narcocriminales, especialmente Los Monos, quienes son investigados por el juez Juan Carlos Vienna a partir del crimen de Martín Fantasma Paz, ocurrido en septiembre del año pasado. En ese marco el magistrado fue desenredando una madeja por la cual no solo están presos algunos integrantes del clan afincado en el barrio 17 de Agosto sino también la connivencia policial de la que gozaba el grupo.
En ese sentido ya son cinco los policías apresados en el marco de la pesquisa, entre ellos Gustavo Gula gula Pereyra, quien se desempeñaba en la Brigada Operativa de la Secretaría de Delitos Complejos del Ministerio de Seguridad provincial. Según la investigación, era parte de una estructura que brindaba protección a Los Monos para asegurarles sus negocios. Lo hacía pasándoles legajos, fotos y domicilios de los investigadores y avisándoles de los operativos en su contra.
Diez días después de la detención de Pereyra, los pesquisas allanaron su flamante casa de Pueblo Esther bajo la sospecha de que los ingresos lícitos del oficial son insuficientes para haber levantado esa porpiedad frente al río, con pileta y solarium y de gran calidad en construcción y equipamiento interior. En tanto, en la vivienda rosarina de Pereyra se encontraron unos 100 mil pesos en efectivo que el policía dijo queprovenían de la actividad comercial de su familia como dueña del local donde se erige un reconocido restaurantes y documentación vinculada con la causa.