El gobierno provincial habilitará el viernes en Rosario una central de información criminal con la que aspira a producir un cambio radical en el análisis del delito y la intervención policial en el territorio urbano. Lo que se inaugura es un espacio conocido como OJO, que insumió una inversión de 99 millones de pesos en tres grandes recursos: una adecuación de infraestructura en todo el subsuelo del ala de calle Moreno en la sede local de la Gobernación que es donde funcionará la central, una solución informática para el análisis criminal (software) y equipamiento mobiliario e informático (hardware) para darle sostén.
Desde allí se definirá un nuevo modelo de diagramación de las operaciones policiales, a partir de una base de datos que registra las zonas de mayor incidencia delictiva y que permitirá desde la misma central el monitoreo y la evaluación del servicio.
El OJO es una central física donde trabajarán las 24 horas, en turnos rotativos, unos 150 operadores civiles y policías administrativos con distintos roles. En ese ámbito se generarán las órdenes operativas a partir de una base de datos que articula informaciones diversas en tiempo real. Estos datos provienen de los llamados al Sistema de Emergencias 911, de las denuncias al sistema policial, de las fiscalía, de los reportes que realizan las mismas patrullas y de las videocámaras urbanas.
"Es un verdadero cambio de paradigma en políticas contra el delito porque las operaciones se disponen con criterios racionales", dijo el ministro de Seguridad santafesino, Maximiliano Pullaro.
"Hoy tenemos en Rosario una presencia que según los cambios de turno va de 120 a 160 móviles policiales. Durante mucho tiempo éstos giraban por el territorio en base a mandatos que provenían de la intuición o el olfato del comisario. Eso ya empezó a cambiar con un análisis inteligente que desplegará a las patrullas por determinadas zonas, aquellas donde se están produciendo los delitos, y con rendición de cuentas", añadió el funcionario.
La apertura de la central del OJO es anunciada por el gobierno como un paso fundamental de un cambio que ya empezó el año pasado, con el diseño de un patrullaje que toma la ciudad como una cuadrícula dividida en 89 cuadrantes que responde, con algunas alteraciones, al ordenamiento municipal por barrios. Esto implica que los grandes actores históricos de las decisiones operacionales, las comisarías, pierden peso en favor de la central de control, donde las órdenes son dispuestas por la autoridad civil.
"Lo que viene ahora es la unificación de los recursos humanos en una misma central que sistematizará los datos delictuales que vienen de la calle para guiar los operativos", dijo Eduardo Estévez, secretario de Articulación de Procesos de la provincia, un especialista en inteligencia criminal que trabajó en la gestión de León Arslanián en la cartera de seguridad de la provincia de Buenos Aires y que, al igual que el criminólogo Marcelo Saín, de la misma procedencia, fueron auspiciantes de esta estrategia institucional.
Calidad
La información de calidad es el insumo básico para el funcionamiento del nuevo modelo. Las decisiones de intervención policial en el OJO se adoptarán con dos apoyos. Uno son los datos que vienen del 911, de las denuncias y de la Central de Monitoreo en tiempo real de los delitos en ejecución. El segundo es la novedad del sistema informático comprado por la provincia a IBM que permite la prevención de delitos en base a la predicción de delitos o policiamiento predictivo.
Pero ¿es posible pronosticar el delito? Desde hace años la información criminal se concentra en un comando central que agrupa los hechos que se producen en la calle. El software es capaz de clasificarlos por su tipología, la zona en que se producen, sus horarios, los autores.
Todos esos datos procesados por un algoritmo matemático, en un intervalo específico de observación, permite identificar las zonas más propensas a que se produzca un hecho delictivo.En base a datos previos el modelo predictivo permitiría por ejemplo pronosticar en qué áreas pueden producirse ilícitos tan diversos como entraderas, robos de vehículos en la vía pública o escruches. Y también cómo estos delitos progresan o hacia qué direcciones mutan, de forma que la policía se anticipe con acciones preventivas. Esto es un sistema de alertas tempranas que incluye el análisis criminal de los delincuentes que actúan en determinada zona, detección de tendencia delictual y de modus operandi, en combinaciones procesadas a gran velocidad por el software.
"Esto que parece extraño es algo probado", dijo Estévez, y puso un ejemplo: "A veces la Secretaría de Seguridad Comunitaria nos informa que una persona excarcelada da señales de reinsertarse en el delito al volver a su zona y entrar disputas con grupos rivales generando violencia. El análisis criminal con esta tecnología permite un seguimiento pospenitenciario a partir de combinar un macizo de datos. Esos datos antes dispersos ahora se concentran en una misma base y generan la predicción que permite la prevención", aseveró.
Evaluación y control
Como las órdenes de operación impartidas desde el OJO quedan informatizadas, cada acción policial queda sometida a un protocolo de Rendición de Cuentas. Cada orden exige la respuesta de cómo resultó la acción policial. Eso supone un criterio objetivo de evaluación del cumplimiento del servicio y a la vez para los ascensos policiales.
En la misma central del OJO se habilitará el viernes una sala de análisis visual equipada con software y módulos plataforma IBM-i2. El i2 es un software utilizado para investigaciones complejas que combina datos de bases muy diversas para seguir a sospechosos de delitos especiales, como por ejemplo ofensas sexuales o delitos patrimoniales. Ese es un espacio de acceso restringido, con cabinas individuales, que será utilizado por fiscales o policías especiales en pesquisas significativas o complejas.
Las bases informáticas que guiarán la actividad de prevención policial tiene también la contribución del dispositivo multiagencial que integran la Municipalidad de Rosario, la provincia y las fiscalías del Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Las herramientas tecnológicas son útiles pero a condición de no ponderarlas de modo ingenuo. Son los modelos de política criminal y su control los que definen su eficacia. "Esto no soluciona la realidad —dijo Estévez— pero nos dota de mejores instrumentos para intervenir sobre determinados delitos con planificación y de modo más rápido".