Alguien quiso extorsionar al Casino de Rosario con una fórmula distintiva de los negocios de la mafia: dinero a cambio de no generar caos en uno de los negocios más rentables y masivos de la ciudad. Pero el aviso para forzar una negociación fue demasiado lejos. Los chantajistas dispararon balazos contra el frente y la dirección de uno de los tiros fue contra un balcón que los apostadores usan para salir a fumar. Allí estaba justamente Enrique José Ensino, de 64 años, gerente del Banco Nación de Las Parejas. El balazo le costó la vida.
Este incidente impresionante ocurrido la noche del 11 de enero de 2020 tuvo repercusión internacional. Como habían sido antes las balaceras a sedes del Poder Judicial, o después el ataque con disparos a un restaurante de la avenida Pellegrini, significó elevar a alturas inéditas los desafíos de la criminalidad local. Otro hilo común con el pasado es la presencia de la banda de Los Monos en la trama de estos hechos. Entre ellos Ariel Máximo Guille Cantero, que hace una década lidera la banda, y contra quien ayer los fiscales pidieron una nueva y elevada condena: 22 años de prisión. Que se suman a 96 años de pena recibidos en sucesivas sentencias en los últimos años.
Hay una peculiaridad de esta variante del delito violento que en estos últimos años arreció en Rosario: es un asesinato que se concreta como resultado de un intento de extorsión. Y de la demostración práctica de lo grave que puede ser no acatar un pedido extorsivo. En un caso que tuvo una derivación institucional imprevista y resonante. El ataque a tiros al City Center fue la punta del hilo de una conexión que condujo a la política y a la Justicia porque exhibió vínculos estrechos entre un organizador de juego clandestino, Leonardo Peiti, con funcionarios del Ministerio Público de la Acusación (MPA) y la Legislatura. Por estas derivaciones fue detenido y destituido el fiscal regional de Rosario Patricio Serjal.
La novedad ahora en este trámite es que se acaba de realizar, este miércoles, la audiencia preliminar al juicio oral y público contra las cuatro personas que fueron implicadas en el atentado al Casino. A Guille Cantero lo acusaron de haber sido organizador del hecho extorsivo que desembocó en la muerte de Ensino. En una audiencia que Cantero siguió vía zoom desde la cárcel de Ezeiza, los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra le atribuyeron haber mantenido comunicaciones con Maximiliano “Cachete” Díaz, acusado en el mismo acto como armador del atentado, los días 7 y 11 de enero de ese año.
En esas comunicaciones, dijeron los fiscales, Díaz le informaba a Guille de las tareas encomendadas y ejecutadas tendientes a amedrentar a personas relacionadas al Casino City Center Rosario con el objetivo de obtener de ellos dinero. En la conversación del 7 de enero, según precisaron, Díaz le rindió cuentas sobre las maniobras que estaba llevando a cabo para concretar la extorsión. Le manifestó que él mismo iría al Casino a lo que Guille replicó: “Sí, sí, fijate bien, la hacemos bien, a ver si nos dan algo bien piola”. Y Díaz le contesta entonces: “Sí, sí, boludo. Ahí ya les dije a los guachos qué es lo que tienen que hacer así que vamos a ver cómo sale”. A lo que Guille manifestó “dale”.
El intento por obtener el beneficio ilícito no prosperó esa primera vez pero demostró para los fiscales lo que el grupo se proponía. Pero los aprestos se reanudaron en seguida. El 8 de enero de 2020 los fiscales señalaron que Díaz llevó a cabo las tareas para concretar el acto de agresión al Casino. El primer intento no se consumó por la detención policial momentos previos de quienes serían los encargados de realizarlo, de apellidos Recaldez y Quintero. Pero el 11 estaba dispuesto un nuevo ataque. Ese día Cachete Díaz le informó a Cantero que quien iría a concretar la agresión al casino sería el apodado “Dominicano”. Este es Otniel de León Almonte quien también le pidieron pena este miércoles.
Finalmente este intento sí se consumó. Y con efectos trágicos. Este día, aproximadamente a las 22.30 Otniel De Leon Almonte circulaba en una motocicleta por Moreno al 6400 de sur a norte y junto con otra persona a la fecha no identificada, al pasar por enfrente del Casino, dispararon armas de fuego en al menos seis oportunidades en dirección al sector externo de fumadores. Uno de esos disparos impactó en el cráneo de Enrique Ensino, quien se encontraba ocasionalmente en ese sector, ocasionando su muerte.
Cachete Díaz tuvo por misión planificar y ejecutar los actos de agresión al Casino, dijeron los fiscales, en cumplimiento de las órdenes impartidas por Guille Cantero y con la colaboración de Carlos Damián “Toro” Escobar. Para ello Díaz reclutó a las personas que irían a cometer los hechos, cuando algunas de ellas fueron detenidas procuró la colaboración del empresario de juego Leonardo Peiti para su liberación, y proveyó los vehículos y armas de fuego a quienes fueron en definitiva los autores materiales del mismo.
Por estos hechos los fiscales pidieron ayer 22 años para Guille Cantero como organizador de homicidio agravado por uso de arma de fuego en concurso real con el delito de tentativa de extorsión. A Cachete Díaz le solicitaron 16 años por el homicidio y portación ilegal de arma de guerra, a Otniel Almonte 18 años por homicidio y a Toro Escobar 20 años por homicidio.
Los fiscales remarcaron el lazo entre esta causa y la que implicó la larga investigación, aún en curso, por juego clandestino. El teléfono de Cachete Díaz demostró que tenía contactos con un empleado de la Fiscalía Regional Rosario, Nelson Ugolini, que trabajaba con el destituido fiscal y condenado Gustavo Ponce Asahad por dar cobertura al juego ilícito.
Lo revelador de la trama ocurrió cuando se produjo el primer intento de atentado al Casino del 7 de enero de 2020. Este no se concretó porque los tiradores fueron detenidos. Fue entonces que Cachete Díaz le solicitó a Leonardo Peiti, a quien extorsionaba, que tocara a sus contactos de la Fiscalía para que le averiguara en qué situación estaban los frustrados atacantes del casino.
Con eso se desnudaron los lazos entre la banda de extorsionadores, actores del juego ilegal, funcionarios de la Fiscalía y dirigentes políticos.
En relación al ataque al Casino, los fiscales Edery y Schiappa Pietra subrayaron que el objeto de los agresores fue obtener dinero mediante extorsiones y atentados contra la vida de distintas personas invocando el vínculo que mantiene el organizador con Ariel Máximo Cantero como medio para intimidar a las víctimas. “Algunas de esas maniobras involucraron a la asociación ilícita en la gerencia y explotación de negocios ilícitos, entre ellos el de la quiniela clandestina y los llamados “casinos” ilegales”.