El fundador de la banda de Los Monos, Ariel “Viejo” Cantero, comenzó a ser imputado este miércoles por abusar sexualmente de una adolescente cuando estaba preso en la cárcel de Piñero entre los años 2016 y 2018. Según la acusación la víctima es familiar de su actual pareja, quien llevaba a la chica a prisión los días de visita y también fue acusada en la misma audiencia por corrupción de menores.
Los fiscales Carla Cerliani y Franco Carbone indicaron que la situación salió a la luz a partir de información hallada en un celular de Cantero incautado en una requisa hace cuatro años. En el aparato se encontraron fotos eliminadas de la chica con los acusados que documentan distintas situaciones de abuso dentro de la celda.
Con los imputados conectados por zoom, la audiencia comenzó a las 10 de esta mañana en el Centro de Justicia Penal (CJP). Los fiscales solicitaron imputar a Cantero y a su pareja Rosa Bibiana Montero como autores del delito de abuso sexual gravemente ultrajante por haber sido cometido sobre una menor bajo su guarda, además de facilitamiento y promoción de la corrupción de menores de 18 años.
Los encargados de la acusación explicaron cómo tomaron conocimiento del caso, detallaron las entrevistas que mantuvieron con la víctima y repasaron la evidencia contenida en decenas de fotos obtenidas de un celular. Por la pena en expectativa, la gravedad de los hechos y el contexto intrafamiliar en el que sucedieron pidieron que se les dicte la prisión preventiva a los dos acusados, que ya están presos desde abril por liderar una asociación ilícita con base en el barrio Vía Honda.
Luego de escuchar a los fiscales la jueza Valeria Pedrana dispuso un cuarto intermedio hasta el lunes a las 8.30. Entonces será el turno de los defensores Marcelo Martorano, por Cantero, y Romina Bedetti y María del Carmen Varela, por Montero.
Grave y archivada
La causa se había iniciado en 2018 a partir del secuestro de un celular que usaba el Viejo en un pabellón de Piñero. La última foto era una selfie tomada a las 20 del día anterior que no llegó a ser eliminada. De la memoria del aparato se recuperó una serie de fotos eliminadas que para los fiscales constituyen una “prueba irrefutable” de “hechos de suma gravedad”.
El caso había sido desestimado en un primer momento porque la joven víctima había negado haber sufrido agresiones sexuales de parte de Cantero. La madre de la chica tampoco reconoció ni instó acciones por delitos.
Según Cerliani, la causa fue archivada por quien la precedió en el caso y se notificó a la Dirección de Niñez de la provincia para que actuara en el caso, por tratarse de una adolescente vulnerable.
Pero a principios de este año, refirió Cerliani, los fiscales que investigan a Cantero como jefe de una nueva asociación ilícita solicitaron la reapertura de aquel legajo ante la fiscal regional María Eugenia Iribarren.
>>Leer más: Entre gallos de riña y caballos cayó en un comedor barrial el "Viejo" Cantero
Así se llegó a la audiencia imputativa de este miércoles en la cual plantearon que la investigación se encuentra en un estado de “certeza” suficiente para discutir el caso en juicio. La base de la prueba fueron las fotos, que los fiscales describieron una por una. Plantearon además que al desarchivarse el legajo se consultó a Niñez qué medidas se habían tomado. La respuesta fue que el área no había sido notificada del caso, con lo cual la situación de la adolescente no obtuvo “ninguna intervención del Estado, cuando es su obligación”, remarcó Cerliani.
De visita
Los hechos ocurrieron cuando la víctima, hoy mayor de edad, tenía entre 13 y 15 años. Cantero fue condenado en marzo de 2018 a seis años de prisión por integrar la banda de Los Monos tras un extenso juicio oral a civiles y policías; una causa en la que dos de sus hijos recibieron altas penas.
Según expusieron los fiscales en la audiencia de ayer, entre 2015 y 2020 el Viejo estuvo alojado en la cárcel de Piñero donde recibía visitas de su pareja y de sus hijos menores de edad. En ocasiones, a lo largo de dos años según el planteo, la mujer iba acompañada de una adolescente con quien tiene un vínculo familiar.
La chica comenzó a visitar a Cantero en la cárcel cuando tenía 12 años, aunque las situaciones de abuso se documentaron a partir de los 13. Los fiscales señalaron que la víctima vivía en un entorno familiar vulnerable y que sufría de tartamudeo, repitencia escolar y un retraso madurativo, todas cuestiones que toman como indicadores de abuso sexual. La chica fue contactada y entrevistada por una psicóloga del Ministerio Público de la Acusación ante quien negó sufrido agresiones sexuales y rompió en llanto al decir que Cantero era para ella como un padre.
Para la fiscal, si bien el caso no tiene un encuadre típico de la violencia de género, la chica sufrió “un proceso similar al de la retractación, motivo por el cual no advirtió los abusos y tomó esa actitud”. Por esta reacción en un primer momento se resolvió el archivo del caso. La fiscal aclaró que se trata de un delito de acción pública en el que la Fiscalía está autorizada a intervenir de oficio por ser la víctima menor de edad.
Los fiscales solicitaron reproducir en audiencia las imágenes que son base de la prueba pero la jueza no autorizó la medida por tratarse de una instancia argumentativa y no de juicio. Entonces describieron las imágenes de la chica con Cantero. A las imágenes obtenidas dentro de la celda, según las fiscales, se suman otras que eran remitidas por la víctima desde su casa, así como numerosas fotografías enviadas en “poses sexuales” enviadas a Cantero por mujeres mayores de edad. A Montero, en tanto, le atribuyen una situación de abuso hacia la chica fuera de la cárcel, en su domicilio.
Vulnerabilidad triple
Cerliani y Carbone indicaron que la víctima sufre una “triple condición de vulnerabilidad” por sus características personales, el contexto intrafamiliar en el que ocurrieron los hechos y por el detentar los acusados la jefatura de una banda con ramificaciones en los barrios Triángulo y Tablada, con llegada a Villa Gobernador Gálvez y Villa Constitución. Así lo detalló Carbone al describir la causa por asociación ilícita que tiene unas treinta personas acusadas.
Cantero y su pareja fueron detenidos a fines de abril e imputados de dirigir una organización dedicada a la compraventa de drogas y la gestión de balaceras, ataques armados y hechos mafiosos, además del manejo de cajas de un plan alimentario municipal en un comedor que funcionaba en su casa de Avellaneda al 4500.
A partir de esta investigación es que salió del archivo la causa por abuso y corrupción de menores que ahora se le imputa a la pareja, sobre la cual la jueza se expedirá el lunes próximo.