La audiencia oral y pública contra 19 integrantes de una asociación ilícita comandada desde prisión por Julio “Peruano” Rodríguez Granthon, trámite que se inició el lunes con la acusación a cargo de los fiscales Valeria Haurigot y Franco Carbone, tuvo su momento de máxima tensión cuando uno de los imputados, que seguía el trámite vía Zoom, amenazó al representante del Ministerio Público de la Acusación (MPA) y sus palabras quedaron grabadas: “Que el fiscal Carbone deje de hablar al pedo... esto no va a quedar así”. La amenaza fue pronunciada por Nazareno Uriel “Anteojito” Gauna, sindicado como un sicario del clan criminal.
Ante ello, el Colegio de Magistrados y Funcionarios Judiciales y el Ministerio Público de la Acusación de Santa Fe (MPA) manifestaron su “preocupación” y expresaron su solidaridad con los fiscales. La entidad que reúne a los jueces señaló en un comunicado que ese tipo de hechos “tienden a condicionar la independencia y la objetividad con que deben ejercer sus funciones los distintos operadores de justicia”. Mientras tanto, el MPA alertó que, “dada la gravedad de lo ocurrido, se dispusieron las medidas de seguridad pertinentes para proteger la integridad física del funcionario amenazado y se inició una investigación penal en relación al amedrentamiento”.
Rodríguez Granthon está preso en la cárcel de Ezeiza purgando condena por tráfico de drogas y además está imputado por su presunta participación en el crimen del ex concejal Eduardo Trasante. Sin embargo, de acuerdo a la exposición de los fiscales Haurigot y Carbone, desde atrás de las rejas siguió liderando una banda polirrubros que cometió extorsiones, ataques a tiros y abuso de armas, entre otros delitos. En ese marco, la semana pasada se realizaron varios allanamientos en los cuales fueron detenidos varios familiares del Peruano como su padre, Francisco Antonio Rodríguez Villarreal; su hermano, Francisco Antonio Rodríguez Granthon; su novia, Lucila Aylén Rioja, y los sicarios Brian Emanuel Villalba y Nazareno Gauna, además de otros integrantes de la banda que este lunes llegaron a la audiencia imputativa.
En la investigación fiscal se estableció que el grupo operaba aproximadamente desde 2016 en Empalme Graneros, Nuevo Alberdi y el barrio Fontanarrosa (también denominado Zona Cero) donde habría concretado alianzas con bandas más pequeñas que trabajarían para Los Monos. Además, la pesquisa también detectó que la organización se expandió a ciudades como Funes o Arroyo Seco.
En ese sentido los fiscales expusieron el lunes que en enero pasado Rodríguez Granthon, desde el penal de Ezeiza, extorsionó vía telefónica a una mujer para que su hijo saldara una deuda de 150 mil dólares con su organización y para garantizar ese cobro, el domicilio de la víctima, ubicado en Doctor Riva al 5600, fue atacado a tiros en tres oportunidades durante ese mes. En tanto la casa del supuesto deudor, en Espinosa al 6500, fue baleada dos veces.
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A quien se atribuye haber participado de ese ataque es precisamente a Nazareno Gauna, quien está preso desde abril como presunto gatillero de la banda que dirige Máximo Ariel “Viejo” Cantero, aunque los fiscales indicaron que es un “tiratiros que actúa con libertad de movimientos” y que realiza ataques por encargo y dinero para cualquier estructura delictiva que se lo proponga.
La imputación iniciada el lunes no finalizó debido a la cantidad de indicios que sostuvieron y sostienen los fiscales y los planteos que todavía deben formular las defensas. Es por eso que la jueza penal de 1ª Instancia María Melania Carrara resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta este miércoles, cuando se retomará la audiencia.
En tanto, el fiscal Carbone hará en las próximas horas una presentación por amenazas contra Gauna.