Daniel Godoy fue detenido hace diez días en Andino como jefe de una organización delictiva del cordón industrial. Lo buscaban por el crimen de un rival de su familia, el ex jefe de la barra de Newell’s Marcelo “Coto” Medrano. En su celular se detectaron intercambios que, para dos fiscales, revelan un nexo entre el negocio narco y el sistema financiero. En una serie de mensajes con el contacto “Amigo Dolares” se detectó que cambió billetes de baja denominación para comprar 10.241 dólares en dos operaciones concretadas en el mes de enero en Rosario. Lo imputaron por lavado de activos, un delito que gana en la atención de los actores judiciales.
A Daniel Horacio Godoy, más conocido como “Dany”, de 49 años, lo consideran responsable de una organización criminal de venta de drogas. Su hermano, el policía Gabriel Mario, fue absuelto en la causa por la desaparición de Paula Perassi y está acusado por el crimen de Medrano. El ex barra de Newell’s estaba enfrentado con la familia Godoy y fue acribillado en septiembre del año pasado en una estación de servicios de Granadero Baigorria.
Las acciones para colocar fondos de origen ilícito suelen quedar ocultas detrás de los actos violentos como lo fue, en este caso, el crimen de Coto. También era sindicado como un vendedor de drogas. El día que lo mataron había comprado 17.600 dólares en una financiera del microcentro rosarino. Dany era buscado por ese crimen, por el que aún no fue imputado aunque lo siguen investigando. Los fiscales Matías Edery y Aquiles Balbis le reprocharon lavado de activos, un delito que tiende a aplicarse con más frecuencia en investigaciones sobre economías criminales.
Godoy fue acusado de “haber incorporado al sistema financiero informal dinero en efectivo proveniente de sus actividades ilícitas como cabeza de una organización criminal con base en el norte de la ciudad de Rosario”. Así reza la imputación que le formularon la semana pasada en una audiencia penal donde le dictaron treinta días de prisión preventiva. Hay medidas en curso para determinar si es ligado al crimen de Medrano.
La maniobra delictiva que le atribuyen se concretó en dos días. El 18 de enero, según la imputación, Dany cambió billetes de baja denominación por billetes de mil pesos “con la finalidad de simular el dinero ilícito precedente”. Luego se contactó con el teléfono de quien tenía agendado como “Amigo Dolares”. Le comunicó su voluntad de comprar 5.800 dólares y le solicitó la cotización. La operación se realizó en un domicilio de Rosario. Al día siguiente concretó con la misma persona otra compra de 4.441 dólares.
La imputación describe a Godoy como “jefe de una organización delictiva que desde el año 2018 sostiene una disputa territorial con Marcelo Coto Medrano en la zona norte de Rosario, Granadero Baigorria y Capitán Bermúdez”, facciones que “pretenden controlar territorios y desarrollar actividades delictivas como usurpaciones, robos, amenazas, explotación de puertos secos y otros delitos de competencia federal como el tráfico de estupefacientes”. Estas actividades generan “un flujo de dinero que el señor Godoy colocó en el mercado financiero informal”.
La evidencia aludida por los fiscales se obtuvo de un celular Samsung J7 negro secuestrado en la casa de Libertad al 300 de Serodino donde Godoy fue detenido. Surgió de los datos extraídos por la División Análisis Digital Forense del Organismo de Investigaciones. “Necesito comprar 5.800 dólares. ¿Qué precio me hacés?”, preguntó Dany la mañana del lunes 18. Su contacto pidió tiempo para responder y a la hora envió una foto con la cotización del día, que refería un valor de 163 pesos por dólar para la compra.
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“Me habías pedido precio, ¿te sirve 161?”, ofreció al mediodía. A los quince minutos le informó que había ingresado “un lote de 5.000 más barato” a 160.5 pesos. Con el valor de la operación cerrado en 805.000 pesos, Daniel confirmó la compra en billetes de “cara grande” y el encuentro posterior. Al día siguiente se reanudó el contacto. “Daniel, ¿cuánto me vas a comprar?”, preguntó el vendedor. En un audio, Dany respondió que “tiene que ser más o menos lo mismo que ayer y capaz que un poco más. Es según lo que junte”.
Más tarde Dany avisó que estaba demorado “en el campo” pero preveía comprar “más o menos 300 lucas”. El vendedor le ofreció 5 mil dólares a 158,5 pesos pero “sólo en billetes grandes”. “Te digo porque es consigna estricta, billete chico no me agarran directamente por el día de hoy”, aclaró. Minutos antes de las 21, Dany avisó que estaba tratando de conseguir billetes de mil pesos. Al rato, según los registros, concretaron la operación.
Una fuerte disputa narco entre la familia Godoy y el barra Medrano es el trasfondo que, para los fiscales, motivó el crimen de Coto el pasado 10 de septiembre a las 23.15 en una estación de servicios de Granadero Baigorria donde Coto vivía con su última pareja y el menor de sus seis hijos, un bebé menor de un año. Con ellos llegó en su Ford Fiesta a la YPF de Eva Perón y avenida San Martín y bajó a comprar caramelos. A la par del auto se ubicó una camioneta Ford EcoSport blanca que esperó a que saliera y que luego apareció prendida fuego en las afueras de Ricardone.
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De la camioneta bajaron tres hombres. Uno le apuntó a la mujer de Coto. Otro acribilló a tiros a Medrano con un arma calibre 40 mientras el barra se alejaba corriendo de la estación. Herido, regresó al sector de carga y allí lo remataron. Murió con catorce orificios de bala. Con base en el testimonio de la pareja de la víctima, Gabriel Godoy fue imputado en calidad de partícipe primario como quien habría conducido el auto de los atacantes. En enero fue imputado por el crimen otro policía, Milton B., quien cumplía funciones en Aldao.
En la imputación a Daniel, si bien fue por lavado, también se mencionan los atentados y balaceras que sufrió su familia antes del homicidio de Coto. Un mes antes, el 1º de agosto, Gabriel Godoy había sufrido un tiroteo en el frente de su casa de Fray Luis Beltrán y denunció a Coto como el organizador. Diez días antes fue prendido fuego un camión de los Godoy, hubo otro tiroteo no denunciado y una amenaza escrita al domicilio de su madre que exigía informar “dónde tenés los búnkers”.