Con sólo googlear criterios de búsqueda "Patricias Argentinas y Ameghino" y "La Gringa" se puede sopesar la historia de Ramona Elvira A., una mujer de 43 años detenida ayer a la mañana en Capitán Bermúdez y sindicada como gerenta de los negocios en la calle de René "Brujo" Ungaro, preso en Piñero donde cumple una condena por el crimen del ex jefe de la barra brava de Newell's Roberto "Pimpi" Caminos. El Organismo de Investigaciones (OI) puso bajo la lupa a esta mujer, una transera con más de una década de actividad en barrio Tablada, y una investigación del Ministerio Público de la Acusación (MPA) le atribuye manejar una serie de negocios ilegales en la entrada de esa cárcel que rinde al menos 40 mil pesos por fin de semana. Entre esos "servicios" está la venta de turnos para que las personas que entran a visitar a sus allegados presos no esperen excesivamente y, de paso, garantizar otros beneficios u objetos para su visita.
Junto a La Gringa cayó un hombre de 28 años sindicado como uno de los tiradores en un ataque contra personas que la madrugada del domingo hacían cola para entrar a visitar a sus familiares presos en Piñero.
Fuentes allegadas a la investigación indicaron que Ramona Elvira A. tiene prontuario y una causa de 2016 por infracción a la ley de drogas que tramita el juez federal Carlos Vera Barros.
Animadora
La Gringa es parte de la iconografía del narcomenudeo en la zona conocida en Tablada como "cordón Ayacucho" o "La U". Cinco manzanas de terrenos fiscales comprendidos entre Ayacucho, Patricias Argentinas (prolongación de Colón), Doctor Riva y Uriburu donde desde hace años se juegan las disputas entre las bandas "de Ameghino" y "de Centeno"; a la que se le sumó la pelea entre transeros por conquistar territorio y clientela.
Una de las animadoras del conflicto era La Gringa, quien en esa violenta saga perdió a un hijo de 14 años asesinado en noviembre de 2013 en Chacabuco y Centeno. Por esos días el apodo de esa mujer era un lugar común cuando un vecino se animaba a hablar con la prensa en temas relacionados con la narcocriminalidad de esa zona.
En las calles de Tablada ningún vecino puede precisar fechas puntuales. Muchos se guían por el antes o después de un crimen o una balacera digna de recuerdo. Lo concreto es que en los tiempos en que estalló la guerra entre la banda del Brujo Ungaro y los hermanos Funes contra las huestes de Alexis Caminos y el asesinado Ariel "Tuby" Segovia, en marzo de 2016, La Gringa se colocó bajó el ala de Ungaro y el brazo armado de un tal "Capocha", hoy preso e imputado por homicidio. Por estos días la mayoría de los protagonistas de esas batallas callejeras están muertos, presos o inhallables.
Escuchada
En ese contexto La Gringa quedó expuesta a los radares del MPA y en el cruce de varias investigaciones por homicidios y usurpaciones se comenzó a escuchar su voz o referencias a ella. Por delitos como esos el Brujo Ungaro está imputado de liderar tras las rejas una asociación ilícita junto con los hermanos Funes.
Uno de los homicidios bajo la lupa es el de Patricio Patiño, asesinado el pasado 22 de enero en una casa de Gutiérrez y Medici que había funcionado como quiosco de drogas. Asimismo, la investigación del crimen de Juan Alberto "Beto" González, ejecutado por error el 1º de abril último en Villa Gobernador Gálvez, expuso que el papel de esa mujer en el organigrama de Ungaro sería el de una "gerenta de negocios".
En ese contexto hace una semana la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) allanó, bajo la tutela del fiscal Adrián Spelta, ocho casas de Tablada donde se incautaron siete armas que podrían estar vinculadas con homicidios. La casa de La Gringa fue allanada pero ella no estaba. No obstante, el operativo terminó con dos personas imputadas por tenencia ilegítima de arma de guerra: Ariel L., de 32 años, y su pareja Eliana S., de 26 e hija de La Gringa.
Negocio en problemas
En esos allanamientos del viernes pasado los investigadores esperaban hallar a La Gringa, a quien monitoreaban minuto a minuto, tras su salida del playón de Piñero. Pero ella cambió de planes sobre la marcha y no fue a su casa, esquivando así la orden de detención en su contra.
Sabiendo que la buscaban, la noche del sábado La Gringa envió a una emisaria a la puerta de la cárcel de Piñero para que se encargara de velar por el negocio con las visitas. Sin embargo, no hubo respeto con la reemplazante, alguien la arrinconó y le quitó los talonarios.
Minutos más tarde, sobre las 5.15, un auto blanco con dos ocupantes se detuvo frente al portón de la cárcel. El acompañante se bajó y disparó siete u ocho veces contra el ingreso abarrotado de mujeres y niños. La agresión terminó con dos heridos leves por rebotes de balas.
Entre amigos
La balacera contra mujeres y niños en la puerta de una cárcel colmó el vaso y motivó a los investigadores a acelerar la captura de La Gringa. Así establecieron estaba refugiada en una casa de Buenos Aires al 600 de Capitán Bermúdez, donde vive una mujer de 36 años con prisión domiciliaria por una causa federal.
En esa misma vivienda fue detenido en diciembre pasado el concubino de la dueña de casa: Claudio Javier "Morocho" M., de 34 años e imputado por el doble homicidio de Kevin Mieri y Leonel "Ozuna" Bubacar ocurrido la madrugada del 23 de septiembre pasado en la puerta de un pasillo de Lima 1150.
Alrededor de la 1.45 de ayer el ariete de la TOE se incrustó en la puerta de chapa y al ingresar la tropa de élite de la santafesina cayeron detenidos La Gringa y Claudio Ezequiel E., de 28 años y sindicado como uno de los que participó del ataque contra las visitas en la puerta de la cárcel Piñero.
No les secuestraron armas pero sí seis celulares que en estas investigaciones pueden operar como una caja de Pandora. En principio ambos detenidos se sentarán mañana en el banquillo en el Centro de Justicia Penal para escuchar la imputación que les formulará el fiscal Matías Edery, de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos.
Por Carlos Durhand