A casi dos años del crimen de Luciano Drovandi, ocurrido en la esquina de
Pellegrini y Provincias Unidas, la Cámara Penal confirmó la pena a 14 años de prisión que un juez
le había impuesto al único detenido por el homicidio. El caso tuvo una derivación dramática cuando
otro muchacho que estuvo implicado en la causa, un adolescente de 16 años, murió quemado en el
Instituto de Rehabilitación de Rosario (Irar) sin que se aclarara su vinculación con el hecho.
El fallo confirmó la condena de prisión que en marzo pasado había impuesto a
Leonel Matías Sánchez, de 20 años, el juez de Sentencia Julio Kesuani. La Sala III de la Cámara
Penal revisó la sentencia ante un planteo de la defensa del joven y concluyó que las pruebas lo
ubican como uno de los que participaron del robo de la moto en la que iba Drovandi, aunque no
alcanzan para acusarlo de haber cometido el crimen. Por eso confirmaron la pena a 14 años de
prisión por el delito de robo calificado seguido de muerte.
Confesión. El defensor de Sánchez había planteado que la sentencia carecía de
pruebas y que al muchacho lo habían incriminado sólo en base a su confesión policial. Al respecto,
el joven admitió ante los uniformados haber participado del asalto, aunque después se desdijo y
argumentó que lo presionaron para firmar "un papel" sin saber qué era. En ese orden, los camaristas
Elena Ramón y Otto Crippa García, con la abstención de Ernesto Navarro, consideraron que la
declaración del muchacho ante la policía no es el único elemento incriminante.
Luciano Drovandi tenía 25 años y vivía con sus padres y hermanos en Ecuador al
1800, en los máregnes del barrio Belgrano. Había terminado sus estudios en publicidad y trabajaba
en un negocio de venta de celulares e insumos para telefonía de Maipú al 900.
El 21 de julio de 2006 salió en su moto Guerrero Magic a buscar a su novia
cuando, a dos cuadras y media de su casa se detuvo en el semáforo de Pellegrini y Provincias
Unidas. Entonces, dos muchachos vestidos con buzos con capuchas lo abordaron. Según los testigos
del ataque, uno de ellos llevaba un arma de fuego y le exigió la moto. Luciano se resistió y
forcejeó con los ladrones. En ese momento recibió un disparo a quemarropa que le atravesó el
pecho.
Los asaltantes se fueron en la moto de Luciando por Pellegrini hacia el oeste,
mientras que Drovandi retrocedió unos pasos y cayó muerto. Desde ese mismo momento, sus familiares,
amigos y vecinos realizaron varias marchas exigiendo el esclarecimiento del caso.
Las detenciones. Primero fueron detenidos tres menores que, al ser apresados por
el robo de una moto, "confesaron" ante la policía haber participado del crimen de Drovandi. Pero
luego denunciaron en un juzgado de Menores que había sido apremiados para hacerse cargo de ese
homicidio. Esa denuncia fue desestimada.
En su planteo ante la Cámara Penal, el abogado de Sánchez sostuvo que de los
testimonios de esos menores "se desprende que fueron otros los autores del robo y la muerte de
Drovandi y que la moto de la víctima fue vendida de inmediato". Sin embargo, para los camaristas se
estableció la "mendacidad" de las declaraciones de esos chicos. Además, recordaron que dos de ellos
fueron declarados no punibles en razón de su edad y que el único mayor de 16 años fue
sobreseído.
Dos días después de la detención de esos menores, el 27 de julio, las policía
apresó a Sánchez a partir de un llamado anónimo. En su casa, el joven se "quebró" y ante una tía y
una hermana contó lo ocurrido esa noche, según consta en su confesión policial. Sánchez, de acuerdo
con esa declaración, dijo que el autor del homicidio había sido Néstor Salto, a quien le decían
Chanchi, y que éste joven aún tenía la moto. Aseguró que aquella noche, cuando caminaba por
Provincias Unidas, se encontró con Chanchi, quien lo "apretó" para que lo acompañara a cometer un
robo.
"Cuando llegamos a Pellegrini vimos que venía un pibe en moto por la calle del
costado del viaducto. Chanchi saltó con el fierro en la mano y le dijo al muchacho «dame la moto
que te mato». Entonces el chico comenzó a forcejear con Chanchi porque no quería entregarla y éste
le disparó", consta en la admisión policial que ahora derivó en condena.
La moto.A partir de ese testimonio, los policías llegaron a la casa de Salto y
encontraron allí la moto robada. El adolescente, al declarar por el caso, dijo que otro joven la
había abandonado en la zona conocida como La Lagunita y se la llevó a su casa. El 20 de julio de
2006 el chico murió a causa de las graves quemaduras que sufrió al prenderse fuego en señal de
protesta cuando estaba alojado en el Irar (ver aparte).
Para los camaristas, el hecho de que la policía llegara a secuestrar la moto a
partir de la detención de Sánchez es una evidencia de peso. Además, señalaron que un testigo señaló
a Salto como "parecido" a uno de los agresores durante uno de los reconocimientos. Y remarcaron que
el chico mencionó en su declaración a Leonel Sánchez como el joven que se desprendió de la moto en
La Lagunita. Aunque nada puede concluirse respecto del adolescente porque con su muerte se
extinguió la acción penal en su contra.