Fue una puesta en escena digna de una obra de teatro que contó con el apoyo de
buena información y una inteligencia que merece ser recalcada. Ocurrió el lunes en una coqueta
vivienda de dos plantas ubicada en Ocampo al 700 en la que vive una anciana de 99 años. La mecánica
del robo —defraudación para la causa— se basó en un cuento del tío y estuvo repleta de
detalles. Un hombre llamó a la casa alertando que integrantes de la familia estaban internados en
un sanatorio céntrico. Cuando la hija de la anciana se movilizó hacia ese nosocomio, un hombre
llegó a la casa y timó a la cuidadora de la mujer mayor para llevarse unos 7 mil pesos de un
escritorio.
Pero eso no fue todo, porque la fuga también tuvo sus bemoles. Con el botín en
su poder, el delincuente huyó por los techos y se descolgó en un pasillo de seis departamentos de
Buenos Aires al 2500. "Justo llegaba de hacer los mandados cuando vi a un hombre parado en el
techo. «¿Qué hace?», le pregunté. «Estoy cableando», me dijo. Y a mi me dio miedo y me encerré en
mi casa", contó ayer una vecina. Tras ese diálogo, el ladrón que estaba vestido con ropa Ombú
marrón y gorrita, saltó el portón de madera que da al 2542 de calle Buenos Aires y desapareció.
Llamado mentiroso. Todo ocurrió poco antes de las 10 de la mañana en una
vivienda de dos plantas ubicada en Ocampo entre Laprida y Buenos Aires, sobre la vereda de los
impares. Una coqueta casa a la que se accede tras pasar dos puertas. Una que da a un jardincito y
la de la casa propiamente dicha. En ese momento en el lugar estaban cuatro mujeres. Una de ellas
una anciana de 99 años que estaba en una habitación del primer piso al cuidado de su hija Estela y
otra mujer, de nombre Inés, ambas septuagenarias. Además estaba Karina, una empleada de
limpieza.
El golpe comenzó sin que las mujeres se dieran cuenta. Primero sonó el teléfono
y una voz masculina advirtió a Estela de que su hermano estaba internado grave en un sanatorio de
Rioja al 1500. Un dato basado en la realidad, ya que según contaron los vecinos, el hombre padece
una grave enfermedad.
Estela salió disparada hacia el sanatorio. Y a los pocos minutos otra vez sonó
el teléfono. Entonces, la voz masculina advirtió a la empleada de limpieza que Estela había sufrido
un accidente de tránsito y la estaban trasladando al mismo centro asistencial donde estaba
internado su hermano. "Tienen que traerle ropa", dijo la voz.
Entonces fue Karina la que salió rumbo al centro de salud. Con las dos mujeres
fuera de la casa, en el interior quedaron la señora de 99 años e Inés. Unos minutos más tarde sonó
el timbre. Inés, de 74 años, atendió abriendo sólo el postigo de la puerta. Y escuchó a un hombre
de 40 años, vestido con ropa ombú y gorrita, que le dijo: "Me mandó Estela. Deme los documentos y
la plata que se la alcanzo al sanatorio". La mujer dudó, pero la historia le cerraba. Entonces le
abrió la puerta para darle las cosas.
Bajo control. En un descuido de Inés, el hombre accedió a un escritorio que está
en el primer piso de la vivienda y se llevó un sobre con 7 mil pesos. "Uno de los vecinos vio a las
9.30 a un tipo vestido con ropa de trabajo que estaba estacionado con un auto frente a la casa
asaltada. Seguramente ese fue el que llamó por teléfono", explicó una vecina. "Yo pude entrar a la
casa y me llamó la atención que el teléfono estaba mal colgado. Por eso, cuando Estela llamaba
desde el sanatorio no se podía comunicar", dijo un vecino.
Con el botín en su poder, y sin dañar a las mujeres, el ladrón subió a la
terraza y se fue por los techos. Cuando Inés reaccionó, el ladrón ya no estaba. Según los vecinos,
una vez que el maleante dejó la casa de Ocampo al 700 fue hacia el centro de manzana y se descolgó
hacia un baldío. Después se trepó a los techos de unos departamentos de pasillo con ingreso por
calle Buenos Aires. Ahí fue sorprendido por dos vecinas que, al verlo, lo cuestionaron. El ladrón
bajó al pasillo y tras trepar por un portón ciego de madera desapareció. "El tipo se trepó haciendo
pie en el buzón de las cartas y lo rompió. Pero igual saltó hacia la calle", indicó la mujer.
La denuncia fue radicada en la seccional 4ª, que es investigada por el juez de
Instrucción Osvaldo Lorenzo Barbero.