La policía rosarina recibió este jueves una denuncia por daños a raíz de un presunto incendio intencional en la zona sudoeste. Más tarde, la dueña del local advirtió que le prendieron fuego otro negocio a la misma hora y dijo que había sido hostigada por la apertura de ese comercio.
El operativo comenzó casi media hora antes de la una de la mañana, cuando Lucila advirtió que alguien había dejado una botella en llamas sobre el portón de Centeno al 3800. Se trata de la única entrada a un inmueble de tres plantas y su familia vive en la más alta.
La mujer resultó ilesa, pero se mostró angustiada porque ese no fue el único sitio donde la atacaron. Diez minutos antes, la puerta de un negocio suyo también fue rociada de la misma forma para provocar un incendio a tres cuadras de su casa.
El miedo detrás de un principio de incendio
Las fuerzas de seguridad provinciales respondieron rápidamente a las denuncias realizadas a través del 911. Previamente, la víctima consiguió neutralizar el peligro con ayuda de los vecinos del barrio Alvear y las llamas no se propagaron mucho más allá del acceso al local.
"Fue deseperante no saber qué hacer, teniendo a mis hijos adentro. No podíamos respirar", indicó Lucila en diálogo con LT8. Como si esto fuera poco, durante la madrugada recibió aviso de que unos diez minutos antes habían intentado prender fuego en la entrada a otro local que ya había cerrado por el hostigamiento que sufrió en redes sociales cuando apostó a expandir sus ventas.
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El panorama en Constitución al 3600 era similar al de la calle Centeno a primera hora de la mañana. Casi la mitad de una de las hojas del portón blanco quedó despintada por el efecto del fuego. En este caso, el inmueble estaba vacío y tampoco se registraron personas lesionadas.
Incendio Centeno 3800 3
La vendedora abrió las puertas al público a pesar del incidente.
Foto: La Capital/Marcelo Rubén Bustamante.
"Yo había decidido cerrar ese local porque no quería tener rivalidad con ningún local. Elegí mi paz mental", comentó la comerciante. En cuanto al trasfondo del conflicto, agregó: "Lo abrimos siete días y nos hostigaron tanto en las redes, diciéndonos cosas malas". Así y todo, concluyó que la iniciativa fue un "éxito total" y se mostró decidida a continuar con su actividad en el primer negocio.
Fuego a la medianoche
Lucila vende ropa y tiene un sector de regalería y blanco en el mismo espacio de dos plantas para clientes mayoristas y minoristas. Cuando advirtió las llamas, priorizó la protección de su familia: "Opté por llevar a mis hijos arriba de todo, donde podían respirar y tratamos de apagar el fuego como pudimos".
La dueña del local sintió desesperación porque el sector incendiado es la única salida del negocio y de su hogar. En primer lugar apagó las llamas dentro del inmueble con matafuegos. Para controlar la situación afuera, tuvieron que tirar agua con una manguera a través de un pequeño hueco, ya que no podían abrir el portón.
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El episodio no requirió la intervención de los bomberos. Sin embargo, la víctima quedó muy angustiada por el mensaje detrás del principio de incendio en ambos domicilios. "Definitivamente están ensañados con nosotros", expresó.
Según fuentes de las fuerzas de seguridad provinciales, ni la familia ni los testigos pudieron determinar quién prendió fuego en calle Centeno. Lo único que quedó como huella de la agresión fue la botella calcinada y la pintura quemada sobre la entrada. A pesar de este daño, Lucila decidió atender al público y anunció: "Estamos siempre firmes para la gente. Vamos a trabajar con normalidad".