“Extensas y bastante habituales”. Así calificó una fuente de la investigación que encabeza el fiscal federal Javier Arzubi Calvo las comunicaciones con personas presas en el penal federal de Rawson (Chubut) mantenidas por el sospechoso de haber baleado una garita de seguridad en el ingreso de los Tribunales Federales por Oroño al 900 el pasado 28 de septiembre. El dato no es más que una pista, por el momento, ya que la pesquisa intenta individualizar si alguno de los reclusos de esa cárcel puede estar relacionado con el atentado que se le atribuye al Guillermo Sebastián C., el detenido el miércoles a la mañana.
Guillermo C., de 34 años, cayó el miércoles en la puerta de la vivienda donde residía en San Lorenzo al 2200. La Unidad de Investigación Antiterrorista de la Policía Federal (PFA) llegó hasta él luego de cotejar imágenes captadas por varias cámaras de vigilancia apostadas en el recorrido que hizo desde que apareció frente a la sede judicial de Oroño al 900, disparó contra la garita de vigilancia que en ese momento estaba desocupada y volvió caminando hasta su casa.
Una vez identificado, se pidieron informes a empresas de telefonía y se cotejaron las imágenes con los impactos de las antenas de los celulares de algunas de las siete líneas que figuraban a su nombre. La pesquisa recabó información para detenerlo pero aún continúa con el análisis del material colectado en los allanamientos que se hicieron posteriormente, uno de ellos en una casa que Guillermo C. había dado como domicilio un año atrás cuando fue entrevistado por personal policial que estaban allanando la casa de un familiar de René Ungaro que en ese momento él dijo que estaba cuidando.
En ese sentido, surgió una vinculación entre el sospechoso y la familia del hombre que mientras purgaba en prisión una condena por haber matado al ex jefe de la barra de Newell’s Roberto “Pimpi” Caminos se dedicaba a gerenciar un violento polirrubro de narcomenudeo y usurpaciones con base en el Fonavi Parque del Mercado e injerencia en otros sectores de la zona sur. Esto no pone, por el momento, a Ungaro detrás del ataque a Tribunales.
Pero el material hallado en allanamientos que está en análisis podría arrojar información incluso acerca de otros casos en los cuales el presunto tiratiros tal vez ni siquiera haya estado en el radar, indican voceros cercanos a la investigación. En ese sentido, los pesquisas pudieron detectar comunicaciones extensas y asiduas entre Guillermo C. y personas detenidas en Rawson, una cárcel para personas implicadas en delitos federales, en su gran mayoría ligados al narcotráfico.
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“Hay muchas llamadas entre el sospechoso y presos que, indudablemente, dan cuenta de contactos entre este hombre y gente vinculada al narcotráfico. Lo que todavía no sabemos es quiénes son esas personas”, señaló el vocero consultado, para agregar que todavía no se pudo extraer de esa línea investigativa quién y por qué pudo haber ordenado el ataque contra la sede rosarina de la Justicia federal.