Tres hombres domiciliados en Villa Gobernador Gálvez fueron acusados este miércoles como coautores del homicidio agravado de Osvaldo Maximiliano “Popito” Zalazar y por la tentativa de asesinato contra un ayudante del Servicio Penitenciario (SP) tras un ataque a balazos contra una unidad de traslado ocurrido el domingo pasado en el barrio perecino de Cabín 9. El móvil recibió 29 impactos de balas, once de los cuales atravesaron la unidad de lado a lado. Popito, quien era regresado a su lugar de detención, fue alcanzado por media docena de proyectiles y derivado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) donde falleció el miércoles a las 8.35. En tanto, el agente Marcelo Alejandro M. recibió un impacto en abdomen y está internado en grave estado en el mismo centro asistencial.
Según la reconstrucción de lo ocurrido reseñada en la audiencia, luego de una intensa persecución de la que participaron efectivos y móviles de la subcomisaría 18ª de Cabín 9, la comisaría 22ª de Pérez y de los comandos radioeléctricos de esa ciudad y de Rosario, los cuatro delincuentes que participaron del ataque abandonaron en el cruce de Belgrano y Florencio Sánchez de Pérez el Ford Focus blanco con el cual emboscaron al móvil penitenciario y desde el que dispararon sin piedad. El auto tenía pedido de captura por haber sido robado a mano armada en el barrio Belgrano de Rosario el 6 de agosto.
Una vez que bajaron del auto, los maleantes siguieron la fuga a pie y en ese derrotero dejaron abandonada una pistola ametralladora FMK3 con un cargador de 25 proyectiles calibre 9 milímetros y una pistola calibre 45 con diez balas en su cargador. En un radio de 400 metros de donde quedó abandonado el auto fueron detenidos Jonatan Emanuel U., de 27 años, quien conducía el Ford Focus; Damián Ramón C., de 22, y Milton Joel R., de 20. En principio un cuarto hombre aún no identificado sigue prófugo.
La audiencia contra los tres detenidos había sido fijada para el miércoles y en principio la fiscal de Flagrancia Andrea Vega los iba a imputar por la portación de las armas de guerra halladas, resistencia a la autoridad y encubrimiento agravado. Pero el fallecimiento de Popito, ocho horas antes de esa audiencia, transformó la acusación. Además de los delitos mencionados se le sumó el homicidio agravado con el concurso premeditado de tres o mas personas de Zalazar y la tentativa de homicidio agravado y por atentar contra un miembro de una fuerza de seguridad en el caso del agente penitenciario. La pena en expectativa para este combo procesal es la prisión perpetua.
Luego de 50 minutos de audiencia la jueza de Garantías Valeria Pedrana le dio la derecha a la fiscalía y dictó la prisión preventiva por el plazo de ley para los tres acusados.
Pollos hermanos
El domingo pasado, alrededor de las 17, el móvil del SP 1604 comenzaba el retorno desde el barrio Cabín 9 hasta la cárcel de Piñero. En el vehículo viajaban cuatro agentes que escoltaban a Zalazar, un hombre ligado a la banda de Luis “Pollo” Bassi. Junto a su hermano Claudio “Polo” Zalazar, Popito fue condenado en un proceso abreviado en 2017 a 12 años de prisión por el homicidio de Aldo Acosta, un hombre de 58 años atacado a tiros el 19 de diciembre de 2014 en Villa Gobernador Gálvez. La pena incluyó un intento de asesinato y tres asaltos a camiones cargados con garrafas en esa ciudad y Pueblo Esther.
No era la primera vez que Popito estaba frente a un tribunal ya que en el juicio oral y público por el asesinato de Claudio “Pájaro” Cantero, en marzo de 2017 Zalazar recibió una condena a 3 años y 3 meses de prisión por la tenencia de un arma de guerra que no fue la usada para matar al entonces líder de Los Monos.
Según expuso en la audiencia del miércoles la fiscal Vega, cuando el móvil 1604 del SP circulaba por Los Talas y el Chajá, el Ford Focus con los cuatro delincuentes se le puso a la par sobre el lateral izquierdo y desde el auto comenzaron a disparar con la ametralladora FMK3 y la pistola 45. El vehículo oficial recibió 29 impactos, 26 de ellos sobre el costado del conductor y once atravesaron de lado a lado la unidad. La misma cantidad de disparos se concentraron sobre la parte trasera izquierda de la carrocería, el lugar donde iba sentado Popito.
Con la unidad completamente estropeada, el chofer del SP buscó refugio en la Unidad Penitenciaria Nº 16, distante unas 15 cuadras del lugar del ataque. Mientras eso sucedía, los ocupantes Focus buscaron fugarse. Pero rápidamente fueron cruzados por dos móviles de la subcomisaría 18ª y seccional la 22ª que patrullaban la zona. La persecución se prolongó a lo largo de unas 45 cuadras, hasta avenida Belgrano y Estanislao López.
En ese lugar dejaron el Focus e intentaron huir a pie. En el interior del Ford quedaron al menos 15 vainas servidas y la metralleta FMK3. A unos metros del auto estaba la pistola 45. Y en unos 400 metros a la redonda fueron apresados los tres sospechosos.
>>Leer más: Un crimen que tiene olor a venganza por el incómodo lastre familiar
Según explicó la fiscal, ninguno de los imputados tiene procesos condenatorios, aunque Damián Ramón C. y Milton Joel R. tienen causas abiertas, una de ellas en común. Ambos fueron detenidos por efectivos de la Policía Acción Táctica (PAT) en Alem al 700 de Pérez. Por su parte Jonatan Emanuel U. no tiene antecedentes penales pero fue el único de los apresados del cual quedó una huella dactilar en uno de los vidrios del Focus y su cara fue captada por una cámara de videovigilancia cuando escapaba a la carrera. Finalmente cayó en 25 de Mayo al 700.
Tras realizar la acusación y dejar planteado el pedido de la medida cautelar para el trío la defensa de los imputados no hizo mayor planteo que pedir una morigeración de prisión. “Que no se discuta en esta instancia no quiere decir que se asuma responsabilidad”, dijo el abogado defensor antes de solicitar la prisión domiciliaria con tobillera electrónica y, subsidiariamente, que “los tres” acusados fueran llevados a la cárcel de Piñero. “Temen que al haber resultado herido un efectivo del SP sus compañeros lleven adelante algún tipo de represalia”, dijo el defensor.
Lazos sociales
En una audiencia presidida por el juez Rafael Coria el 25 de marzo pasado se había resuelto que Popito fuera incorporado al régimen de salidas transitorias tal lo establecido en la ley 24.660 con la finalidad de lograr “el afianzamiento de los lazos familiares y sociales”. Entonces se le permitieron salidas de dos horas netas mensuales acompañado por personal penitenciario no uniformado hasta alcanzar seis egresos con reglas de conducta. Luego de ello, su defensa debía plantear un nuevo requerimiento.
El lugar elegido para esos encuentros familiares fue un templo evangélico ubicado a unas 12 cuadras del lugar donde fue emboscada el domingo la unidad penitenciaria en la que volvía a la cárcel desde esa iglesia.
Al finalizar la audiencia de ayer, la jueza le dio la derecha a la fiscal Vega. Indicó que la pena en expectativa para la acusación planteada era de prisión perpetua y dijo que, si bien no estaba claro aún el móvil del hecho —si el ataque lo tenía como blanco a Popito o al Servicio Penitenciario— el sólo hecho de que una unidad de traslado de detenidos fuera atacada alcanzaba para desvirtuar cualquier pedido de morigeración de prisión.
También resaltó que, más allá del temor expuesto por los detenidos respecto a una posible vendetta de efectivos del SP, no alcanzaba para que la jueza fijara la prisión de Piñero como destino para los detenidos. “El lugar de destino de los acusados es potestad del SP”, dijo Pedrana antes de confirmar la prisión preventiva por el plazo de ley, es decir al menos dos años para los acusados de matar a Popito Zalazar y herir a un empleado penitenciario.